Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

27.9.13

Y pasaron cinco

Para hablar de mi papá siento que debo hacerlo en primera persona. Es decir, no referirme a “él” como alguien externo, sino hablarle directamente. De tú a tú. Como si estuviera del otro lado del espejo, o de la línea de teléfono. Por eso me acostumbré a escribirle cartas como si las fuera a leer al instante de ser enviadas. Es bonito pensarlo así y por eso le sigo hablando…



Es imposible resumir lo que ha pasado en estos cinco años lejos. A veces siento que estás de viaje, y hasta incluso en sueños lo he pensado: una conspiración ultra secreta o un trabajo confidencial te tienen lejos de tu casa sin poder acceder al teléfono ni correo electrónico. Esas ideas que rondan mi cabeza de vez en cuando aparecen, y creo que aunque pasen mil años seguirán rondándome. Sea como sea, me gusta tomar esta separación como algo pasajero. En algún momento todos nos volveremos a encontrar y esa es la única y absoluta verdad.

La verdad es que no sé cómo puedo resumir estos cinco años. Las alegrías nos inundaron muchas veces, los momentos difíciles también pero felizmente no pasaron de una terma rota y una gotera en el techo. Pero como siempre, nuestras exageraciones siguen igual que siempre y para nosotros era algo parecido al fin del mundo. Algunos estamos un poco diferentes, unos más anchos y viejos, otros más altos y grandes. Hablo de tus hijos y nietos respectivamente. Pero si volvieras a ver a mi mami, ella sí está igualita. Un poco más quejona que antes tal vez, pero en teoría igual que siempre. Bruno con diez años le sigue ladrando a todo el que pasa por la ventana y tiene una fijación increíble por cualquier tipo de peluche o juguetito que se mueva.

Lo que tampoco ha cambiado ni un poquito es la manera en la cual te seguimos extrañando. No hay sábado que almorcemos en la casa sin acordarnos de ti e incluso muchas veces un plato de más nos lo recuerda. Una silla vacía que luego es ocupada por Bruno también nos recuerda que tu lugar sigue y seguirá intacto porque sigues con nosotros.


Los recuerdos a tu lado son tantos que ni aunque escribiera uno al día se me acabarían. Creo que eso es algo que no va a cambiar jamás. Tal cual como dije líneas arriba, como si sólo estuvieras a unos kilómetros de distancia haciendo de “súper agente secreto”. Tal vez ahora sigas haciendo de las tuyas allá arriba, haciéndole bromas a los ángeles y jugando a asustarlos escondido detrás de las puertas. O haciendo la típica mordida de perro que siempre nos hacías atacando directo al talón del pie. Y por qué no atacando los rollos ajenos como hacías con el conocido “come rollos”.

Nunca podremos olvidar cada uno de los momentos vividos a tu lado, risas y llantos por supuesto para ponerle un poco de gris a todo el color. Porque si no hay algo de gris, no puede ser tan real al final de todo. Pero si de algo estoy convencida es que cuando te fuiste sin duda algo cambió en nuestras vidas, el mundo se paralizó por un momento pero para luego volver a girar de una manera distinta. Se vino abajo por un tiempo, pero nos dimos cuenta que Dios nos puso esta prueba para salir de ella juntos como familia. Y juntos como familia tratar de convertir ese dolor tan grande que  nos dejaste en esperanza. Esperanza porque la vida continúa y hay mucho más por vivir.

Nos enseñaste mucho cuando estuviste aquí, a ser libres, a decir lo que pensamos a pesar de estar contra la corriente, a luchar por lo que queremos, a ser valientes, a mirar al extraño con sigilo, a confiar en la vida, a desconfiar cuando es necesario, a ponernos rodilleras por si nos caemos, a volver a levantarnos, a gritar para desahogarnos, a cubrirnos la boca antes de estornudar, a pensar antes de hablar (aunque esto fue y seguirá siendo difícil para mí, tanto como era para ti), a volar sin necesidad de tener alas, a querer de verdad, a entregarlo todo cuando hay que hacerlo, a mostrar el corazón, a llorar sin miedo a que nos vean, a reclamar lo justo, a pelear por lo que soñamos, a sentir y a decir siempre la verdad. Tal vez te faltó un poco enseñarnos a cómo vivir sin ti pero eso no se enseña, es algo que se aprende a la fuerza y si hasta de eso tenemos que sacar una enseñanza, nos enseñaste a seguir creciendo cuando todo parecía estar perdido.


