Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

27.9.12

Va pasando el tiempo

...Y todo sigue igual...

Tu pijama bajo la almohada.
Tu casada marrón colgada en la silla de tu cuarto.
El muro de tus reconocimientos y condecoraciones.
Las fotos en las paredes.
Tu carro en el garage.
La placa con tu nombre en tu mesa de noche.
Los sábados de almuerzos familiares.

...Y todo sigue igual...

Los sueños que tenemos para verte sonreír.
Las tortas que preparamos en tu nombre.
La silla que "sobrante" en un lugar especial de la mesa.
Las ganas de conversar mirándote a los ojos aunque sea a través de una foto.
Los paseos a Bruno los domingos por las mañanas.
Tu abrigo en los hombros de mi mami por medio de tu casaca marrón.
Las copas que chocan en el aire pronunciando tu nombre.

... Y todo sigue igual...

Las rápidas respiraciones cuando recuerdo.
El corazón exaltado cuando sueño que aún estás aquí.
La forma en que cada día extraño tus palabras.
Tus abrazos.
Tus cariños.
Todo eso sigue igual.

Y se me hace increíble que el tiempo pase sin dar tregua a nada.
A nadie.
Pasa, y el corazón no sana.
Pasa, y el sabor todavía queda.
Pero también queda los miles de recuerdos que te encargaste de sembrar en mi mente por 24 años. 
Y esos... no los borra nada...
Ni aunque pasen cientos de miles de millones de años.

Siempre seguirá todo igual.
Sobre todo el lugar que ocupas en mi corazón.
Siempre seguirá igual, lleno de amor para ti.


Gracias por todo el amor que desde siempre nos diste.
Para siempre...
Hoy se cumplen 4 años desde que te fuiste al cielo.
Tus besos en la frente antes de irte a trabajar, las llaves en tu bolsillo al bajar las escaleras, el sonido de las llantas de tu carro al salir de la casa siguen más presentes que nunca. 
Como si no te hubieras ido.
El soplido que hacías al dormir, tus pasos al entrar calladito a mi cuarto en la madrugada para apagar el televisor y los gestos que solo un papá como tú podían tener, jamás se fueron.
Están aquí.

Como si nunca te hubieras ido...


No por nada te encantó esta película...
Qué canción...
Qué precisa canción...

25.9.12

A través de mis manos: sus recuerdos

Creo que implementaré esta como una nueva "etiqueta" y sección de mi blog: A través de mis manos, sus recuerdos. Como lo dije hace mucho, escribir, a mí me desahoga, es mi escape, mi filtro de fuga de la realidad para irme un poco más del espacio terrenal y volar en el mundo de los recuerdos. Ese mundo en donde me encuentro contigo. En donde te veo una vez más.

A pesar de que algunas personas no compartan mi forma de pensar, tampoco estén de acuerdo con el propósito de escribir este blog, y que hasta incluso piensen que es una forma "no muy sana" de atraparte sin dejarte ir en paz, es mi refugio, el último rincón de mis pensamientos, mi lugar preferido. Y qué mejor manera de seguir alimentando este cajón de recuerdos que con más pasajes reales. No solo míos, sino de cada semilla que dejaste aquí en la tierra.

Pongo a disposición una porción de mi espacio, para ellos. Por si algún día se animan, como se animó Lissy (y en esta oportunidad por segunda vez), a contarme lo que hay en los rincones de su mente, para plasmarlo aquí a través de lo que más me gusta hacer: escribir-te.

Cada uno, en su momento comprobará, que no lo hago simplemente por hacer, lo hago porque me gusta mantener vivo tu recuerdo. 

Como si nunca te hubieras ido...

“Hoy contaré algo de lo que siempre me acuerdo. Tú sabes lo nerviosa que soy con las enfermedades, pero todo esto fue consecuencia de un problema que tuve en la vejiga hace unos años. Antes ese tema no me preocupaba, pensaba que nunca me podía pasar nada malo, pero esto me hizo abrir los ojos y ver la vida de otra manera. Cuando me dijeron que tenía que ser operada me asusté y creí lo peor, pero siempre estuviste conmigo, en cada chequeo, examen y pruebas variadas para saber qué era lo tenía. Siempre a mi lado tranquilizándome, dándome ánimos diciendo que todo estaría perfecto, que no tenia de que preocuparme. Conversabas con los médicos para que me hablen y me den tranquilidad en cada momento, nunca entraba a una cita sin que ellos estuviesen bien entrenados por ti.

