Pastillas para ser feliz

Me desperté pensando en un frasquito de pastillas. Unas milagrosas que las veces que he podido tomar el mundo parece aclarase un poquito más.

Creo que me compraré una docena de frascos vacíos, haré etiquetas bonitas y los regalaré a la gente que más las necesite. Quisiera regalar más de una docena, pero comencemos con unas cuantas. Al menos podremos aliviar en alguna medida a unos cuantos.

Se pueden hacer en varias versiones: para tener en la mesita de noche, para llevar en la cartera o tener de repuesto en la guantera del carro.

Pueden tomarse cuando tenemos uno o más de los siguientes sentimientos y/o síntomas:

- Mal humor

- Pesimismo

- Un mal sueño

- Tristeza

- Falta de creatividad

- Desesperanza

- Frustración

- Envidia (de la sana)

- Melancolía

- Desesperación

- y tal temible y conocido estrés 

Aunque este último pida consumir TODO el frasco en una sola dosis. Es efectivo, aunque sea por un momento. si vuelve luego, ya que importa, por unas horas al menos logramos desalojar al "mal-bicho".

Son buenas porque no causan ningún efecto secundario, salvo unos rollitos de más. Pero por el lado médico, no tienen daños colaterales ni dependencia al uso.

Lo mejor de todo es que son las únicas pastillas que pueden ser hechas en casa.