Pruebas siempre tendremos, pero como siempre he escuchado “Dios nunca nos pondrá cruces que no podamos cargar”. Es decir, que todo se aguanta, todo se supera, o mejor dicho, de todo se aprende y podemos adoptar una nueva forma de vivir felices. Y qué mejor ejemplo de que la vida sigue después de que te fuiste al cielo: me casé con una persona parecidísima a ti, tenemos una nueva integrante en la familia (Kristel), tus nietos siguen creciendo con grandes valores, y los planes a futuro se llevan siempre bajo el brazo. Porque estoy segura que desde allá arriba lo que más quieres es vernos sonreír en lugar de llorar, soñar en lugar de dormir, creer en lugar de duda… vivir, en lugar de morir. 

La vida seguirá siendo un poco difícil en algunos momentos, pues todas las semanas tienen un “lunes”. Pero también, tienen un viernes, sábado y domingo que todo parece florecer de nuevo. Como la vida misma.
 


25.9.13

Exceso de ángeles (parte II)

Cada día antes de salir me despedía de “ellos”, y al regresar me ponía de puntitas a ver si habían tomado algún caramelo. Pero nada, todo seguía igual, salvo por una excepción. 


Desde el preciso día que colocamos los caramelitos en el bowl, sobre la repisa del televisor, no podíamos dormir. Nos acostábamos con sueño y con ganas de dormir pero se hacía demasiado pesado dormir de corrido. Yo, me despertaba pensando que había dormido por horas y al mirar el reloj solo veinte minutos habían transcurrido. Al volverme a dormir, me destapaba por calor, me volvía a tapar por frío y cuando me paraba para ir al baño mi cerebro me decía que no me mirara al espejo. Ese pensamiento no me daba miedo en el momento, pero después, cuando lo pensé sí. Es algo un poco extraño. Y al acostarme nuevamente aún quedaban más de cuatro horas para que llegara la mañana. 

Varios días pasaron así. La noche se hacía tremendamente larga y pesada. Es algo que no me suele pasar porque generalmente ruego por unas horitas más de sueño. Y en esos días solo quería levantarme de mi cama, bañarme y empezar el día. 

Una noche, dormíamos como siempre tapados hasta el cuello cuando Lalo me despertó con un algo que pareció un grito. En realidad fue un grito pero de esos ahogados típicos de las pesadillas. “Qué pasó??? Qué soñaste!!!” Le insistía luego de despertarlo con una palmadita en el bazo. Al principio no me quería contar y eso fue algo que me preocupó. Pues cuando este señor no cuenta en el momento es por algo medio serio. “Dime, dime, dime, dime…”, hasta que me dijo: “Es que me pareció ver una mancha negra que venía desde allá (señalando frente a la cama) y se te ponía encima”. Confieso que se me heló la sangre y lo único que atiné a decir a las 3:30 AM fue “ay seguro estabas soñando. Qué mancha ni nada. Era un sueño, así son los sueños…” trataba de pensar en que todo estaba en su imaginación y ya. 

Pero al día siguiente, ya con luz de día Lalo me dijo, “te has dado cuenta que hace días no dormimos bien?”, y molesta le dije que ya estaba empezando con sus cosas. A lo que me dijo en tono un poco incómodo “desde que pusimos esos caramelos para tus ángeles no podemos dormir y ayer vi esa mancha”. Me mató con solo unas cuantas palabras. No podían ser los ángeles quienes no nos dejaran dormir. Era algo imposible para mí. 

Días después hablé con una persona que es muy espiritual y le gustan los temas de los chakras y puntos energéticos y le comenté que estaba invitando a los ángeles a pasar por mi casa: un tip de una amiga más que nada. Sonrió y cuando me miró a los ojos me dijo “Exceso de ángeles querida”. No hace falta invitarlos a pasar y abrir portales que tal vez ni existen. Con esto no me dijo que no existieran ni nada de eso. Simplemente me comentó que muchas veces hay seres que nos protegen y al querer más de ellos hacemos que se manifiesten de muchas maneras. En nuestro caso, podían haber tantos que no nos estaban dejando dormir.

