Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

30.10.14

Vamos creciendo

Sentada en la mecedora con Marcel en el brazo izquierdo, empujando con el pie el bouncer de Naelle y poniéndole el chupón con la mano derecha me digo a mí misma: empezamos un día más de esta nueva y hermosa vida que se puso de cabeza hace casi ya 3 meses.


Es muy probable que ahora pueda decir que YO PUEDO con lo que venga. Tener dos hijos a la vez, con necesidades que atender a la vez, es para volver loco hasta al más cuerdo de los cuerdos. He estado a punto de tirarme por la ventana unas quinientas veces pero pronto entro en razón y pienso que por algo Dios me ha puesto en este camino. 

He pasado por todos los sentimientos en solo unos meses. Mis días son como una montaña rusa con repetición inmediata. Sigo sin diferencias el día de la noche y los lunes de los sábados. Como dicen, es una vida caóticamente hermosa. 

El ser mamá no viene con instrucciones, una no nace sabiendo pero es increíble como todo parece encajar como en un rompecabezas divino. Yo evadí algunas cosas que luego me pasaron factura pero ahora, creo que voy por muy buen camino y estoy segura en unos meses más estaré jugando poker mientras los veo crecer día a día. Esas son las ventajas de criar a dos bebes a la vez, seré master en el asunto y daré cátedra a quienes me decían que iba a ser casi imposible. Para todos, sí se puede. Y gracias a Dios tengo la ayuda de muchas personas que me quieren. 

Algunos temas me frenaron un poco y me quisieron enviar al fondo del hoyo, pero salí adelante. Soy una mamá sin leche, y no es que no lo haya intentado. Yo me compré TODO porque me mentalicé diciendo y pensando que sería una vaca lechera. Imaginaba los biberones hasta el tope y las bolsitas en la refri llenesítas de leche. Pero la realidad fue otra, y a pesar que tome hasta la hierva más extraña y el agua más pura solo un mes tuve un poco. La verdad es que daba pena. Comentarios como "deja que ellos te estimulen", "intenta todo el día", "eso está en la mente", me invadían día a día y sí, la mente es poderosa, pero la mía estaba tan tensa y nerviosa que simplemente la leche no corrió por mi sistema como debió haber corrido. Recuerdo los días en que llegaba a llenar 2 misias onzas en el biberón y lloraba de emoción (qué lástima que eso solo alcanzara para media dosis de uno solo de mis hijos). Hoy mis bebes son 100% fórmula y no me enorgullece, pero qué puedo hacer? No pretendía dejarlos sin comer prendidos de mi pecho alimentándose solo con las escasas gotas que me salían. Ellos nacieron chiquitos, y hasta hoy tengo que seguir luchando y ayudando en todo para salir juntos adelante como lo estamos haciendo. 

Las comparaciones nunca están demás y eso de que "todos los bebes son un mundo independiente" es cierto. Pero por más cierto que sea la comparación es inevitable. Es otra de las piedras en el zapato que me incomodan. A esto solo debo hacer la del ciego sordo mudo. No es fácil pero ya estoy aprendiendo.

No es fácil, nada fácil pero me hace feliz intentarlo. Con jalones de pelos y unos cuantos baldazos de agua para que se me pase la chiripiolca todo es posible. Quisiera tener cuatro brazos para atenderlos a los dos a vez, quisiera calmar su llanto en menos de un segundo, quisiera protegerlos de todito lo malo que pueda existir, quisiera garantizarles una vida más que feliz, quisiera que nunca nunca se enfermen, quisiera todo eso y más para ellos, pero lo que puedo hacer hoy y ahora es amarlos y darles esa vida que quiero para ellos. Enseñarles que el mundo no es de caramelo, pero ellos pueden hacer mucho para hacer de su vida la mejor y así tal vez contribuir un poco más a que este lugar en el que vivimos sea un poquito mejor, por lo menos para ellos.

Tengo tantas cosas por contar, y tan poco tiempo para hacerlo que ya me da risa. Este post empezó a escribirse hoy a las 6:00 am, son las 5:00 pm ahora y no sé a qué hora logre publicarlo. El día se me pasa tan rápido que entre leches, cambios de pañal y sacadas de chancho y calmadas de llantos y pataletas los minutos se hacen agua.

En unos días ya cumplen 3 meses, sigo viéndolos tan chiquitos como llegaron a la casa, pero la balanza y el centímetro indican que vamos creciendo. Digo vamos, porque cada día yo crezco con ellos. El tan esperado tercer mes llega y yo lo espero con ansias locas, pues dicen, que a los tres  meses el "llanto loco" de Marcel desaparecerá como por arte de magia. Aunque, los verdaderos 3 meses de él se cumplirán al cuarto mes (lo contaré de todas maneras muy pronto. Mentira, en realidad no sé cuando podré contarlo). Y eso que los bauticé hace poco así chiquitos nomas para ver si el espíritu chocarrero que tal vez lo poseía se iba de una vez por todos. Sí, tengo un hijo llorón que a veces parece poseso. 

Solo espero que llegue el día en que me puedan responder una sola pregunta: ¿por qué no se secan sus biberones como si la leche fuera la última coca cola en el desierto? Esa será historia de otro post, que algún día comenzaré y algún otro día publicaré.

Y pensar que pedí tanto porque me venga un angelito, que me regalaron dos directo del cielo. Bendiciones como esta no son tan fáciles de conseguir. Agradeceré al cielo por siempre, y aún así no será suficiente. 


El heroe de mi vida