Fue en la última prueba, esa que fue con anestesia en sala de operaciones, que los médicos vieron que mi vejiga tenía algunas partes de las paredes internas dañadas a causa de una cistitis crónica, por eso era necesario operar para sacar esas capas y que crezca nuevo tejido. El doctor puso fecha para la operación, y yo notaba tu preocupación, pero no me lo demostraste nunca, al contrario hacías que las cosas parecieran simples y sencillas. Mantuviste esa estrategia hasta el día de la operación. Siempre conmigo, tú y mi mami por supuesto.

Al abrir los ojos ya en el cuarto, ahí estabas tú. A mi lado derecho con una sonrisa cogiéndome la mano y haciéndome cariños en la cabeza, “todo está bien hijita, ya pasó”, me decías. Era imposible no estar nerviosa por los resultados de la biopsia del tejido que sacaron. Hiciste todo para que me entreguen los resultados lo más rápido posible.

Lissy de bebé
Unos días después, recibí una llamada tuya diciéndome que no había nada malo, que los resultados eran negativos y todo estaba bien. Eso me devolvió la tranquilidad, pues en ese momento tus nietos tenían seis y cinco anos y quería estar bien para ellos. Pero unos minutos después, cuando llegaste al cuarto sentía mucho movimiento, mi mami salía y entraba nerviosa, Lucho estaba muy raro, le veía la cara desencajada como si quisiera decirme algo y no supiera cómo, se le veía preocupado y eso me inquietaba mucho porque el siempre trataba de hacerme reír para que no piense tonterías. Incluso tú estabas con la mirada extraña, como perdida. ¿Tú perdido? Eso sí era raro. Comencé a tener un poco de miedo, algo estaba pasando definitivamente.

Ya en la noche llega el doctor, el doctor tocó la puerta y al mirarme al os ojos me dijo “Lisette, lo que salió en la biopsia es lo mejor que ha podido salir, tienes meta placía escamosa”. En ese momento empecé a temblar, yo no entiendo términos médicos, no sabía qué diablos era eso pero sonaba feo, sonaba a cáncer, empecé a llorar desconsoladamente y te decía que me habías engañado que tú me habías dicho que todo estaba bien. Sé que eso te dolió mucho, me dijiste que nunca me engañarías, que eso no era cáncer, que por favor creyera, que dejara de llorar y confiara en ti, que jamás dejarías que nada malo me pasara.

Esa noche te quedaste a mi lado cogiéndome de la mano y velando mi sueño. No pegaste el ojo en toda la noche, y cuando amaneció ahí estabas aún cogiendo mi mano. Me dijiste que te esperara un ratito y saliste del cuarto. Habías estado pensando toda la noche cómo tranquilizarme realmente, y encontraste la mejor manera. Regresaste con el patólogo, y con una pizarra acrílica con plumones. Él me hizo toda una exposición de lo que era ese término y por fin entendí lo que tratabas de decirme. No era cáncer. No era nada malo. En verdad no dejarías que nada me pasara.

Mi Mami y Lucho quienes también estuvieron conmigo a cada minuto por fin estaban tranquilos por verme respirar en paz. Ellos también pasaron momentos difíciles tratando de ayudarme.

Tú me mirabas y sonreías contento de verme tranquila. Siempre fuiste mi héroe, la persona que estaba a mi lado incondicionalmente, por eso cuando te fuiste me sentí desprotegida, mi gigante, mi héroe se había ido sin despedirse y yo no sabía cómo hacer para superar ese dolor que dejaste al irte".


 Una vez más, 
nos encontramos con grandes historias. 
Esas que solo se encuentran cuando nadamos,
hasta en los últimos rincones de nuestras memorias.

Todos, antes de mi llegada al mundo.


Tú, del otro lado de la cámara.






20.9.12

Camina el caminante

A veces es difícil poner por escrito los recuerdos que se me vienen a la mente. 
Pues lo intangible no se puede materializar incluso lo intentemos tres veces. 
Lo pidamos a una estrella fugaz o al soplar la botella cuando se acaba la última copa de vino. 
Son capítulos de una vida que no se volverán a pasar en señal abierta.

Ni cerrada. 