Hace una semana, Lalo vio a los pies de mi cama una forma humanoide, que según él, parecía estar vestido de astronauta. Decidí quitar los caramelos, pero seguir creyendo en que los ángeles están siempre ahí para lo que necesitemos.

El mío a veces se va de vacaciones sin avisar, pero espero que este viernes esté a mi lado las 24 horas del día. Es un día especial.

23.9.13

Exceso de ángeles

De chiquita siempre me enseñaron que rezarle a los ángeles era un muy buen ejercicio. Me encantaba saber que existían seres especiales que velaban por nuestro bien y por qué no, por los sueños bonitos. Una vez tuve un libro de ángeles que explicaban los diferentes tipos que vivían en un reino celestial.


Con el pasar de los años, no quiero decir que ya no creo en ellos, siempre les hablo y les converso pero ya no tanto como cuando era niña y cerraba los ojos en la noche pidiéndole al mío, porque estaba convencida que cada uno tenía un ángel especial, que me hiciera soñar cosas bonitas. 

El año pasado, me llegó una cadena, así como esas de internet pero en esta "no tendrías siete años de mala suerte si la rompías ni te pasarían cosas malísimas" solamente estarías dejando pasar la oportunidad de iluminar tu casa un poco más con la presencia de un angelito. 

- Enana esas cosas no sirven. Solo reza y ya está!
- No Lalo! Yo quiero hacerlo porque me gusta creer en algo. Además, qué daño nos hace!
- Bueno, como quieras.

Es así como cierto día a las 10:00 pm hicimos juntos el ritual de hacer pasar a unos tres angelitos que se irían luego de unos días a la casa de cinco personas que yo eligiera. Lo hicimos y nada pasó. El fin no era recibir una sorpresa al cabo de esos días, sino, para mí el fin de todo era abrir tu corazón un poco más y creer en "algo" con mucha fe.

Es así como hace unos meses me contaron que a los angelitos les gustan los caramelos. Y, si es que uno busca que se le de algo especial, es bueno ponerle un platito con algunos caramelitos y pedirles ese deseo con todas las fuerzas del mundo. Sé que no es 100% real ni mucho menos, pero yo al menos, siento algo bonito cuando confío en algo externo. Algo más allá de lo visible que sepa lo que quiere realmente mi corazón. 

Y por eso lo hice. Una vez más, le comenté a Lalo lo que quería hacer, pero era necesario contar con él y con todas sus fuerzas para hacerlo real.

- Ay Enana otra vez? Esas cosas son sonseras.
- No hables así! En serio me gustaría que me apoyes alguna vez en tu vida sin protestar.
- Bueno ya pues está bien.

Fuimos a comprar los caramelos a la tienda y al llegar a la casa preparé un plato hondo con agua (para evitar que se suban las hormigas) y encima un pequeño bowl primero con 6 caramelos ya sin envoltura. Me dije que 6 eran muy poquitos, qué pasaba si querían más. Puse entonces dos más pero 8 no era un número ni tan tan ni muy muy. Así que puse uno más, pero el número impar no me agradaba mucho así que abrí un número 10, pero de ahí me di cuenta que habían más amarillos y blancos y casi nada de rojos y morados. Así que decidí poner 4 de cada color. Es así como 16 caramelitos rellenaron todo el recipiente que coloqué sobre el plato con agua. Se veía muy bonito.

Lo puse encima de nuestro aparador en donde está el televisor y empezamos a pedirle a los angelitos que cojan lo que quieran. Que se paseen por la casa y nos ayuden a confiar en que todo tiene que llegar cuando tenga que llegar. Ojo, no le pedíamos que nos ayude a conseguirlo, solo que nos de fuerzas para aceptar lo que venga. Sé que aunque deje un kilo de caramelos el deseo no depende de eso. Es mucho más que eso.

Cada día llegaba a la casa y me paraba de puntitas para ver los caramelos. No mentiré. En mi mente pensaba en "qué pasaría si faltaba un caramelo, o encontraba uno mordido o medio chupado", la imaginación es tan grande y extraña. Por más que creía que era un imposible, se me cruzaban esas historias increíbles. 


