27.3.18

Recuérdame un 27 otra vez

Ayer vi Coco. Esa película que moría por ver desde hace tiempo y por una u otra cosa no podía: no querían verla conmigo, las funciones eran muy tarde o muy temprano, no había quién se quedara con los bebes, o mil razones más que hacían imposible que la llegara a ver. Hasta que por fin la vi. Y fue raro. Al principio pensé que iba a ser una película linda, con mensajes bonitos y de esas pelas que te dejan pensando con el corazón en la boca. Esta vez, fue un poco más allá. Me tocó el alma y me dejó esa sensación de que realmente todo en esta vida tiene dos versiones (el lado bonito, y el no tan bonito después de todo). 



La verdad es que es una película que me hizo llorar como hace siglos no lloraba y solo por una razón, tiene TANTO de cierto en cada mensaje que me llenaba el corazón de solo escuchar lo que decían. Cosas como "lo más importante es la familia", o "solo muere, lo que se olvida", y es tan cierto esto último que me hizo pensar en ti. En todo el tiempo que ha pasado y sigo sintiéndote aquí. Sin necesidad de prenderte una vela "en el día de los muertos" pero, estoy segura que si existiera un mundo de muertos sería así, tal cual. Cada uno viviría de sus recuerdos y lucharía por no ser olvidado sin saber que aquí abajo nadie los olvida. Por más que no existan fotos, porque quedan voces, memorias, caricias, palabras, sueños e incluso momentos que nada puede borrar. 

Así que hoy, que se cumple un mes más contigo lejos, puedo decir que no estás muerto, porque nadie te ha olvidado. Ni un poquito. Más bien, permaneces más vivo que nunca en el corazón y mente de todos y cada uno de los que tuvimos la suerte de conocerte. Y los que no, también. Estoy segura que eso de que uno no muere, a menos que sea olvidado es tal vez la frase más verdadera y genuina que puede existir. Al 100%.

Siempre te recuerdo... y siempre lo haré.

Recuérdame hoy me tengo que ir mi amor Recuérdame, no llores por favor Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás A solas yo te cantaré soñando en regresar recuerdame, aunque tenga que emigrar Recuérdame, si mi guitarra oyes llorar Ella con su triste canto te acompañará Hasta que en mis brazos estés Recuérdame Recuérdame hoy me tengo que ir mi amor Recuérdame, no llores por favor Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás A solas yo te cantaré soñando en regresar Recuerdame, aunque tenga que emigrar Recuérdame, si mi guitarra oyes llorar Ella con su triste canto te acompañará Hasta que en mis brazos estés Recuérdame


15.3.18

Después de mucho

¿Sabes qué es lo que más extraño de este rincón? Escribirte. Poner las manos en el teclado y simplemente hablarte sin pensar que nos separan -dimensiones, vidas, cielos, mundos- o como sea que se llame lo que nos separa. Sentir que no existe tiempo ni espacio y los recuerdos llegan solos uno tras otro como si jamás te hubieras ido. Y ya pasaron casi 10 años de eso. 

Parece increíble que haya pasado tanto tiempo y sigamos aquí, viviendo sin ti pero contigo a la vez. Es extraño, pero estoy segura que lo entiendes. La verdad no sé si sigas aquí, como todo el mundo dice: en algún momento ya se deja de sentir "la energía" o como quiera se llame. No sé, pero lo que sí es cierto es que hoy veo esa parte de la vida, como algo diferente: todos nacemos sabiendo que en algún momento nos vamos a morir, pero no sabemos cuando. Y si algo me enseñaste, y me sigues enseñando a lo lejos, es a por lo menos intentar, de vivir cada día como si fuera el último. Y si fue malo, a la mierda, mañana es uno nuevo y seguro será mejor, pero si toca otra vez malo, bueno pues, paciencia. De peores hemos salido, y peores nos tocarán. 

Pasé la etapa de consultarle a los "apus", de la "cólera" sin fundamentos, de las preguntas sin respuestas, de las miles de hipótesis sin conclusiones cerradas, de sueños que se volvieron pesadillas, de los "por qués", de los "y sis", de los "cómo hubiera sido si él...", y ahora estamos en el... y se fueron casi 10 años. 

He cambiado mucho... y aún no me puedo acostumbrar porque siento que no soy yo. La misma de siempre. He dejado los libros a medio leer, algunos capítulos a medio escribir, lágrimas sin derramar, palabras sin salir de mi boca y así, muchas otras cosas más que me han hecho caminar por un lado de la muralla un poco angosto, complicado, y también un poco enredado. Y una vez más vuelvo a ti como siempre, pero esta vez, no te escucho. ¿Qué hago? No sé dónde estoy ni qué puedo hacer para volver. De verdad que ahora sí me siento en medio de la nada, con la brújula rota y la lámpara sin luz a mitad de la noche. Puede ser una etapa, sí. Total, el ser humano siempre cambia después de todo no?

A ver si logramos algo positivo de esto... prometo volver más seguido... pero sin estreses ni TOCs de 2 por semana, ni 1 al mes. Eso ya no se puede.

Te extraño... como siempre.