Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

28.12.15

Se viene el 2016

Un año más que se va como volando. No sé si sea que mientras más vieja me hago, más rápido se pasan los años, pero cuánto quisiera que sea al revés. Ahora, quisiera tener tanto tiempo como sea posible para estar con mis hijos. Apachurrarlos y jugar con ellos todo el tiempo, enseñarles todo y aprender juntos cada día.

Este año ha sido distinto a los demás. Los bebes cumplieron su primer año de vida y yo mi primer año de mamá. Un año en donde los sustos y alegrías van de la mano. Las caídas y secadas de lágrimas son las protagonistas pero también las risas interminables y emociones al límite. Un buen año sin duda. 

Tuvimos también un poco de nostalgia, como cuando celebramos tu cumpleaños o cuando vemos tus fotos y los bebés las ven atentos. Naelle, quien ya empieza a hablar (desde chiquitita como la mamá) dice "tito" cuando ve una de tus fotos. O por ejemplo, este fin de semana fue su primera visita a la playa y todos emocionamos conocimos juntos la arena y el mar (yo la conocí a través de sus ojos como si fuera la primera vez) y mirando al cielo señalando las nubes les expliqué que ahí vivía su abuelito, quien los cuida siempre y nos vigila día y noche. El Tito vive arriba y siempre en nuestro corazones.

Se acerca el año nuevo y será una vez más tranquilo, en "paz" o al menos tratar de darle paz a Bruno, quien sigue sufriendo con los fuegos artificiales y cuetecillos. Este año ha sido menos fuerte, pero a pesar de eso, él sigue sufriendo. Mientras más viejo se hace, creo que más miedo le dan. Ni que pensar en lo que hacías hace año, que cuando nos quedábamos sin "reservas", tal cual como en una guerra, sacabas una pistola de tu maletera y disparabas al cielo para inmediatamente volverlo todo azul, luego todo rojo y luego todo verde. Era la envidia de toda la cuadra, qué cuadra, de todo el distrito creo. Eran bengalas de emergencia que sabe Dios para qué, tenías en tu carro. Era muy divertido.

Es lindo eso de contarle a los bebes que su abuelo es como "pulgarcito". Que un día se fue a dar un vuelo en un avión. Lo demás lo inventamos juntos y se siente bien. Tendrán grandes historias que contar en el colegio y a sus amiguitos. Su abuelito vive en el cielo, qué mejor que eso! 

Es raro despedir el año así. Siento una especie de felicidad y también un poco de pena. Creo que el cansancio de mamá primeriza, el estrés del primer año, y toda la mezcla de emociones "hormonales" que quiero pensar que están un poco alborotadas por... haber dado a luz hace más de un año? Un poco difícil pero no sé. A veces las personas cambian, y yo, por mi parte prometo cambiar un poco más para el siguiente año. Creo que todos lo necesitamos. 

Vamos con todo 2016...
FELIZ AÑO!!!

27.11.15

Cosas que dejé de hacer cuando me volví mamá

A veces pienso en todo lo que hacía antes, y en por qué tuve que dejar de hacerlo. Confieso que intenté seguir con algo de esa rutina, o mejor dicho, con algunos de esos "pasatiempos", pero viendo mi realidad y pobre reloj que parece llorar cada vez que lo veo por la falta de espacio para más, me doy cuenta que esta es mi realidad hoy.


Dejé el gimnasio o salidas a correr por las noches. A veces trato de hacerlo pero cuando digo, listo por fin se durmieron, ya son las 10:00 pm, hora en que me toca preparar su leche y darles el último biberón del día. Luego de eso, no hay tiempo, y tampoco muchas ganas para más. 

Dejé de ver películas cada vez que podía. Era casi un hábito que cada vez que llegábamos del trabajo temprano, poníamos una película y nos dedicábamos a ver cuanto podíamos. La fila de DVDs se actualizaba casi semanalmente, y ahora, es actualizada pero en la ruma de "películas por ver".

Dejé de ir al cine y disfrutarlo como normalmente se debe hacer. Prometimos escaparnos al menos una vez cada dos semanas al cine, pero lo hicimos muy poco durante el primer año de papás. Y debo confesar que cuando lo hacíamos, yo dormía. Por más que intentaba permanecer despierta para terminar la película, me quedaba dormida casi a los primeros 15 minutos de película. Un desastre.

Dejé de leer. Y es lo que más me duele de todo. Extraño mis libros y ellos me extrañan a mí, estoy segura. En mi mesita de noche ya no hay esa torre de libros por leer que agarraba por las noches y me comía cada vez que podía. Ya no me acompaña uno de esos en mi cartera, y tampoco ya no voy a Crisol para ver con emoción qué leería el próximo mes. Espero que vuelva esa parte de mí, la espero con ansias.