Todo seguía igual, la misma cantidad de caramelos, y la misma invitación imaginaria a pasar por ellos e iluminar mi casa.

Lo raro empezaría la noche siguiente...

20.9.13

Pasando el día en Cusco

Una semana cargada a mil se va para dejarme en claro varias cosas pero sobre todo, que aunque corramos para lograr lo que más queremos, todo tiene su propio tiempo. Todo tiene su ciclo y nada ni nadie puede meterse para cambiarlo. Es difícil, pero es así.

Ayer hice un viaje relámpago a Cusco por temas de trabajo y al regresar me sorprendió mi capacidad de "aguante". El día anterior sólo había dormido una hora. Creí que todo era una broma pero no, era real. 


Primero, decidimos dormir en casa de los suegros porque viven más cerca del Aeropuerto, y pensando en dormir un poquitin más decidimos hacerlo así. Entonces, llegamos a la casa a las 10:30 pm después de hacer unos temas pendientes y alistamos las cosas. A las 12:30, ya a punto de dormir abro los ojos y siento la cabeza un poco caliente, "ME OLVIDÉ MI SACOOOOO!!!". Qué haría en Cusco sin saco! Moriría de frío y empecé a sudar. Qué podía hacer. Regresar no era una opción, pues creo que no llegaríamos al aeropuerto a las 4:00 am. Irme sin saco, tampoco. Qué podía hacer! 

Fue cuando llamé a un taxi para que vaya a mi casa a recogerlo (previa llamada para avisar que tocarían el timbre a la 1 de la mañana y no mueran de un susto) y esperé hasta las 2:30 que llegaron con mi encargo. Listo, un problema menos. Cerré los ojos literalmente por una hora y a bañarme se ha dicho. Salimos al aero puerto a las 4:10 para llegar casi en veinte minutos. El sueño me había abandonado y aproveché en llamar a LAN para confirmar si ya estaban pagados los impuestos y demás, cuando la señorita "po" me decía "po" que mi ticket estaba ya pagado "po" pero que la fecha de regreso no era para el mismo día "cachay"? No se porque, pero me gusta el dejo chileno! Bueno pues, resulta que la señorita tenía como fecha de retorno el 6 de enero del 2014. OK???? O sea me quedaba a vivir en Cusco y sin maletas. Qué bonito!!! Entré en pánico, no me subiría al avión sin que me confirmaran que la fecha sería el mismo jueves 19 de setiembre! Qué estaba pasando! Lalo me ayudó a tranquilizarme un poco, como siempre, y fuimos a la sala de información y una gentil señorita ya no tan "po" me pidió mis boletos (de ida y regreso) y verificó que no había problema, el error fue porque el código de regreso no era el mismo que el de ida. El alma me regresó al cuerpo. 

Ya en el avión, pedí un vasito de agua para la "pepa salvadora" que me ayudaría por siaca me chocara la altura al llegar a Cusco. No creía que habría problema porque la última vez que había ido en el 2011 estuve relajada. Cero soroche. Pero como ando medio nerviosita últimamente, su pepa más. Y felizmente que la tomé. Llegué y sentí un poco de dificultad en que pasara todo el aire que quería pasar. Me senté y me dije a mi misma "relaja, cálmate no pasa nada" y así como así me empezó a latir el labio. Por Dios, qué significa. Saqué el espejo de mi cartera y según yo mis labios estaban morados (moriré... pensé), pero la persona que viajó conmigo no veía nada raro. Respiré hondo tratando de relajarme y me empezó a saltar el cachete "qué pasaaaa!" y al segundo arranqué con el cuello "me está saltando toda la cara!" y ya estaba bueno, me paré y le pedí a un señor de una tienda que me diera mate de coca. Me enchufé como 5 tacitas y listo. Todo malestar desapareció. Más tarde me di cuenta que solo fueron nervios. Me sentía más cansada al caminar rápido y subir escaleras, pero no más. Eso fue todo. Y además, en la noche ya estaba de regreso. Un viaje relámpago.

El avión fue otro cuento. A unos minutos de despegar miré por la ventana un poco feliz por ya regresar y vi una nube realmente apocalíptica. Era una nube como de película de terror que se acercaba lentamente con relámpagos y truenos porque podía verlos. Es el fin, pensé. Traumada me quedé mirando la ventana para cerciorarme que no se esté acercando más, y en unos 10 minutos la dejamos atrás. Felizmente llegué sana y salva. Cansada en extremo, pero bien.