Simplemente pasaron y solo la memoria los capturó.
Pasan tan rápido que no da oportunidad de sacar la cámara. 
Registrar el momento para hacerlo eterno en algún tipo de aparato tecnológico. 
Los momentos especiales son veloces como el mismo suspiro.
Ese que llega al fondo del alma y se escapa por donde entró en solo segundos. 
Pasan sin pedir permiso y se roban minutos.
Segundos que no volverán más. 
Se pueden revivir en interno.
Sin proyecciones.
Sin vistas a la calle.
En cine mudo y a colores.



Como cuando estoy a punto de dormir y veo claramente cómo recorrías caminitos, subiendo, bajando, doblando mientras narrabas una historia personificando con el dedo índice y medio al "caminante". Ese que iba por grandes montañas "esforzándose paso a paso, escalando cada vez más alto. Paso a paso hasta llegar a la cima cuando de pronto..." yo bajaba rápidamente la pierna que simulaba una montaña para que se quedara caminando en el aire y suspendido en él "gritara ahhhhhhh" cayendo al piso en cámara lenta en solo un segundo. "Levantándose mareado, se ponía su mochila y emprendía nuevamente el camino a la cima". En unos segundos más volvía a caer al abismo para subir nuevamente, "y es que no hay peor caminante que el que no sigue caminando a pesar de las caídas" .

Yo reía....
Y tú...
Eras feliz con esa enseñanza que poco a poco iba entendiendo.


18.9.12

With a little help from my sister

Cuando otros pedacitos de alma que dejaste aquí en la tierra te hablan a través de mi blog, siento que todo tiene un fin. Que las piezas que fueron lanzadas al cielo en algún momento llegan a encajar tarde o temprano. Que todo lo que empieza por una razón, se ramifica en mil para dar paso a más oportunidades. 

Segunda hija.
Sanguchito (de las mujeres).
Más conocida como "Fuerza de Oso".
Esta vez le tocó a Lissy, creo que este relato no hace más que ayudarme a desestancar las lágrimas temerosas que guardo hace un tiempo. Lágrima de emoción por ver que una vez más, a través de otros recuerdos, tu figura sigue siendo la misma. El del papá que todo lo puede, que todo lo pudo...

"A ver, no sé como ni por donde empezar, tengo tantos recuerdos tuyos, algunos graciosos, otros emotivos pero todos, todos los recuerdos que tengo contigo los guardo un lugar muy especial en mi corazón. Es la primera vez que te escribo algo y será para el blog de Marité, tu bebe, el conchito, la última de los hermanos, ella como tu sabes te ha dedicado un blog y escribe cosas muy lindas sobre ti. Y ahora, es mi turno de contar una de mis historias contigo...

Era el 16 de enero del año 1999, yo había llegado de Iquitos y estuve en la casa por un par de meses esperando la llegada de Juan Diego, tu primer nieto, era un sábado aun recuerdo muy bien, que me levanté con ganas de almorzar paella, y mi mami y tu tenían un almuerzo y no me podían prestar el carro para salir a almorzar con Lucho, ningún carro quedó en casa. Yo molesta y caprichosa como una niñita engreída, empecé a renegar diciendo ojalá hoy me vengan las contracciones y no tenga movilidad, todo para que te sientas mal por llevarte el carro. Estaba molesta porque no se quedaron conmigo ese día, y así fue. Ese día apenas saliste empezaron mis contracciones, tenía la barriga dura como piedra, sin mucho dolor pero eran muy seguidas, entonces empecé a asustarme un poquito. Era primeriza y no sabía mucho de esas cosas. Le dije a Lucho y se empezó a reír de nervios, inmediatamente te llamó y en menos de cinco minutos estabas a mi lado. 

Nos subimos a tu carro, me llevaste al hospital y estabas muy nervioso, recuerdo, iba a nacer tu primer nieto. Apuraste a todos los doctores, me examinaron y el doctor dijo que todavía tenia muy poca dilatación y que como era primeriza no estaría lista sino hasta el día siguiente al medio día. Me querían regresar a la casa, pero a ti no te gusto para nada la idea y dijiste que de ninguna manera regresaba, que ahí me quedaría y que me internen de una vez. Tenías la experiencia con mi mami, que daba a luz muy rápido y creías que tal vez yo iba a ser igual. Es así que me quedé en el hospital, estaba enojada porque me obligaban a comer esa comida fea y yo lo único que quería era que nazca Juan Dieguito (el cabezón de mie como tú le decías), para conocerlo y tenerlo en mis brazos. El doctor insistió que no sería ese día sino al día siguiente y al medio día que llegaría el bebe, dijo, es mejor que vayan a descansar y vengan ya descansados mañana para esperar su llegada, yo que andaba de mal genio, saqué a todos del cuarto, hasta a Lucho. Ya cuando todos se fueron las contracciones empezaron una tras otra, cada vez más fuertes, ya no soportaba el dolor y toqué el timbre para llamar a la enfermera, la cual demoró un poco en llegar. Cuando por fin llegó, le dije: no soporto más el dolor y si así estaré hasta mañana creo que moriré, la doctora llegó después de unos minutos y comprobó que efectivamente Juan Diego ya estaba en camino. Oh nooo, tu papa me va a matar!!! Él me advirtió que podías ser como tu mamá de rápida para dar a luz