Dejé de dormir los sábados por la tarde. Esa hora de marmoteo a pierna suelta para "prepararnos" para salir en la noche bien descansados se esfumó. Ahora es lindo porque salimos a pasear y jugar, pero termino más trapo que no se qué. 

Dejé de manejar... pero no porque no pueda, sino porque al ser mamá me olvidé de muchas cosas, como por ejemplo, que mi brevete vencía en mayo y me di cuenta de ello en octubre y los 3 meses de "chance" para renovar sin mucho trámite, murieron. Y ahora, tengo que hacerlo TODO de nuevo y realmente, me da una flojera de locos. Ya lo haré, algún día lo haré. 

Lo que más me sorprende, es que nada de esto me importa mucho cuando miro dónde estoy ahora y quiénes llenan mi vida. Cambiaría y dejaría todo eso y más por mis hijos, y no necesito pensarlo dos veces. Sé que más adelante podré volver cada una de las cosas que he dicho, pero por ahora todo eso es secundario. Lo principal está frente a mis ojos y tan solo a unos centímetros de distancia.



29.10.15

Un día en mi vida

Siempre me quejo de la falta de tiempo en mi vida y no puedo hacer nada contra ello. Lucho pensando en qué puedo hacer para robarle más minutos a los días pero nada. No se puede estirar el tiempo por más que uno lo intente. 

Me despierto a las 5:30 am para atender a los bebés por más o menos una media hora, entre leche y pañales se pasaron los primeros minutos del día. Luego elijo lo que me pondré ese día y me meto a la ducha. Si es un buen día, los bebes me dejan alistarme tranquila, sino, estoy alternando entre el espejo y una de las cunas para poner chupones o calmar un llantito que otro. Luego, me despido con el corazón en la boca y salgo al trabajo.

El tráfico es otro factor que lo atora todo. Si restara el tiempo que paso en un carro tendría más minutos para mi día, pero no es así. Evalúo la bicicleta y luego me arrepiento, no es muy fácil ir de Surco a San Isidro en dos ruedas. En mi computadora desde antes de las 8:00 am empiezo a trabajar poniendo mi reloj en cuenta regresiva. ¿Cuántas horas faltan para volver a ver a los bebés? A veces el día se hace eterno. Felizmente existen los teléfonos que ahora acortan distancias con fotos y estatus de cómo va todo por la casa. 

El trabajo es otro tema. Aquí las cosas puedes ser tan coloridas como uno espera que nadie avisa sobre las tormentas por venir. Puede tornarse oscuro y gris de la nada y todo recae sobre tus hombros, pesa y duele pero las horas pasan y se acerca el mejor momento del día. 

En un buen día llego a las 5:30 pm a la casa, para tirarme al suelo a gatear y jugar con los bebes. Corremos, gritamos, saltamos, cantamos... también nos ponemos super engreídos por no habernos visto en todo el día. Y luego a comer. Felizmente alguien me ayuda con uno para yo darle al otro y luego limpiar el desastre para ponernos a jugar otra vez.

Llega la hora del baño, en donde termino sin espalda pero es la más linda de todas. Primero entra Marcel y jugamos en el agua. Lo saco con pataleta para cambiarlo y ponerle su chupón para que luego siga Naelle. Igual, aunque últimamente está con un poco de trauma al agua, es raro pero luego ya no quiere salir. La cambio y a ordenar todo mientras ellos miran tele.

Viene la hora de "dormir", que puede ser tan exitosa como para durar 15 minutos antes de que caigan o incluso hasta 1 hora y 10 minutos dando vueltas en la cama pinchándome el ojo, jalándome el pelo y revolcándode encima mío sin parar (Marcel es un maestro para eso). Cómo luchan por Dios, cuando yo pongo la cara en la almohada y adiós. 

Así, cuando duermen por fin, aprovecho en cambiarme y preparar todo para la última leche del día. A hervir agua y a tener los biberones limpios para las 10:00 pm 

Cuando los acuesto luego de la leche, rezo agradeciendo por ellos y pidiendo su protección, y además también, para que sea aun buena noche y no se despierten tantas veces como la mayoría de noches.

... y así, a las 5:30 am todo vuelve a empezar...

Un día conmigo... un día de locura.
Sola, o acompañada.