Ahora, a trabajar unas horas para descansar. Pues ya me advirtieron (como diría Lenya: el patrón) que este fin estaremos en calidad de marmotas totales. Él estudiando pero yo sí descansando. La próxima semana se vienen días decisorios. Así que, vale la pena relajar un poco más. Dejemos el estrés para después. 

Hoy es viernes...

18.9.13

A quien corresponda...

La verdad es que no debería decir "a quien corresponda" porque debería ir a un destinatario con nombre y apellido, pero en estos momentos no sé a quién puede dirigirse lo que quiero decir. Por eso prefiero dejarlo así, a quién pueda corresponder esto que ni sé cómo llamarlo.

Me siento realmente como una coma. Tal cual. Así como cuando se escribe un párrafo y debemos darle una pausa a un enunciado, así. Como una coma. Un poco pensando en qué es lo que está pasando aquí abajo para que todo se sienta de cabeza. 

Lo que más quiero es decirme a mí misma que "por algo pasan las cosas", y pensar que si este no es el momento para lograr lo que me propongo, pues no es el momento. Sin ciencias ni explicaciones científicas. Sin dolores injustos ni mucho menos, simplemente aceptarlo y esperar los designios de ese alguien al que le escribo. 

Quién más que "usted" a quien corresponda lo que digo, para entender lo que guarda este a veces cansado empaque de imitación de ser humano "moderno". No existe alguien mejor que pueda saberlo todo, lo tengo claro. Pero por eso mismo exijo que que me de la sabiduría necesaria para aceptar lo que me toca hoy. Mañana será otra la historia, estoy segura, pero por ahora, necesito eso. Un poco de ayuda de ese que todo lo sabe. No sea indiferente y mire un poco hacia abajo, que los que no gozamos de tanto poder a veces rogamos por eso que a pesar de ser redundante suena bonito: me refiero a un "derrotero señalizado". Y si suena doble, mejor. Es lo que busco. Una guía, un camino, un patrón. 

Yo no pido soluciones, pido simplemente un poco más de lo que se me agota solamente para sobrevivir. Me refiero a paciencia, un poco de fortaleza y menos desesperación. Es eso lo que pido.  

Tengo mil preguntas sin responder y muchas de ellas no tienen explicación pero tampoco tienen razón de ser. No tendría incluso ni por qué preguntarlas, pero rondan en mi mente hace un tiempo. ¿Que nadie puede explicarme porque tienen que haber cosas sin explicación? ¿A caso no es un derecho saber todo acerca de uno mismo? ¿Estoy pidiendo explicaciones ilógicas? Si lo son, pues mil disculpas pero para eso escribo. Para ver si llega algún lugar del mundo lo que se siente estar en el limbo y ser una coma.

16.9.13

Extremos

He llegado a la conclusión que cuando una persona dice "no te preocupes solo vas a sentir una pequeña incomodidad, no duele mucho", quiere decir "prepárate porque duele, y duele mucho". Pero entiendo que lo hacen para aclimatar el terreno y que uno se prepare para la "estocada". Es comprensible y se agradecer el gentil corazón y acto de benevolencia.

Y así como hay esa cara de la moneda, también existe la exageración en ambos extremos. Eso deja mucho que desear hoy en día. Cuando algo es feo, lo ponen como lo más horrible del planeta, y cuando es algo bonito (no hermoso, sino bonito) algunos lo pintan como lo más bello que puede existir sobre la faz de la tierra. 

Me pasó algo parecido hoy cuando fui a que me hicieran unas pruebitas un tanto "incómodas como me la pintaron". Sabía a lo que me enfrentaría pero no quería pensar en eso, pero mi cerebro es el ser más bipolar que conozco, ayer busqué en internet algunos comentarios de mis amigas conocedoras, o ¿por qué no? de algunas que ya han pasado por esto.