Los dolores seguían cada vez más fuertes, y me ganaban las ganas de pujar. Sentía la cabeza del bb fuera, había puesto en apuros a todos, Juan Diego se me salia literalmente! Todo eso mientras me llevaban en una silla de ruedas a la sala de parto. La doctora te llamaba por teléfono, ya me imagino tu cara, pero llegaste a tiempo para escuchar el primer llanto de Juan Diego. Las lágrimas empezaron a caer de tus ojos. Había nacido tu primer nieto. 

Siempre me acordare de ese momento, gracias papito por siempre estar conmigo, por siempre apoyarme en cada decisión que tomaba, por estar tan pendiente de todos nosotros, te quiero muchisimo y te extraño como no tienes idea..."

Gracias hermana...
Te quiero mucho.


14.9.12

Uno para ti

Ayer nos reunimos para celebrar tu cumpleaños, con la lasagna de champignones y espinaca que Karina siempre te hacía, con las risas a flor de piel por los infinitos recuerdos que cada uno se encargaba de contar.  

Fiestas, apodos, permisos no concedidos, peleas y discusiones que acababan en risas fueron proyectadas en la mente de cada uno de los que estuvimos presentes. 

Incluso me acordé de esa reunión sorpresa que preparó tu equipo de trabajo hace unos años con mucho cariño, en la que colgaron un telar enorme con una caricatura tuya. Era demasiado precisa, con bombas y demás "explosivos" en escena. Muy gracioso.

Servimos el vino y con las copas arriba en tu nombre nos dimos cuenta del pequeño detalle que nunca falta: servimos un plato que terminó sin dueño. 


Un plato demás...
¿Qué más puede significar eso?
No se me viene otra respuesta  a la cabeza más que tus ganas de compartir con nosotros.

Lo que encontré buscando más recuerdos

13.9.12

Sopla fuerte las velitas

Abriría los ojos y me pararía de un salto de la cama, para lavarme rápido la cara y los dientes y correr a tu cuarto con un paquetito bajo el brazo. 

Llegaría de puntitas y me daría cuenta que mis esfuerzos por no despertarte serían en vano, pues ya estarías bien despierto sentado al ras de la cama poniéndote tus típicas medias azules. Voltearías diciendo: Hola mamita! ¿Por qué te levantas tan temprano? 

Te daría un fuerte abrazo luego antes de que terminaras la frase para decirte fuerte ¡¡¡Feliz día papi!!! con un gran beso en el cachete. Finalizarías con unas toscas palmaditas en la espalda acompañadas de un tierno "gracias hijita pero es como cualquier otro día".

Te entregaría el paquetito bajo el brazo y ante tu molestia por haberte comprado un regalo solo atinaría a decirte "sé que no te gusta que te regalemos cosas para que no gastemos, pero era justo y necesario darte algo en tu día". 

Como siempre, refutarías con un contundente "no pues Marité. Yo quiero que tu te compres tus cosas y además ya tengo todo: camisas, pijamas, perfumes, no tienen porque molestarse". No podría seguir comprándote lo que siempre pedías: pañuelos y loción pantene para la caída de pelo, como cuando era chiquita. Recuerdo que en todas las fechas importantes en donde se hacen regalos nos decías eso, obvio que  asegurabas que ese era el regalo perfecto para ti, pero en realidad sabíamos que la verdadera razón era su cómodo precio. 

Pero te sorprenderías al ver el pequeño gran paquetito que  a pesar de no ser grande y pesado (el regalo), tendría un significado infinito. Creo que te gustaría más que todos los regalos del mundo...
Pues...
Este año solo te regalaría tiempo
Todo el tiempo del mundo para reírnos, conversar, contarnos cosas, aconsejarnos, mirarnos a los ojos y decirnos lo orgullosos que estamos uno del otro.

