Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

28.6.12

Al aire

A veces me pongo a pensar si todo esto sería diferente si hubieras estado aquí, conmigo.
Hubiera sino inevitable que NO me ayudes a elegir un camino.
Tal vez hubiera sido el mismo que decidí seguir...
O tal vez no...


Y hoy, todo sería totalmente distinto...
TODO

27.6.12

¿Tanto tiempo ya?

Es en estos momentos donde me provoca bajar de la cama y caminar con medias sintiendo el piso helado en cada uno de mis deditos. Bajar las escaleras por el lado izquierdo, ese lado que estrategicamente bauticé como "el lado silencioso", pues no se escucha el "crunchi crunch" que hacen todas las típicas escaleras de madera. Abrir la refri y meterme de cuerpo entero a investigar. Cerrarla sin hacer ruido y verte parado como maniquí en el marco de la cocina con cara de "te ampayé con las manos en la masa". O las manos en el postre, o en la torta, o dependiendo de lo que sea que hayan visto mis ojos en esas frías noches de invierno que el cuerpo pide dulce y nada más que dulce. Regresar con el rabo entre las piernas y subir uno a uno los escalones con la cabeza gacha, contigo detrás, hasta llegar a mi cuarto y meterme nuevamente entre las sábanas. Taparme hasta el cuello, escuchar tus pasos alejarse hasta convertirse en solo eco y escuchar el crujir de tu cama. Pensar solo por un segundo, mirar el techo y pararme nuevamente en medias para dirigirme a tu cuarto. 

Es en estos momentos donde me provoca acercarme a tu cuarto, darte un besito en el cachete sin importar que estés dormido y decirte solo "hasta mañana". Aunque no sepamos a ciencia cierta, si es que habrá realmente un "mañana". 

 Hace 3 años y 9 meses 
 que no te digo hasta mañana, 
 con un besito en el cachete del lunar.

25.6.12

Esos "ayeres"


Extraño ese tipo de domingos.
Esos días en los que entrabas a mi cuarto a partir de las 10:00 si seguía dormida.
Más de eso no era "normal".
Algo me pasaba, o estaba enferma.
"Esther algo le pasa a la bebe (tremenda viejonaza y seguía siendo tu bebe), no se despierta hasta ahora".
Y ya cuando se te hacía demasiado raro, entrabas de puntitas a mi cuarto.
Me despertabas como solo tú lo sabías hacer. 
Siempre con un cariñito en la frente, nunca a lo cachaco.
Así a quién no le gustaría que la despierten no?
Bueno, en mis días versión "gremlin" me reventaba que lo hicieras.
Pero ahora,
la verdad es que lo extraño.


Extraño ese tipo de domingos.
De duchazos apurados para salir a almorzar.
Día en que las decisiones más difíciles son así de sencillas:
"¿¿¿Pollo, chifa o carnes???"
Donde el premio mayor vendría más tarde con la elección del chocolate del día.
Casi siempre lo dejaba a tu criterio, nunca me fallaste.
Siempre era el más rico de todos.
Días de salir en tu carro y escucharte decir: "si todos los días fueran así, me encantaría manejar".
Ahora comparto totalmente esa idea.
Esos días en que no te cansabas de decirme que me quede en la casa descasando y viendo películas.
Yo renegaba porque quería salir, a cualquier lugar. Simplemente pasar la tarde del domingo afuera de la casa. Obvio, habían días en los que también me quedaba. Pero no eran la mayoría.
Pero ahora daría todo por tener un poquito más esas tardes contigo.  


Extraño ese tipo de domingos.
Que preparaba mis cosas para "mañana" y tú me decías entre broma y broma:
"No vayas al trabajo hijita. Quédate durmiendo en la casa y acompaña a tu mamá".
A lo que seguidamente mi mami renegaba como si hubiésemos insinuado que ella durmiera todo el día.
Días de películas con luz apaga de cortinas cerradas.
En esos días en que la noche caía un poco más lento.
Y los hasta mañana cerraban el capítulo con broche de oro.
Un beso en el cachete y listo.
Cerraba los ojos tranquila.
Me había despedido de ti con un "hasta mañana" de todas maneras.
Aun incluso sin saber si existiría ese "mañana".


Extraño esos domingos donde se esperaban los lunes con las mismas ganas que ahora.
Pero por alguna razón eran menos tristes que ahora.
Extraño esos domingos color bonito.
Esos días en los que se viven momentos ricos.
En los que solo provoca congelar el tiempo para siempre.