Cosas como "ni te das cuenta. Al final dices, ¿qué ya pasó?" decían algunas. Mientras otras alarmaban "es algo insoportable. Me hizo llorar del dolor y decirle al doctor que por favor pare ya". Y así muchos más unos más cagones que otros. "Qué tanto así? No creo", me decía yo misma. "Vamos a ver qué pasa pues". Además, siempre he sido valiente, así que no tenía porque tener miedo.

En fin, una de las sugerencias que leí y también me lo dijo el mismo doc, era que guardase reposo el resto del día, bueno esa recomendación ya indicaba que dolería un poquin, pero bueno, nada como quedarse en casa un día. Trabajando, pero en casa todo sabe mejor. 

Y hasta que llegó el día y ahora puedo decir: SOBREVIVÍ. Pero pedía casi a gritos que paren. No es broma, duele y duele feo. El nombre de la prueba es casi imposible de pronunciar pero ya pasó. Y ahora puedo comentar también en esos foros y decir "yo también pasé por eso, duele, pero creo que es un dolor soportable, del 1 al 10 por un momento llega a 10 pero baja gradualmente y no te mueres. Sobrevives". A lo que agregaría que no hay nada mejor que concentrarte en el objetivo de esa prueba: saber que todo está bien.

Un lunes de terror que espero termine un poco mejor con los resultados esperados. Me adelantaron que todo está bien así que... a sonreír y seguir pensando en lo valiente que soy.


13.9.13

Taran taran tan tan!

Hoy soplas las velitas desde arriba. 

Asegúrate de hacerlo bien fuerte para que llegue hasta aquí y puedas apagar las que pondremos en tu torta helada como todos los años. Tu preferida. 

Te extraño igual que siempre. 
Pero hoy no se llora, hoy se celebra porque el cielo está de fiesta.

Y tal cual lo hacíamos de niños, lo hacemos de grandes. 
Las palabras quedan chicas cuando se trata de ti.





Tantas cartitas que te escribimos.
Hoy las leemos y recordamos. 
Nunca era suficiente...
Y es que a veces, las palabras sobran...


Siempre te ponía la edad que cumplías hasta que perdí la cuenta.
Siempre decías "felizmente".

Pero no importa porque aunque cumplieras 100 años el amor seguiría siendo el mismo!

FELIZ CUMPLE PAPITO!!!






11.9.13

Haiku de un deseo no complido

Una vez más...

Coge una estrella
Dile a ella
El idioma del amor


Una ola tumba un castillo de arena .
Una vez más...




9.9.13

La bailarina de cristal

Cierto día al salir de clases y llegar a casa en la puerta la esperaba la mamama con un paquete en las manos. "Llegó esta caja para ti mi niña", sostenía una especie de regalo envuelto en papel rosado que pesaba un poco más que una bolsa de arena. "¿Pero qué puede ser? Pesa mucho para ser algo tan chico no abuela?. Con una sonrisa y dándole golpecitos en la espalda entraron a la casa y al sentarse a la mesa desesperada la niña empezó a rasgar los papeles haciendo dejándolos al lado de la caja. "Que me estás haciendo un basural mi niña", cantaba la anciana.


Pero grande fue su sorpresa al ver que debajo de todos esos papeles de regalo estaba una común y sencilla caja de cartón. Ambas se miraron extrañadas y al abrir la tapa efectivamente vieron que dentro de ella había solo arena. "¿Quién me regalaría una caja de arena abuela?" y es que ni la sabia anciana podía responder la pregunta porque no sabía la respuesta. 

La niña se llevó la caja de arena a su cuarto y la contempló mucho tiempo. Antes de acostarse y al levantarse también. "¿Qué puede significar un montón de arena?", no se dejaba de preguntar qué quería decir ese extraño regalo. La abuela cada día le pedía paciencia y que se concentrara en sus tareas, que tarde o temprano descubrirían el secreto de la extraña caja. Siempre con una sonrisa en los labios. Nada era imposible para ella.


Un buen día, la niña se da cuenta que jamás miró más allá de la caja. Es decir, quiso ver algo más que arena en ese paquete, pero cómo podía verlo si ni siquiera había metido la mano para ver el tipo de arena, tal vez sería arena mágica. O algún tipo de secreto habría de esconder esa misteriosa caja. 