25.9.15

Septiembre

Empecé la semana un poco pensativa, con ganas de llorar por cualquier cosa, y de solo abrazar a los bebes con toda el alma. Hace dos semanas celebramos tu cumpleaños, y te extrañé un poco más de lo normal. Recordé cada detalle, cada palabra e incluso podía escuchar tu voz. Esa que hasta el día de hoy no se me borra y pienso que hubiera sido tan perfecto tener algún mensaje de voz tuyo en mi celular... pero las cosas cambian, y con el cambio se van algunos recuerdos tangibles que bien podemos guardar en el corazón, pero no es suficiente. 

Los cumpleaños en la casa, las fotos familiares y los sermones de la plata que gastábamos en regalos para ti. La edad distinta que a todos les decías cuando preguntaban cuántos cumplías. Las risas de costado al momento de darte el "feliz día", esa sonrisa que ocultaba la verdadera razón por la cual no te gustaba tu cumpleaños. Había que hablar con la abuelita Olga para saber qué había sucedido muchos años atrás, cuando a los 14 años tuviste que pasar tu cumpleaños castigado en casa por llegar "pasado de copas" a tu casa en Chiclayo. "Tremendo jijuna", decía mi abuela. 

Creo que ya desde ese entonces la chapa de "polvorita" te caía como anillo al dedo. Siempre con una broma bajo la manga, una respuesta en la boca y un chiste en tu colección mental, siempre listo para sacarle una sonrisa a los demás. Y si no era con palabras era con dulces. Con un tarro lleno de gomitas enamorabas a cualquiera que visitara la casa. 

Hoy no pienso en los consejos perdidos, tampoco en los momentos que no vivimos, pero sí pienso que cómo sería mi vida ahora contigo aquí. No me quejo, ni me arrepiento, pero sí lo imagino. Extraño detalles que son imposibles de olvidar, palabras que escucho en mi mente, sensaciones que me gustaría tener. Pero bueno, nada es perfecto y a veces necesitamos ese toque de gris para saber que el aquí y ahora no es sueño. Pero qué bonito sería hacer algunos de esos sueños realidad, al menos por unos segundos. Robarle un tiempo a lo imposible para continuar caminando con la mochila de recuerdos bien puesta al hombro.

Pienso en que hace unos años, llegar al 27 de cada mes dolía un poco más, un poco diferente. Ardía, quemaba, calaba los huesos y me hacía arrugar la frente y reclamar. Reclamar sin razón, con infinitas dudas y preguntas sin respuestas. 

Pensé en todo lo que hemos vivido, tu allá, y nosotros aquí. Tan lejos y tan cerca a la vez. Y es que nunca te fuiste, sigues y seguirás con nosotros en cada detalle, cada nuevo momento y antiguo también. Siempre serás mi ángel máximo, mi infinito refugio y mi estrella fugaz permanente. Y aunque pasen siete, o mil años, siempre serás mi papá, el mejor. 

A dos días de cumplir los siete años de haber viajado, sigo creyendo que esto es parte de un sueño largo y que en un tiempo más, nos volveremos a encontrar. 

Te extraño papi...


27.8.15

Muy real

Dicen que cuando sueñas con alguien que ya no está aquí, pero pareciera que sí lo está, es porque tu corazón aún no quiere dejarlo ir. Pero otros, piensan que cuando eso pasa, la persona aún o ha cruzado el umbral y está conviviendo día a día con nosotros. Y también hay quienes piensan que simplemente es una breve visita, que parece tan real, porque realmente lo es...

Hace unos días creí que lo que estaba viviendo era real. Después de un largo paseo por el parque con los bebes, me alisté y salí a relajarme de todo el estrés de la semana. Estaba tranquila, en el fondo sabía que los había dejado en muy buenas manos, no tenía clara la idea de quién era el que quedó a cargo pero estaba tranquila y segura. Eso era raro, pero primordial en ese momento: tranquilidad.

Pasó algo que me estresó, no recuerdo bien qué fue pero creo que debía volver a la casa por alguna importante razón. Entré y subí corriendo las escaleras, no recuerdo muy bien ese momento pero entré al cuarto de mi mami y me tiré a la alfombra como siempre a jugar con los bebes. Vi una persona al lado de mi mami y sorprendida dije: "papi????" Y claramente me dijiste "claro pues, quién más va a ser?". Era algo imposible, pero se sentía real, repetí una y otra vez: "Papi? De verdad eres tú? Pero... no entiendo! Eres tú??? De verdad estás aquí?". 

Difícil de explicar, pero aún lo recuerdo y mi corazón vuelve a latir a mil por hora pensando que esta vez sí sería para siempre. Luego le dije sin parar: "Pero ahora sí es cierto? Ahora sí estás aquí para quedarte?". Te quedaste callado y miraste a un lado sin decirme nada. Fue como si todo se hubiese transformado en una amarga y oscura pesadilla. Cuestioné una vez más porque venías y te ibas así como si nada, porque no de una vez por todas decidías a donde pertenecer. Me molesté, lloré y grite mientras tú te ibas. Mientras tanto, despertaba a otra realidad con las mismas lágrimas que hacía segundos derramaba por tu partida, nuevamente.