21.6.12

Dosis


Como si no hubiera pasado nada...


Miro el cajón de mi mami y creo ver las bolsas de caramelos que estratégicamente escondías ahí. Para tus noches de insomnio. Para tus "bajas de azúcar" que solo se iban con una dosis de frunas, o gomitas azucaradas. Me acerco y trato de buscarla. Meto la mano debajo de la ropa, y de pronto vuelvo a tener 10 años. Busco y busco algún resto de dulce para ver si me unía a tus travesuras. Escucho pasos y no digo nada. Tal vez eres tú, que viene a ayudarme en la misión secreta en la batalla de los caramelos. Nada, no encuentro nada y corro al cuarto de Karina, me acordé que su "principito granoazul" le regaló una caja de chocolates por sabe Dios qué día especial. Corrí para abrir el cajón de su escritorio. Necesitaba un chocolate. Era el trofeo de mi hazaña y tenía que mostrártelo. Sentía los pasos ahora más cerca, ya no en la escalera sino entrando al cuarto. Podías ser tú. Sí, seguro eras tú para acompañarme en mi misión ultra secreta. Cuando, según yo, ya estabas detrás mío empecé a decir "es que quiero robarme un chocolate de Karina pero no los enccc......" Volteé para verte y lo que vi fue a la misma Karina con las manos en la cintura y con cara de Doña Pepa un poco asada. Me puse roja y me fui con las manos vacías. Ya en la noche llegarías y me invitarías tú una de tus famosas gomitas. Directamente de ese tarro transparente que tiene aún un lugar especial en el estante de tu cuarto".

Como si no hubiera pasado nada...
Miro nuevamente ese mismo cajón para ver si aún encuentro las bolsas vacías que tanta veces te vi devolver a la misma bolsa pero sin caramelos dentro. "Es para hacer la finta pues hijita. Sino tu mamá piensa que me comí todas de golpe". 

Todavía sigo sin entender cómo tenías la panza chata y las piernas flacas comiendo lo que comías. 
Debe ser porque todo se te iba al corazón.
Ese sí que era panzón.

19.6.12

Solo digo...



Llega un momento en que una persona alcanza un punto máximo de ebullición.
Cuando la paciencia se agota y las ganas de mandar todo a volar se despiertan.


Ese preciso momento en que uno se pregunta: ¿por qué no hice lo que tanto quise hacer?


Nos hubiéramos evitado malos rato,
y tratos.


Hubiéramos ganado minutos valiosos,
solos o acompañados.


Las sonrisas serían más oblicuas que nunca,
sinceras como ninguna otra.


Los papeles serían mis compañeros día a día,
todo el día.


Los lapiceros y teclas de computadoras, 
mis aliados.


La taza de café con leche siempre a la mitad,
con le huella del labio bien marcada en el borde.


Los libros no estarían apiñados en la mesita,
sino ya culminados y en la estantería de los "libros terminados".


La pena sería mínima,
y las ganas de seguir serían máximas.


Pero solo un respiro me basta para volver aquí a la tierra.
Mirar el cursor que va y viene,
- que aparece y desaparece-,
- que se ve y no se deja ver-,
en una pantalla en blanco,
me hace pensar que todo lo anterior no es real.


Lo digo una y mil veces,
y lo podría volver a repetir...


lo único que me pasa,
es que...
estoy cansada...


Con ganas de bajar los brazos...
y sacar la bandera blanca.
Esa que todos llaman, la bandera de la paz.

15.6.12

Feliz día papi


Si esta canción pudiera tener un significado... 
sin duda tendría tu nombre.
Y tal vez diría todo lo que siente mi corazón en este preciso momento.
Y es que cuando no hay palabras que expresen lo que quiere decir el alma...
interviene la música.

Y tal vez...
solo tal vez...
Si me dieran la oportunidad de mandarte algo,
de la tierra al cielo,
sería algo que encontré hoy la bolsa de los recuerdos.
Esa bolsa llena de sueños y deseos que guardas en la parte de arriba del closet del baño.
Donde mi mami y tú ponían cada pedazo de papel,
con palabras sueltas,
dibujo a mano alzada,
y mensajes cargados de amor.

Solo así... 
y con los ojos llenos de aguita...
acompañando el viaje del dibujo con la misma canción,
podré sentir que mi mensaje llegó a su destino...

el cielo...


Día del padre (1992)
Tarjeta cerrada

Tarjeta abierta


Leyendo cosas como las que acabo de mostrar, y también cositas como ésta es que puedo decir que des niñita... fuiste y serás mi heroe.