Metió la mano al principio con algo de temor pero lo perdió cuando agarró confianza. Nada malo podía haber dentro de ella. Sintió con la punta de los dedos algo frío, un poco duro para ser verdad, tocó un poco más arriba y parecía ir tomando forma. Era una estuatuilla. Sacó la mano asustada, pues no esperaba encontrar algo y mucho menos una especie de estatua inerte y fría. Levantó las cejas suspirando hondo e introdujo nuevamente la mano. Esta vez decidida a extraer el objeto el cual salió dejando una lluvia de arena tras ella. Era hermosa. Una bailarina de cristal que cambiaba de color dependiendo de la luz que le caiga.


La puso en su mesa de noche y la contempló por muchas horas.
Baila bailarina, baila.
Le decía la niña e increíblemente la estatuilla empezaba a dar vueltas sobre su sitio y hasta parecía escuchar una canción de fondo. Era mágica. 

La niña corrió al primer piso a ver a su abuela que hacía gelatina en la cocina, "abuela, abuela, la caja de arena sí que era mágica, saqué una bailarina hermosa que cuando recibe luz cambia de color y cuando le digo baila, baila! Y no tiene cuerda ni nada! Es mágica!", la abuela sonreía junto con su nieta, pues había descubierto el secreto más bonito de la vida. 

"Baila mi niña, baila", le dijo rozándole la mejilla con su mano arrugadita. "Ese es mi regalo para ti. La vida no solo es un montón de arena, sino es una búsqueda de un secreto que cuando es descubierto parece brillar por sí solo. Baila mi niña, baila". 

Se tomaron de las manos y empezaron a dar vueltas sobre su sitio imitando a la bailarina de cristal que seguía dando vueltas sobre su mesita de noche.
  

6.9.13

Sin razón de ser

Me agarró la mano y pude ver sus ojos llenos de nada. Así se sencillo, vacío como un jarrón viejo que ya no tiene ni color en su interior. Ojos desesperados pidiendo a gritos que la escuchen, que la entiendan aunque sea un poco. Quise decirle que quería ayudarla, pero tuve miedo. Miedo de no poder hacerlo y que todo empeore. Pero lo intenté. 

"Solo pido un día de recuerdos profundos y de paz interior. ¿Eso es difícil? No entiendo cuándo fue que me perdí y dejé de ser yo. Cierro los ojos y trato de encontrar ese punto de partida, o mejor de llegada a esa etapa que se quemó en el tiempo. Quiero volver, volver ahí y empezar a ser yo misma una vez más. Y es que realmente, a veces no me encuentro, y no se quién es esa que me mira en el espejo. Una extraña total me invadió y puso en gris todo el color que tenía mi vida. ¿Qué fue lo que pasó? Yo no lo recuerdo. Yo no soy mala, yo no merezco esto". 

Soltó mi mano y se fue caminando por donde la encontré. Vestida con los mismo trapos que hace unas semanas pero un poco más gastados. El tiempo no perdona.

No sé si cumplió sus deseos o si tal vez la vida se le escapó de las manos así como así. Pero lo que sí sé es que ella también tenía sueños y un mal día esos sueños dejaron de existir. 

Desde ese día tengo ganas de sentarme a escribir sin parar. Escribir todo lo que tengo en la mente incluyendo esas historias que nunca conté, todo lo que quiero lograr en mi vida aún así sean imposibles, quiero escribirlo todo en un papel (creyendo que es mágico) y en cuando lo doble a la mitad, luego en cuatro, en seis, y en ocho, y así hasta que sea tan chiquitito como un granito de arena. Así, podría volar con el viento y ser libre como él mismo. Para cumplirse, cuando tenga que cumplirse.

Mientras tanto...
A seguir soñando.


4.9.13

Regateo del bueno

Necesito un respiro mental que me haga sonreír mirando al vacío...

Hace unos años, cuando trabajaba en el corazón de Miraflores, sigo trabajando en Miraflores pero un poco más en el pulmón que en el corazón, todos los días luchaba con estacionarme. Pues no es fácil encontrar lugar libre en Parque Kennedy. Tenía que llegar una hora antes para no tener problema y estar tranquila, con el carro bien chequeado y al frente de la oficina por si las moscas.



