Es como si me quedara una sola bala en la escopeta...
Con los ojos vendados y a quema ropa sin pensar en nada más que "salvarse". Oyendo su propia respiración agitada en medio del bosque, con sonidos lejanos que acompañan sus pasos temerosos. Hojas secas crujiendo, riachuelos corriendo, aves cantando, viento soplando. Y él solo caminando.
Las amenazas aparecen sin avisar. Al norte, sur, este u oeste, no discriminan tiempo, espacio ni lugar, solo llegan porque sí. Sin ser invitadas, sin ser bienvenidas. Irrumpen el tranquilo camino del destino aún con la nula mirada, pues sí que existe la confianza en caminar sin importar lo que venga. Sería otro el destino entonces, no ahora.
Un tronco parece haberse cruzado en el camino. Fuerte, grande y con muchas zonas seguras para un ya maltratado soldado que viene arrastrando a capa caída su pobre escopeta con una sola bala y la mochila de piedras en la espalda. "Podré aferrarme a este viejo tronco mientras llega la ayuda" se repetía como mantra agachándose un poco con cuidado de no caer en ese abismo que descubrió al llegar al final del bosque. "HOLA" gritó con todas sus fuerzas dirigiéndose al inmenso vacío. Tan profundo y tan grande que parecía haberse tragado el tiempo, el espacio, sumiéndolo en una oscuridad absoluta. Tanto que ni el eco de su voz era respondido. Ignorado completamente. Era el lugar perfecto para recuperarse un poco y emprender el camino a donde lo lleve el viento. Más adentro del bosque o a donde lo lleven sus pasos hasta donde alcancen sus suelas.
El silencio y soledad lo obligaron a dudar hasta el propio tronco que le dio cobijo. "Después de todo no has sido un buen refugio" le decía haciéndose la idea que lo escuchaba. "No me has dado más que tus paredes para esconderme del posible enemigo". Examinó la única bala que aún le quedaba y en silencio escuchó desde el interior del viejo tronco "Y tú, qué me has dado a cambio del refugio? Yo he tenido que surcar obstáculos increíbles que jamás imaginarías, soportar injusticias y hasta perder algo importante, como mis propias raíces. Mírame aquí, tirado en medio de la nada siendo hospedaje de bichos sin renta y sirviendo hasta de basurero de deshechos tóxicos. Sin embargo, no me negué nunca a protegerte del sol, de la lluvia, hasta de ese enemigo que solo habita en tu mente. Pues ese enemigo eres tú mismo".
El soldado pensó, y miró nuevamente su escopeta y se paró sin dudar apuntando a ese inmenso vacío que parecía habérselo tragado todo. Respiró profundo cerró los ojos y se gastó la última bala que le quedaba. Se sacó la mochila de los hombros y la dejó caer al piso.
"No necesito tener una bala de repuesto ni piedras que dificulten mi andar. El tronco que me protegió cuando más lo necesité me enseñó algo que no se aprende ni en las mejores escuelas".
El mejor escudo es uno mismo, y el peor enemigo también.
Aprendamos a ver las diferencias para una vida mejor.
20 comentarios:
cuando vi el título del post "La mejor solución" y el dibujo de la escopeta, pensé que ibas a matar a alguien... ufff menos mal que no fue así.
Bueno, como dices todo está en nosotros, nosotros mismo nos ponemos las barreras o avanzamos si queremos. Un abrazo.
Es muy cierto que a veces nosotros mismos somos nuestros propios enemigos, solo hay que vencer los miedos para alisar el camino.
Me gusto el relato.
unos besotes
Hola Marité. Muy bonita historia.
Realmente muchas veces somos nosotros y nuestros miedos y temores, los que nos impiden avanzar hacia adelante. Está en nosotros dejarnos dominar por ello, o atravesarlos y seguir adelante.
Un abrazo muy grande.
LUCHO
Gran verdad... Nunca había conocido un tronco tan sabio... ;)
Besos mentales.
No escribías hace mucho así, no como bloggera sino rimada, probando entre verso y prosa versada. Implícita y delicada como un rayo que anuncia caer pero no cae, sin embargo brilla. Bien.
Vaya que interesante reflexión, me ha gustado, sobre todo las conjugaciones del primer párrafo. Concuerdo! Los problemas aparecen de manera inesperada en cualquier lugar! A veces no apreciamos lo que tenemos y lo que nos dan y sin darnos cuenta con nuestras acciones (a veces inacciones) nos convertimos en nuestros propios enemigos.
a veces quien más nos ayuda está a nuestro lado y no lo valoramos como se debe.
muchas buenas moralejas se desprenden de tu relato.
un beso.
Sin dudas, adentro están todas nuestras armas. Un abrazo.
Edu, jajaja esa era la idea... que no es del todo descabellada te diré! jajaja
Sabores, qué bueno que te gustó!
Muchas gracias!
Lucho, es que es nuestro fuero interno el que nos debe ayudar a enfrentar esos miedos que nos meten cabe!
Belleza, podemos aprender de quienes menos lo imaginemos.
Un beso!
Mr.D, gracias.
Creo... jajaja
Un beso!
Gary, me halaga mucho leer estos comentarios de un escritor como tú!
Un beso y gracias!
Draco, mientras lo escribía pensaba lo mismo. Podemos aprender de todo lo que nos rodea.
Un beso!
Darío, así es. Encontramos las mejores armas.
Qué cierto, uno mismo puede ser su mejor amigo, o enemigo. O saboteador.
Un besotototototte! <3
Maravillosa historia, deja una enseñanza hermosísima... y creo que esto era justo lo que necesitaba leer en estos momentos de confusión en mi vida. Creo que en definitiva, yo sola me estoy complicando, soy mi propia y peor enemiga, y ya es momento de hacer las pases conmigo misma y ser aliada de mi vida.
Gracias por compartir tan hermoso post. Un enorme abrazo Marite.
Franchis, es que uno mismo se mete cabe y a veces no nos damos cuenta. Hay que estar atentos a todo...
Beso!
Adrianna, me alegra mucho q te haya gustado!
ME gustó tu entrada! y la frase final lo es todo!
Asi es, el peor enemigo es uno mismo, que tristeza.
Beso
yo creia que lo de hoy lo de hoy era tener como peor enemigo a corea del norte jejeje
xhaludos!
Max, gracias!
Qué bueno que te gustó!
Malque, es triste, pero cuando nos damos cuenta ayuda mucho!
Xhaby, jajajaja como siempre me has hecho reír con tu comentario!
Beso!
100% de acuerdísimo contigo!!! Nosotros somos los constructores de nuestro propio mundo, de nosotros depende tener una buena vida, o que sea un camino tedioso y triste, nosotros elegimos, o somos nuestros amigos o enemigos, no lo pudiste resumir mejor.
Un besote!!! Te quiero un montón!
Lenyis, gracias! Qué bueno que te gustó, de verdad es algo que vengo pensando hace tiempo.
Un beso grandote!
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