Feliz día del padre...




14.6.12

Días especiales


Es imposible no sentirme triste esta semana.
Trato de pensar en algo más pero me gana lo que escucho.
Lo que veo.
Lo que cuentan.

Todos andan pensando en ese día.
Y con justa razón.
Haría lo mismo y tal vez elevado al cubo.
Estaría renegando de lo lleno que está Ripley...
De lo caras que están las cosas...
De lo difícil que es regalarle algo a un hombre.
Más aun cuando no es cualquier hombre.

Mis ojos se tropiezan.
Pienso y miro al cielo para no volver a pensarlo.
Pero a donde sea que mire hay alguna frase al respecto.
Regalos, viajes, descuentos, restaurantes, ofertas.
Toda la ciudad está invadida de “el mejor regalo para papá”.

Cuando en mi caso, el mejor regalo que puedo darte este domingo es una sonrisa y millones de besos al cielo.

Feliz día del padre para el mejor papá del universo… 
terrenal y también celestial.

12.6.12

De muelas

Cuando me entran ganas de azúcar de buenas a primeras es alarmante. Ayer estuve con un chocolate en la mente todo el día. Concentrada en que NO debía comer me embutí de agua hasta que sentí la panza como un tazón. Literalmente me movía y sonaba: glup, glup, como cuando mueves lentamente una botella y se escucha claramente el agua ondear por las paredes del plástico o vidrio.

Me duró poco la fuerza de voluntad al llegar a la casa. Estamos primero días de junio, días post cumpleaños de mi Tía Martha y David. Eso significa cajas de chocolates en los cajones gracias a los cálidos gestos de los amigos y familiares que conocen los gustos de ambos.

Ataqué el primer cajón de David y vi una caja de chocolates de La Ibérica. Chocolatitos de monedas, cartuchitos, milkys y toffees de todos los sabores encontré ahí dentro. Todos juntos. Solo debía coger uno. Pero cuál??? Todo me gustaba. No podía decidirme por uno. Y me entró el cargo de conciencia, como si tú me estuvieras hablando: “te vas a comer un chocolate habiendo batallado todo el día???”. Cerré la caja y el cajón. Solo un Toffee quedó en mi mano derecha.

Lo guardé en mi cartera y me puse a ver tele. Las ganas se me pasaron conforme iba pasando el tiempo. Llegó Lalo y subimos a la casa. Estaba a punto de comer su platón de Chifa y encontré el Toffee en la cartera. No me importó y preferí comérmelo antes que comerme un pan o un poco de arroz. NO CARBOS EN LA NOCHE. O al menos, eso es lo que “trato”. Mientras conversábamos sobre el día que ya se terminaba iba masticando el pedazo de dulce que tenía en la boca. Lo mordí. Se me pegó a la muela y sentí una desesperación terrible. Cerré los ojos, me agarraba la boca, hacía la mano hacia arriba y rápidamente hacia abajo, me echaba aire a la cara, hasta que se despegó. Me empecé a reír sola de lo que vino a mi mente en ese momento…

- Papi papi! Se me está moviendo la muela!!! Me da nervios!!! Qué hago???
- Ya sácale hijita. Así nomás de un tirón!
- Noooooooooo! No, no, no, noooooo! No papi, no me toques la muela!
- Pero mira, la agarras ahhhhgiiiii (cogiéndote la muela con los dedos) la mueves despacito y se sale sola.
- NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
- Y si te la amarro y hago la del truco de “la puerta”.
(esa idea me daba más miedo que nada en el mundo a esa edad)
- Noooo!!! Déjala, solita se caerá.
- Hijita y si se te sale en la noche cuando estás dormida y te la comes?
(no voy a negar que eso me dio más miedo aun, pero nada ni nadie me quitaría la muela de un solo tirón)
- Me la trago pues. Total ya saldrá después.
- Bueeeeno…

…unas horas más tarde…

- Hijiiiiita, quieres chocolates?
- Sí!!! Quiero!
- He comprado unos bien ricos!!! Toma, prueba.
(igualitos al que me acababa de comer: cuadradito, chiquito y todo de chocolate)
- A ver… “crunch”
(me quedé en la primera mordida. Abrí los ojos de par en par y lo miré. Me agarré el cachete derecho y cerré los ojos fuerte fuerte)
- Qué pasó… (me dijiste entre risas)
(Abrí la boca y me saqué el toffee. Esta vez no estaba solo. Estaba con mi muela pegada en él)
- Jajajajajajaja Ya se te salió??? Ves que rápido???