A la hora de almuerzo, siempre me quedaba en el comedor y calentaba mi lonchera como hasta hoy, pero, así como hoy también, existían días en que las excepciones a la regla no estaban demás, los engreimientos y las saliditas en grupo a veces los restaurantes más cercanos (que son muchísimos) nos albergaban durante una hora y media.

Acostumbrábamos salir por el mismo parque, y cuando queríamos relajarnos aún más para desconectarnos del minute by minute del día chapábamos un taxi y nos íbamos a Larcomar. Digo "os" y uso el plural porque en ese trabajo fue donde conocí a Mónica, quien ahora es parte de mi familia como ya comenté hace algún tiempo en un post loco. Esa época fue genial, no habían días grises, todo era alegría y felicidad, eramos jóvenes y bellas. Aún seguimos siendo bellas pero jóvenes no tanto... qué dura es la vida!

¿Por qué no ahorrábamos tiempo y dinero yendo en mi carro? Porque simplemente me robaban el sitio ni bien sacaba el carro de mi lugarcito que con tanto trabajo conseguía cada día. No había manera humana que sacara el carro de ahí salvo que haya sido para irme a mi casa. No señor. 

Teníamos ya una tarifa planteada:
- Ya bueno, nadie nos lleva por 7 ni por 8. Pedimos 6 y ya está.
- O sea 12 en total con ida y vuelta.
- Afirma gorgojo (a.k.a Marité)
- Correcto Muy-Muy (a.k.a Mónica)Ah ok, 



Ese era el trato, siempre una pagaba el de ida, y la otra el de vuelta. Siempre con seis soles en efectivo (pague con sencillo) para ahorrar tiempo y también el típico "no tengo cambio señorita". 

Así pues, cada vez que un taxista nos decía "las llevo por 7 soles señorita", nosotros le preguntábamos con mirada y voz inocente, "¿seis?" para escuchar luego "vamos", o simplemente una movida de cabeza hacia arriba y abajo acompañada de una mano invitándonos a subir.

Y así la conversación siempre era en 3 tiempos:
- Señor, al Parque Kennedy?
- ¿Siete soles?
- ¿Seis?

Siempre la misma pregunta, tras pregunta. Nunca fallaba la regateada.

Cierto día, se nos pasó la hora con roche. Ya eran las tres de la tarde y hacía media debíamos estar sentadas en la oficina. Nos paramos apresuradas de la mesa y corrimos hacia el paradero de taxis. Como Murphy es tan exquisito, justo ese día NO PASABA NI UN SOLO TAXI. Cuando los días que no los necesitamos ABUNDAN en la calle, y justo el día que mataría por uno solo aunque sea un triciclo, NO APARECE NI UNO. Esperamos unos minutos y vimos un carrito amarillo que bajaba la velocidad al acercarse más a nosotras...

- A dónde las llevo señorita?
- Hola señor aquí nomas, al parque Kennedy (nótese el nomas).
- Ok, mmmmm 

La estaba pensando mucho y solo tenía los ya acordados seis soles en el bolsillo.
...
El tiempo corría y ya Mónica estaba buscando un nuevo taxi.
...
La seguía pensando.

- Señor es acá nomas!!!
- Ok, ¿cinco soles?
A lo que respondo sin pensar.
- ¿Seis?

Estallamos de risa a lo que él agregó muy acertado "bueno, no me opongo señorita". Simplemente, me hizo el día y la tardanza ya estaba justificada. Una sonrisa en un agitado día no cuesta cinco ni seis soles. Cuesta mucho más.

2.9.13

Dulce y Amargo Septiembre

Increíblemente empieza septiembre...
Un mes de sentimientos encontrados.
Celebraciones felices y otras no tanto.
Semanas de tranquilidad pero otras de locura total.
Días en los que recordamos y otros que queremos olvidar.
Momentos para reír, y otros para mirar con nostalgia.

Es un mes en el que los antónimos toman el protagonismo.
El blanco y el negro.
El oscuro y el claro.
El feliz y el triste.
El alto y el bajo.
El sí y el no.
El ayer y el mañana.
El dulce y el amargo.
La vida y la muerte.

Un mes lleno de detalles por donde sea que lo veamos. 
Un mes para enmarcar.
Un mes para soñar.
Un mes en el que se cumplen años.
Años de haber llegado al mundo, y haberlo dejado también.


El heroe de mi vida