Feliz día papi...
Lejos, pero nunca separados de corazón.

Como soplaste esa vez las velitas con todos tus nietos...

Y toda tu familia...

12.9.12

Redondelita, redondelita... ¿ahora para quién serás?

Cortar una torta era muy divertido cuando estabas aquí. Es increíble pensar cómo algo tan simple como "cortar una torta" pueda tener historia entre los que te conocimos. Pues no hay manera que sea cortada sin mencionarte en el proceso. 

Cada quien tiene su manera de cortar los postres, sean kekes, pyes o cualquier tipo de torta. Hablo de las que son hechas en molde redondo, creo que las rectangulares o cuadradas no entraban en tu modelo. Además, esas no eran tan divertidas. 

En fin, como las tradiciones van de generación en generación, una de mis abuelitas, o tatarabuelitas le enseñó a mi abuela, esta  a mi mami y así sucesivamente a cortar las tortas de la siguiente manera:

Paso1: Hacer un circulo exactamente al centro del postre con el cuchillo. Apuntando con la punta hacia abajo cortar haciendo una redondelita hasta cerrar la figura con el extremo donde introducimos el cuchillo.

Paso2: Cortar tajadas alrededor del círculo de manera "uniforme". Dependiendo del tamaño que se desee para cada invitado.

Paso3: Apoyar con la espátula uno de los lados de la tajada que acabamos de cortar y colocar en el plato. 

Paso4: Ir limpiando los pedacitos sobrantes que impidieran cortar de manera uniforme cada tajada para dejar al final la primera redondenlita que cortamos en el Paso1.


¿Y qué hacemos con el centro? 
Ese siempre era para alguien en especial. 
Para alguien que se caracterizaba a la hora de partir la torta por decir "tenemos que emparejarla".
Alguien que con el cuchillo tarrajeaba cada borde dejándolo perfectamente servido.
Para alguien que tenía el corazón como los centros de todas las tortas del mundo: dulce como la miel.

Mañana te guardaremos el centro de la torta papi.
La misma torta que siempre pedías por tu cumpleaños.
La riquísima Torta Helada que tanto te gustó.



10.9.12

¿Futuro?

Hablando de terremotos... hace unos días vengo pensando en ese GRAN TERREMOTO que todos esperan. La verdad, no entiendo cuál es el afán de la gente, está bien prevenir y educar, pero alarmar y sembrar el pánico, ¿¿¿para qué??? Ahora los ojos y los dedos acusadores están puestos en el viernes 21 de septiembre

¡Qué tiene la gente! 
¿No pueden dejar en paz este mes que es especial?

Primero fue el 20 de marzo, un mega-cataclismo acabaría con miles de vidas y dejaría en ruinas muchas ciudades; luego vino el 21 de mayo (mi cumpleaños) y sus pronósticos del fin de los tiempos; y por si no fuera poco las rusas pastrulas siguen con sus conversaciones marcianas que les chismean que se viene el "segundo" mega-cataclismo, el que viene antes del megaarchirecontrasuperultra-cataclismo que sería el 21 de diciembre. ¿Qué onda con los 21?

¿Y alguien les cree después de las mentiras?
No lo sé! Pero siembran el bicho de la incertidumbre!

Sí, yo en el fondo debo confesar que algo de miedo tengo. No digo que me crea todo lo que dicen, pero sí lo pienso. 

Pienso en el qué pasa si... 
En el qué haría si se destruye mi casa...
¿Y si estoy en la oficina?
Me regreso caminando o espero a Lalo...
Cómo saberlo si las líneas se caen y no hay forma de comunicarse...
¿Y si pasa algo con la gente que quiero?
No me quiero quedar sola en el mundo...
¿Y si la tierra se abre?
Me puedo quedar a un lado, pero me puedo caer también.
¿Y si estoy adentro de la tierra y se cierra de nuevo?
En el terremoto de Japón la tierra se abría y cerraba como puerta de ascensor.
Mejor que si pasa, sea en la noche para estar juntos.
Pero cuando uno está dormido se vuelve medio torpe.
¿Y si estoy en la ducha?
Ahí sí que no la cuento porque llegar al primer piso en toalla y mojada es más difícil.
¡YA CALLATE CARAJO! 
¡Me provoca jalarme los pelos y tirarme un cachetadón por mongaza! 