Desde ese momento evito los toffees. Ahora debería aprovechar ese miedo y creer que también puede pasar lo mismo con chocolates y cosas engordantes... Tal vez ayer me mandaste ese recuerdo como "angelito" bueno para no comer dulces. Cuando no tú!

Ahora, me acuerdo de esa sensación y se me sigue poniendo la piel chinita por los nervios. Me da mucha risa pero también se me para el corazón cada vez que me olvido “de su poder”. Cada vez que subestimo al toffee y me lo meto a la boca sin pensar en nada más. Es al momento de despegarlo de las muelas cuando apretó los puños y ruego que esta vez… mi muela no salga acompañándolo.

8.6.12

Viajes


Puedo vivir un piso más arriba de ella, pero igual la distancia se siente…

Puedo tomar el jugo de las 7:00 am en su cuarto, pero las dos horas antes de irme a trabajar se hicieron 20 minutos desde hace un tiempo.

Puedo tener aun algunas cosas mías en la mesita de noche que estaba a mi lado, pero ya no las busco cada noche antes de dormir.

Puedo darle siempre le doy un beso de hasta mañana, y agradezco hacerlo en la mañana siguiente para decirle buenos días, pero el tiempo entre uno y otro se hace larguísimo.

Puede ser solo un mesecito lejos… pero cuando se trata de ella, un mes parece un año.

A ver si me ayudas desde allá arriba.
Aunque sea una manito.
A ver si tú la convences.

Dile que se tome fotos, muchas fotos. Que aproveche en estar con enanos que no vemos desde mi matri, que esté con Lissy, que ya pues también le toca a ella disfrutar de mi mami al menos un mes. Como me dijo Maria Paz hace un tiempo “tú la tienes todos los días, todo el año, ya déjanos tenerla por acá un tiempito al menos no? Préstala”.

Dile que se abrigue en el avión por el aire acondicionado. Sóplale al oído todo lo que va pasando en el vuelo. Que se coma un chicle cuando se le tapen los oídos. Que se acuerde de las maletas y que esté atenta a los carteles. Tal y como lo hubieras hecho estando aquí.
Yo también se lo diré, pero más me ayudaría si le mandan ese mensaje desde el cielo.

Desde allá arriba síguela cuando esté por ahí más cerquita de ti desde el avión.

Dale las ganas necesarias para que sonría, conozca y aproveche cada segundo de alegrías.

Aunque sea en sueños… mientras abraza tu pijama en las noches. Mientras cierra los ojos y te habla, como sé que lo hace. Mientras mira tu foto en su mesita de noche, y piensa que le hubiera gustado más ir a ese viaje contigo.

Si me ayudas con eso será mejor.
Si es así… siento que la extrañaré igual. Pero estaré un poquito más feliz porque sabré que ella lo está.





Bonus

Soy top comentarista de mayo en el blog de Xhaby!
YEI!!!



4.6.12

Filo

"La vida pone personas difíciles en nuestro camino para que sepamos cómo enfrentar futuras situaciones". Al escuchar esto, simplemente entendí un poco más lo que me está pasando en estos últimos meses. 

Tengo tal "fijación" por lograr algunos objetivos en mi vida "ahora", que dejo de lado otros que son realmente vitales. Literalmente necesarios para vivir. 


Es decir cuándo dejé de sentir el aire pasar por cada una de mis venas para empezar a escuchar los latidos desesperados de mi corazón estresado? 

Quiero superar las pruebas.
Saltar por encima de los puentes.
Caminar esquivando las rocas.
Tropezarme también, de vez en cuando.
Pero levantarme al fin.
... como siempre lo he hecho...


La vida me pone personas difíciles.
No es algo en mi contra.
Solo es la vida.
Que a veces le provoca jugar.


Además, creo que nunca, lo he comprobado, nunca ese que vive contigo y que todo lo puede, nos manda pruebas que no podamos superar. Es simple... aunque no lo parezca en el ese preciso momento.



... somos simples granitos de arena en una playa gigantesca.


Solo eso...


* Como lo dije hace un tiempo, hoy lo vuelvo a decir: que hablen mal de mí las veces que quieran...  se siente rico!

