El poder de nosotros

Es increíble pensar en que sin ser "super-héroes", podemos tener "super-poderes" que ni siquiera somos conscientes de tener. No volamos, tampoco podemos caminar sobre el agua ni convertir en oro los objetos con sólo tocarlos, pero tenemos un gran poder arriba, en la azotea de nuestras propias casitas. Estoy hablando de: El poder de nuestra mente. 

Muchas veces escuchamos una frase que nos hace merecedores del gran premio al optimista del año, nos pone la chapa de "el positivo", el que siempre ve las cosas a colores y no grises, y hasta el ya conocido "Seguros Rimac". La típica "todo va a estar bien". Seguro la hemos escuchado tantas veces que puede cansar a cualquiera. Sé que soy digna hija de un positivo asérrimo como tú, pero igual tengo mis arranques de pesimismo y malos humores, como tú.

Recuerdo la vez que te hicieron muchas pruebas al hígado y páncreas, pues los doctores creían haber visto una mancha y todo parecía indicar que era lo peor. Nadie me contaba las cosas crudas como de verdad eran, a pesar de tener 20 años seguía siendo "la bebita" de la casa y por ese motivo trataban de ocultarme cualquier tipo de amarga noticia. Sin embargo, la cara de preocupación de mi mami era única, creo que cuando se trata de salud, ella es "Dr. Queen, la mujer que cura". No hay nada que no sepa de medicinas ni de diagnósticos fallidos, ella misma a veces acierta incluso antes que los mismo doctores. Al verla así mis preguntas salieron al ataque: ¿Qué pasa mami? ¿Está todo bien? ¿Te ha dicho algo el doctor? ¿Mi papi tiene algo? ¿Está bien su colesterol? ¿Los triglicéridos? ¿Su hombro tal vez? Y así iba descartando una a una cada posibilidad o hipótesis que creaba en mi cabeza.

La frase que respondió mi mami cuando seguro llegué a colmar su paciencia se quedó grabada en mi mente: Hijita puede que tu papá tenga algo muy malo, solo estamos esperando que el médico nos diga en una nueva prueba que le harán mañana si es operable o no. El mundo se congeló por un instante para mí. Mi mente viajó a mil por hora y no sabía cómo hacer para que deje de ir tan rápido. Estabas enfermo y nunca creí que eso fuera posible, algo tenía que haber salido mal. "Mami pero puede que se hayan equivocado, seguro no tiene nada!!! Es más, no hay forma que tenga algo malo", lo siguiente que me dijo mi mami me hizo poner manos, y cerebro, a la obra. "Solo pide que no tenga nada malo y seguro nada malo tendrá". 

Eso pensé y lo mismo mis hermanos. Nos dedicamos a hablar como si nada pasara y como si eso que dijo el doctor hacía unos días estaba totalmente errado. No había nada que pudiera hacernos pensar lo contrario. Había sido un error en la lectura de los análisis y el verdadero resultado saldría en la prueba que te harían al día siguiente. El tema fue más allá de los 5 (mis hermanos y mi mami), tíos y primos que sabían del tema empezaron a pensar exactamente lo mismo: nada malo tendrías.

Al día siguiente fuiste al médico con mi mami y mi tía Mary, ingresaste al consultorio para someterte a la esperada prueba y unos minutos más tarde saliste para esperar los resultados de la mano de mi mami. El doctor salió con su larga bata blanca y el rostro un poco pálido (pero ustedes seguían creyendo que nada malo pasaría), extendió la mano con dirección hacia ti diciendo "esto es realmente increíble David, la mancha que vimos hace unos días no está. Simplemente desapareció". 

¿Un milagro? ¿Una curación increíblemente rápida? ¿Los doctores se equivocaron desde un inicio? ¿No era tu momento? ¿La virgen, como le pidió mi mami, te dio una segunda oportunidad de vida?

Pueden ser esas y muchas otras posibilidades más, pero prefiero creer en que el poder de nosotros hizo posible que esto sucediera. No fue una sola persona, fueron muchas las cuales pensamos que nada de esto era real, que no era posible que pasara algo malo, y así fue. 

Milagroso o no, el poder de cada uno de nosotros hace la diferencia...

Todo es posible...