¡¡¡Qué me pasa!!! Por algo me dejaste "entrenada" y confiaste en mí para irme a Pisco a los 3 días del terremoto del 2007 para ayudar además de trabajar. Aunque esa es historia para otro post completo porque fue una TRAVESÍA y tú, a pesar de la distancia te encargaste de cuidar cada uno de mis pasos con tus artilugios y contactos. Fue una experiencia demasiado extrema, están las ganas de ayudar por un lado, la impotencia de no poder hacer más por el otro y el miedo constante a que una réplica sorprendiera en cualquier momento. Llegar con 40 de fiebre a la casa para engreírme en los brazos de mi mami y en los tuyos fue lo mejor de esa terrible vivencia. 

Es vergonzoso, pero tengo que aceptar que tengo miedo. No porque me pase algo, porque no le tengo miedo a la muerte, pero sí al "cómo", al "qué pasará mientras pase". Temo a lo que les pueda pasar a "ellos", mi mami, Lalo, mi abue, mi Bruni, David, Karina, Eduardo, Dani, Maki... Lissy está en Estados Unidos así que el 21 de Septiembre no estará por acá pero igual pienso en ella y en mis sobris. No sé qué haría si les pasa algo. Creo que de verdad no podría soportar otro capítulo como el que viví hace casi 4 años. De terror...

El miedo se apodera de mí cuando ladran los perros.
Cuando el viento sopla muy fuerte.
Cuando leo estupideces que envenenan el alma.
Cuando pienso...
Cuando imagino...
Cuando pregunto...

Mejor cierro el pico y no pregunto más. Si pasa, pasará, pero solo espero que ya no inunden más las redes con predicciones que no hacen más que poner al mundo entero a temblar.

Mejor me zampo mis flores de Bach (esta semana me han recetado: miedo), espero que lo combata al menos en algo.

 

7.9.12

Anita y Enriqueta

Esta semana Costa Rica se vio afectada por un violento terremoto que ocasionó alerta de tsunami en casi todas las costas de latino américa y el caribe. A pesar de levantarse esta alerta y cancelar la amenaza no podía dejar de darle "f5" a la página de El Comercio para enterarme de cada detalle. Lamentablemente fallecieron 2 personas, pero queda el alivio que pudieron ser muchos más los afectados. Felizmente, es un país que parece tener reacciones buenas y de manera ordenada. Pudo ser peor.

Todo esto me llevó a pensar en el terremoto del 70', en el cual tuviste que ir a la zona afectada y ayudar a los damnificados llevando donativos y apoyando en todo lo que era humanamente posible. Recuerdo el día en que me contaste que casi vuelves a Lima con una niñita de la mano...

Era chiquita, tendría más o menos unos 3 años y había perdido a sus papás y hermanitos. Estaba sola en un mundo que para ella estuvo a punto de terminar. Llena de polvo y con la ropita un poco raída caminaba lento al lado de Enriqueta, su gallina. La llevaba del cuello, amarrada con una soga un tanto deshilachada, ella era lo único que le quedaba de "familia". Estaba entre un grupo de sobrevivientes que fueron conducidos a Chimbote, lugar en donde se instalaron los cuerpos de paz con carpas, instrumentos de primeros auxilios y alimentos enlatados. Todo era medido, el agua escasa y la ayuda inmensa, cada granito que una persona pudiera aportar era bienvenido. El grupo de damnificados llegó y al querer atenderlos la niñita se prendió de tu mano, fuertemente te apretó el dedo pulgar y miraste hacia abajo. Indefensa, débil y con los ojitos llorosos la miraste y sin decirle nada solo le agarraste la cabecita. No fue necesario que se digan nada, ella confiaría en ti y tú serías su protección. Días de espera vendrían para poder ser dirigidos a Chiclayo y poder buscarles una nueva vida a todas las personas que lograron ver el día después de esa violenta pesadilla.