Y pensar que falta solo un mes para que cumplas 7 años en el cielo. Y parecen solo haber pasado días... porque te extraño tanto como el primer día sin ti.


24.7.15

Un luchador incansable

Dicen que Dios pone en tu camino a personas que significarán algo grande en tu vida. Influyan de manera positiva o negativa, te harán la persona que eres ahora. Te hagan crecer o retroceder algunos pasos, son parte de tu historia para siempre. Es por eso que cada vez que alguien pinta una raya más en mi lienzo es considerado parte esencial de mi "yo", ahora.

Hace unos años conocí por medio de este blog a una persona que me enseñó que siempre se puede seguir andando a pesar de todo. Que podemos reírnos de nuestros problemas para hacerlo más llevadero, y que finalmente mientras nos quejamos de lo que "parece" fatídico, otro la está pasando peor.

Luego de un tiempo de ambos escribir en nuestro blogs, nos hicimos la pregunta, bueno yo se la hice mil veces a él: "por qué no escribes un libro???" Y es que realmente su historia y la forma en la que ve la vida, es especial. Además tiene una facilidad para escribir increíble.

Se animó por fin un tiempo después. Fue casi un parto, porque pasó por mil etapas pero ya cuando leía su cuenta regresiva en su Face me parecía perfecto. Yo me quedé y no he avanzado ni el 10% de ese libro del que un día conversamos y hace poco, cuando vino a dejarme mi libro y el de una de mis mejores amigas me dijo algo que me puso las pilas otra vez: no voy a sacar mi segundo libro hasta que tú saques el tuyo. Me quedé pensando en eso y ese mismo día le envié el borrador. A ver si seguimos avanzando!

Su libro está en Ibero y está volando. Si tienes S/. 25 soles no le afecta nada a tu grati ir y comprar uno. No te vas a arrepentir.... solo tienes que pedir el libro de Kikin Rispa, Un luchador incansable. 



25.6.15

A cruzar el umbral

Muchos cambios tienen mi mundo de cabeza. Creo que nunca imaginé que de buenas a primeras una persona, y familia completa pueda experimentar tantos giros y vueltas completas. Pero bueno, hace mucho debí aprender que todo es posible en este mundo que no es ni tuyo ni mio. Es completamente de nadie. 

En lo personal, no me gusta creer en cosas raras, pero realmente he pasado por muchas predicciones y lecturas del pasado, unas más pastrulas que las siguientes, pero todo era por curiosidad. Hasta que hace poco nos dijeron que tú no habías cruzado el umbral. Desde ese día, puedo poner mis manos al fuego para decir y garantizar que soy testigo de que cosas raras están pasando. ¿Será verdad que se abrió un portal tipo Ghost? No por nada era fan número uno de esa película y nos decías entre risas que así nos ibas a perseguir cuando ya no estuvieras aquí. Cuántas cosas me dirías entonces si pudieras escuchar mis pensamientos. Me muero...

Lo veo con un poco de gracia, porque a pesar que digan que los que no han cruzado el umbral sufren, estoy segura que si tú aún no lo has hecho, es porque no quieres hacerlo. Nada de porque no sabes que ya no estás en esa vida ni mucho menos. Es porque no quieres irte y dejarnos en un mundo que ya no te pertenece. 

En fin, ese primer día que nos contaron eso, fui al baño en la madrugada y puedo jurar que escuché una voz desde afuera del baño, todos dormían y yo escuché una voz de hombre clarísimo. Me dicen que alguien pudo haber hablado dormido... pero no es así. Era alguien más. Y bueno, salí y ni se lo conté a nadie porque me dirían loca. Pero al día siguiente, día del padre... tú día... la chica que cuida a mi abue vio una persona entrar a mi cuarto y escuchó sus pasos como si realmente estuviera caminando frente a sus ojos. Llamó varias veces para ver si era alguien pero nadie estaba en casa. Solo ella y mi abuela que estaba a su lado. Luego, cosas como que el televisor se prendía solo y mis aretes desaparecían para aparecer juntitos debajo de mi almohada y movidas de cola mirando al vacío de Bruno, pasaron como pan de cada día. 