1.6.12

Mejor no renegar


Me paré de la cama con el pelo alborotado, y los ojos entreabiertos y la mente aun en la almohada. “China china” como me dice Lalo. Y como siempre, pisando el suelo primero con el pie derecho. Una manía tonta que no se me quita hasta ahora. Literalmente, pienso en poner el derecho primero. En fin, mi objetivo: llegar a la ducha. Se me hacía tan largo el camino que miré tres veces en un recorrido de un metro hacia mi cama nuevamente. Lalo tapado hasta la nariz, encogido como gorgojo entre las sábanas + mis sábanas que fueron despojadas sin más ni más hacia él para poder levantarme. Qué envidia poder dormir unos minutitos más al menos. Pero no, el “correr del tiempo” pudo más que mi flojera y me metí a la ducha. Cada minuto en la mañana vale oro.

Mi momento de “reflexión” es cuando me paro frente al closet para ver qué ponerme. Es en ese momento donde a veces me pongo a pensar en mil historias. A evocar recuerdos que tal vez no estaban a la mano en mi memoria a corto plazo. Es ahí donde decido si sonreír o sentirme un poco nostálgica. Generalmente depende del día, y de la noche anterior.
Hoy decidí sonreír.
Decidí hacerlo gracias a ese recuerdo…
Gracias a volver a ver tu risa y hasta escuchar tu risa agarrándote los ojos con los dedos (pulgar de la mano derecha en el ojo derecho y en índice en el izquierdo). Como si te limpiaras las lágrimas que a veces salen cuando literalmente “lloramos de risa”.

Era de noche y yo recién llegaba a la casa. Había tenido un día de aquellos que uno quiere que pasen y pasen YA. Después de un día de trabajo tuve que parar en el banco a sacar plata. Bajé del carro y puse la alarma. Caminé y me acordé que no había sacado mi cartera. Volví al carro y la saqué. Cerré la puerta y caminé buscando la llave para poner la alarma. La había dejado en el carro. Volví nuevamente un poco más molesta y la saqué del asiento donde la dejé olvidada. Caminé, puse alarma me colgué la cartera y busqué mi celular. No lo tenía y obviamente lo había dejado en el carro. O no? Me entró la duda y una vez más volví al carro pero esta vez acompañando mis pasos con un “melódico” PTM. Entré, lo busqué y estaba en el piso del asiento del copiloto. Cómo llegó ahí? Seguro que una de las frenadas bruscas en la Javier Prado. Vi mi lonchera al lado del celular. Mi lonchera que más parece cartera. “Ya mejor saco también esto porque pueden pensar que es cartera y me revientan la luna”. Caminé hacia el banco por fin ya sin importarme haber olvidado algo más dentro del carro. Hice lo que tenía que hacer y me subí nuevamente al carro. “Carajo mi tarjeta”. Volví corriendo al cajero para ver si no se la había tragado y efectivamente, aun estaba ahí. El TU TU TU TU TU acompañado de luces verdes me avisaban desde lejos que me la había olvidado. Corrí más rápido y la saqué justo a pocos segundo de que se la tragara. Hasta sentí un leve “jalón”. Regresé al carro y arranqué el motor. Una señora me tocó la luna mientras retrocedía y me asusté, no quise ni abrir la luna. Qué querría, no lo sé ni lo supe en ese momento. Solo me fui. La gente me miraba y señalaba mi carro. Yo pensaba que todos se habían dado cuenta que no le hice caso a la señora y me señalaban con dedo acusador, con mirada de “no puede ser tan maaaaala” según yo. Me seguían con la mirada y algunos reían a lo lejos. No entendía nada.  Luz roja, un señor en el carro vecino me veía sonriendo. ¿Qué le pasa a este viejo verde? Seguí unas cuadras nada más, hasta llegar a la casa. Abrí la puerta que se atracó mientras subía lentamente. El día parecía seguir en mi contra. Es ahí donde corriste para ayudarme a destrabar la puerta eléctrica cuando de pronto escuché tu risa. “Qué te pasa??????” Pregunté ya desesperada porque no entendía qué pasaba. Sin poder contener la risa me señalaste el techo de mi carro. Mi lonchera-cartera había viajado desde el banco hasta la casa en el techo. Es por eso que todos me señalaban, y la señora buena gente me estaba avisando antes de salir del banco. Pero con esa cara de susto cualquiera piensa otra cosa por Dios. Te reíste tanto que se te salieron las lágrimas y me contagiaste esa risa. Me reí de mi estupidez y en solo un minuto ese día amargo se esfumó.

Creo que debo pensar en estas cosas más seguido.
Hacen bien para el alma…

Sobre todo si es viernes y es cumple de tu hermana.
La que siempre me recuerda que tuve el mejor papá del mundo.

…le daré un besito de parte tuya hoy…

El heroe de mi vida