Fue tu hijita incluso antes de haberte casado con mi mami, te veía como su papá, pues te encargaste de buscar todo para que esté tranquila y contenta: la limpiaste el primer día que se encontraron y le encontraste ropita nueva para que no tenga frío, a partir de ese día una linda relación empezaría a florecer. A la mañana siguiente, muy tempranito te levantaste sin hacer bulla y pasaste despacio para no despertarla, a ella ni a los demás que dormían apilados en la carpa, era necesario encontrar algo para que pueda tomar su leche. Una niñita de 3 años tiene alimentarse de la manera correcta porque de eso depende el resto de su vida. Una botella de gaseosa hizo de envase de biberón, el chupón sería lo difícil, pero entre los donativos encontraste una tetina que haría el match perfecto con ese envase de plástico. Luego del desayuno diario salían a pasear y le pedías que te esperara jugando con Enriqueta hasta que tú volvieras a la hora de almuerzo, seguro en la tarde era la mejor hora, pues jugaban a la pelota y a perseguir por todas partes a Enriqueta que por unos momentos era liberada de esa soga apretada al cuello. Aunque no era tan divertida como un perrito pero era su mascota al final. 

Días después llegarían de pasear para encontrarte con tus compañeros preparando una rica sopa la que les invitaron a los dos con todo gusto. Después de hacerla dormir te enteraste que eso que se tomaron estaba hecho nada más y nada menos que de la misma Enriqueta. Entiendo el tiempo difícil, el hambre que podían tener y la escasez de alimentos... pero ¿comerse a Enriqueta?, en el momento que me contaste detrás de tu sonrisa se ocultaba una penita inexplicable, no lo puedes negar. Felizmente lograste encontrar un peluche que reemplazó a Enriqueta sin problema. Tus amigos te pidieron disculpas, pero por obvias razones, los entendiste. Tú también disfrutaste ese caldo de Enriqueta.

Así pasarían días, semanas, hasta completar el mes de convivencia con la pequeña. Nunca supiste su nombre, pero tenía cara de Ana, para ti fue Anita, con cariño. Llegó el día de separarse, ella tendría que ir a Chiclayo a esperar por su nuevo hogar, su nueva familia. Pues a pesar de tus intentos por convencer a mi Abuelita para que la adoptara ella ya había criado a tres hijos que ahora estaban hechos y derechos, su labor de madre ya había culminado y no podría darle la vida que una niñita merecía, "los años pasan y también pesan", te dijo. Y tú, pues eras soltero y aun no conocías siquiera a mi mami, no podrías tenerla como hijita, por más que quisieras. 

El día en que su manito dejó de apretarte el dedo pulgar para subirse al avión de la mano de su nuevo peluche marcó tu corazón. Me lo dijeron tus ojos brillositos y tu sonrisa al contarme esta linda historia. Por más que no lograste colocar tú mismo en una linda familia a Anita, estoy segura que ahora es una mujer de bien gracias a ti. Gracias a su ángel de la guarda que la encontró el día que su mundo casi casi se termina.

Una vez más me doy cuenta que no solo te convertiste en un héroe el día que te fuiste al cielo, sino lo fuiste incluso cuando caminabas en esta tierra.


   

5.9.12

¿Tú mordiste el pan?

Llegamos a la casa después de haber estado todo el día afuera, entre caminatas mañaneras por todo Lima con las ganas aún vivas de hacer el rico deporte que tanto te gustaba, y almuerzos domingueros, se fue el día como jugando.

MA: ¿Qué hacemos? ¿Vemos una pela?
MI: Mmmmm mejor dormimos un ratito.
MA: Ya conozco eso de "dormimos un ratito", después nos vamos de corrido hasta mañana ¿y? Se nos fue el domingo. Acuérdate que odio los domingos, son tristes!
MI: No enana, nos despertamos en una horita nomás.
MA: No, tu duerme si quieres, como siempre yo me aburro.
MI: Te vas a enfermar tú. Eres puro estrés y nada de descanso.
MA: Así me quieres...

Se dio la vuelta para caminar en dirección al baño, no sin antes decirme con dulce voz: ¿me preparas un pancito? Y aunque hacía solo unas horas terminamos de almorzar, no me pude resistir. Me dirigí hacia la bolsa del pan y saqué uno, un poco aguadito por no estar "recién salido del horno", y lo puse en un plato. 

Saqué el cuchillo para abrirlo y poder prepararlo con algún rellenito para que no sea "pan con soledad", lo abrí (lo cuento a detalle porque es realmente increíble lo que pasó luego), y lo dejé en un plato para poder buscar el "relleno en la refri". Al abrirla me di cuenta que no había nada de nada, sólo algunos quesos que Lalo odia, así que saqué la mantequilla, esa nunca tiene pierde. No tenía muchas ganas de hacer huevo ni ensuciar más con mermelada, así que la ganadora fue la incondicional amarillita. Agarré el pan para prepararlo al toque y se la puse en cada una de las tapas, luego lo cerré y lo volví a poner en plato

Entró mi mami a la cocina y se llevó a Bruno a pasear mientras yo pensaba que algo faltaba para acompañar el pancito.   

