Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

26.3.15

Más, sin saber qué

Vengo pensando hace días sobre qué escribir aquí y nada se me ocurre. Será que me volví aburrida? Será que me volví unas de esas mamás que siempre critiqué por tener solo un tema de conversación y darle vueltas a lo mismo sin parar? Será que mis días son tan monótonos que ya ni me provoca hablar de ellos?



Sí, mi vida cambió por completo hace unos siete meses. Lo mío dejó de ser mío para pasar a ser de ellos, incluso mis cosas ahora ya no son mías. Hablo desde mi cuarto hasta mi tiempo. Pero esos son los sacrificios de ser mamá. Es un trabajo hermoso, en el que sí provoca estar todo el día. Pero también tenemos otro tipo de obligaciones justamente por ellos. Para que tengan lo que deben tener y necesitan para vivir felices y tranquilos.

Ya no tengo mucho tiempo como antes, no leo como antes, no escribo como antes pero disfruto cada momento libre que tengo. Aún así sean solo minutos, trato de vivirlos de a poco y le saco el jugo a cada segundo. Confieso que a veces me frustra no hacer todo lo que tengo en mente, pero algo es algo al menos. Un día perfecto para mí es el día que me levanto temprano, le doy la leche completita al menos a uno de mis hijos y la mitad del biberón al otro, salgo a tiempo de mi casa despidiéndome como siempre de los bebes y llego bien al trabajo, me dedico a mil a terminar mis pendientes y hacer un poco más, a la hora de almuerzo aprovecho en escribir y leer lo que sea que tenga en "cola" para arrancar a trabajar en la tarde nuevamente. Salgo en punto para no agarrar tráfico mientras leo y reviso mi correo personal en el taxi y llego a la casa. A jugar, a comer papilla y a bañarlos. Luego al parque los cuatro juntos a dar una vuelta por la noche y a que nos de el airecito fresco hasta que la mecida en el coche los haga caer. Llegar a la cuna para empezar la rutina del último biberón para finalmente tirarme a la cama para mirar mi reloj y ver que aún son las 10:00 pm. A bañarme y prender la laptop para intentar ver mi serie preferida y finalmente dormir hasta que uno de los dos me llame de nuevo para cargarlo en mis brazos (generalmente eso pasa a las 3:00 am). 

El tiempo a veces no perdona, no deja mucho para vivir en pareja como se puede ver pero si uno realmente quiere, puede hacer eso y más para ser feliz. Por eso, ese día perfecto que describo líneas arriba no se da casi nunca. No se da porque dedico un poco más que eso a la persona que amo. Pues él tiene un lugar muy importante en cada segundo de mis días. Y a pesar que reniegue y patalee por el cansancio de día tras día acumulado, puedo querer y desear un día mucho más perfecto que ese. Sería tan lindo que él me traiga todos los días al trabajo (como hoy) y que también almuerce conmigo como antes, y hasta incluso me recoja al final del día para ir a comer algo de paso antes de llegar a la casa. Echarnos juntos a ver una película hasta que yo (como siempre) me duerma antes del final con la cabeza en su hombro derecho. Esa etapa ya pasó pero estoy seguro que algo podemos hacer para aunque sea repetir una partecita en nuestro "hoy" de a cuatro. En nuestra multitud de familia que recién empieza. 

A veces queremos más sin pensar que ya tenemos suficiente. 
A veces queremos más cuando aún no sabemos cómo manejar lo que ahora tenemos.
A veces queremos más y la verdad es que aún no lo merecemos.

Estoy contando los días para que lleguen esos feriados especiales y ver si por fin podemos hacer ese algo "más" que nos falta para recargar la gran sonrisa. 



El heroe de mi vida