Cuando siento que el camino se hace largo
y un poco más oscuro,
tú me cambias el foco que se había quemado.
Y de alguna manera me guardas uno de repuesto,
para luego no andar sin reservas por el mundo.
Cuando corro y siento que voy a tropezarme
aun así sea con una pluma,
tú te encargas de quitarla del medio.
Y de alguna manera me enseñas a caminar,
para después correr.
Cuando siento que una lágrima está a punto de salir al sol
y me cuesta soltarla por temor,
tú me tomas de las manos y me cierras los ojos.
Para que al presionarlos ella se anime a salir,
y no quedarse a contagiar por dentro.
Cuando mi corazón arde de ira,
aunque en el fondo no la quiera sentir,
tú te encargas de enseñarme que el rencor nunca el bueno.
Tarde o temprano lo bueno siempre es premiado.
Aunque tal vez parezca un imposible.
Cuando siento que el mundo es injusto,
que da a los que más tienen,
quita a los que menos
y premia a los que no merecen,
tú de alguna forma,
inexplicablemente genial,
me mandas un mensaje,
por el medio que sea,
camba mi día entero.
Y quién sabe,
tal vez mi vida entera.
No lo sé...
al menos mi día terminó mucho mejor que como empezó.
Pero me hizo pensar una vez más,
que siempre que te necesito, estás conmigo.
Más cerca de lo que pocas veces imagino.
Lindo post, suena a canción...parece que tuviera una melodía mientras lo leía :)
ResponderEliminarMe alegra que cada día reafirmes mas el hecho de que El está siempre contigo, en todo momento y mas cerca cuando lo necesitas.
Besos :)
A ver si le pones un ritmito y lo tocas en guitarra ;)
ResponderEliminar