Me di la vuelta para prepararle una taza de café con leche haciendo el mismo ritual con la misma minuciosidad para que todo salga rico: 
1) taza
2) azucar 
3) café
4) chocolate 
5) un chorrito de agua caliente. 
Solo un chorrito para empezar a batirlo fuerte fuerte hasta que se haga una pastita marrón, para luego echarle más agua y un poco de leche para darle el toque final. Todo estaba listo, así que cogí la taza con la cuchara para llevarla a la mesa donde estaba el pan.

En ese momento entró mi mami con Bruno y me pregunta mientras yo caminaba a la mesa: ¿qué, no está lleno del almuerzo? No pude responder con otra cosa más que: "Ah! Mami ¿por qué muerdes el pan? Era para Lalo, si quieres te hago uno". La cara con la que me miró, me demostró que ella no había mordido ningún pan, pero estaba perfectamente mordido.

Salí de la cocina como loca con el pan en la mano batiéndolo de arriba a abajo, llamé a Lalo, quien aún seguía en el baño, para preguntarle si había sido alguna de sus bromas. Pensé que tal vez pudo haberse metido despacito a la cocina, mientras yo preparaba de espaldas el café, morder el pan e irse sin más. Pero no fue así. 

¿Quién más estaba en la casa? Solo nosotros, mi abuelita y Bruno. Mi abue estaba en su cuarto en el segundo piso, no había manera, la tele-transportación no era una opción y haber mordido el pan de forma telepática tampoco, y Bruno, pues no era una mordida con forma de hocico, era una BOCA, y lo puedo jurar! 

Creo que no pudiste resistirte a mis ricos panes misios y estás haciendo de las tuyas más que nunca este mes; tú mes!

O bueno, tenemos duendes en la casa y no nos hemos dado cuenta...

Prefiero quedarme con la primera opción. 
Siempre se siente lindo cuando te sentimos aun presente.




3.9.12

Mes especial

Dicen que todas las personas que vienen al mundo en el mismo mes que se van al cielo, están bendecidas y tienen un pase bajo el brazo que dice "directo al cielo". Soy de las que toma este enunciado como verdadero y sin pensarlo 2 veces. 

Por eso, septiembre es un mes especial para mí y para todos los que aquí te recordamos. Es el mes en el que mis abuelitos lloraron emocionados por tener a su primer hombrecito y te dieron la bienvenida a este extraño pero precioso mundo. Digo extraño porque a pesar de tener mil maravillas tiene cosas que ni los locos entendemos -me incluyo en el fajo de locos que nadie comprende por pensar, valga la redundancia, en puras locuras- y que de alguna u otra forma nos llama la atención, queramos o no: como las ganas de irse tan rápido que tiene el "tiempo" hoy en día, el sol que se va a lugares inhóspitos en fechas irracionales en el calendario, las acciones inexplicables de algunos seres humanos que no tienen ni pies ni cabeza, los trabes, cabes, aterrizajes de emergencia, y paraguas que no abren en el momento preciso, solo por nombrar algunas "pequeñas" fallitas mundiales. Y bueno, extraño al fin pero fue el mundo que te abrió las puertas a muchas oportunidades, aventuras y vivencias al lado de nosotros. Fue el lugar en el que soñaste y no solo lo dejaste en simple sueño, sino lo volviste realidad. Y ese es el lado bello de este asunto llamado mundo.  

Además, septiembre es especial porque es el mes en el que decidiste viajar un poquito lejos dejando atrás ilusiones que son solo poquitos sueños no cumplidos (porque todo lo que te proponías se hacía real), logros (aunque también te los llevaste marcados en el pecho), tus costumbres y tus amores. 

A solo dos semanas de cumplir años te fuiste. 
Sin pensarlo, te fuiste.
Y lo más duro es que nunca te despediste.
Solo un beso en la frente y una risa por mi reniego a regañadientes por haberme despertado.

Este mes es especial por donde sea que lo miremos. Así que agárrate septiembre, que vienen días cargados de lindos recuerdos.

El heroe de mi vida