Hoy, pienso que si eres tú, me encantaría que algo me dijeras. A tu estilo, a tu manera, y lo mejor es que lo harías gracioso. Estoy segura de ello. Pero la verdad es que si aún estás aquí porque quieres asegurarte de que estemos todos bien, no tienes nada de qué preocuparte. Todos y cada uno de nosotros a pesar de mil cambios y problemas, saldremos adelante. No por nada salimos de un roble más duro que el hierro mismo. 


27.5.15

Siguen pasando los meses


Hace días vengo pensando en el 27. Un día como hoy, hace 6 años y 8 meses te fuiste sin avisar dejándonos a todos en pausa. Hemos crecido y nuestros caminos siguieron su rumbo. Pero siempre contigo en la mente y el corazón. 

Hace días pienso en lo distinto que sería TODO en absoluto si siguieras aquí. Tantas cosas se resolverían en un abrir y cerrar de ojos, y tantas otras quedarían un poco en la nada por ser "sin importancia" y que nosotros confundimos con "prioridades". Todo sería tan distinto que da un poco de miedo. Miedo porque nos ponemos a pensar sin querer en esas decisiones que tuvieron lugar sin consultar. En esas cosas que pasan sin tener la "aprobación" de esa persona que siempre fue tu guía. 

Hace días vengo contando el tiempo que ha pasado y simplemente es increíble. Cómo puede pasar tanto tiempo y sentir como si todo hubiese pasado ayer. Es tan raro pensar en la gente estuvo tan presente y ahora, de la nada, no está más. Tan raro que hasta se me escarapela la piel. 

Hace días te pienso como tantos otros días y siento un vacío pero ya no duele igual que antes. Duele aún, pero duele bonito. No es como antes que realmente dolía, y se sentí de verdad. Hasta hoy recordaré eso tan profundo que parecía quemar, arder y romper (todo a la vez), como si alguien dentro de mi propio cuerpo estuviese jugando a las peleitas. Eso ya no es así, ahora el recuerdo emociona y hace suspirar. Sí, a veces está acompañado de nostalgia, y también algo de pesar pero al menos ya no está esa pregunta que nunca quería irse: ¿Por qué tuvo que pasas? Pues eso se interioriza, y se logra "entender" de una u otra manera.

Hace días, meses y años te extraño igual. Te amo y te pienso igual.
Y lo mejor de todo, te siento igual.


30.4.15

El avioncito

Siempre escribo al final del mes sin darme cuenta. Ha sido un mes super intenso, un mes de retos empezados y triunfos logrados; pero también de muchas pruebas y momentos de angustia que hasta hoy sigo pasando. La salud no ha "primado" en este abril, pues hace 2 semanas los bebes están con una gripe que se complicó un poco y parece no querer soltarlos. La impotencia que siento es realmente enorme. 

Pero a pesar de las trabas, fue un buen mes. Crecimos un poco más juntos y conocimos más de cada uno. Salimos a pasear y entendí que al menos Marcel heredó algo muy característico de ti. Me di cuenta cuando al sacarlo del coche lo primero que miró fue ese avión a control remoto que volaba a la distancia. No había forma de hacer que su mirada se despegara del cielo. Subía y bajaba aterrizando de a poquitos y sis ojos no lo soltaban hasta que estuviese totalmente apagado. La primera vez pensé que era coincidencia y que solo le llamó la atención por ser algo nuevo. Lo llevé a pasear un poco más lejos y ahora ya miraba los árboles y los pajaritos. Se sorprendió con la inmensidad del mar que podía verse a lo lejos, igual que Naelle, pero no paró a detalle como con el avioncito.

Nos sentamos en el pasto sobre una manta a disfrutar el momento de a cuatro y de pronto algo lo absorbió de nuevo en el aire. No podía tomar fotos mirando a la cámara porque sus ojitos apuntaban hacia arriba. Y nada ni nadie lo hacía voltear. Era el avión lo que ocupaba el 100% de sus pensamientos de bebito en ese momento.


Seguro Naelle también sacará algo de ti. Ojala no sea tu amor por los dulces y más bien saque tus ganas de hacer deporte y correr por todos lados. Creo que eso ya se está viendo porque es una bebita que no tiene paz. Ese día del paseo, no podía dejar de mirar a la gente y reírse haciendo ruidos con su boca. 

Luego ya para tomarnos una foto en familia, no me di cuenta sino hasta que llegamos a la casa que sin duda eres tú quien estaba presente también esa tarde. Ahí a lo lejos, arriba de la foto, estoy segura que estabas tú cuidándonos en representación de ese avioncito que parecía irse con el viento.

Y es que el abuelo siempre será abuelo. Por más que viva, unos cuántos miles de kilómetros para arriba.



26.3.15

Más, sin saber qué

Vengo pensando hace días sobre qué escribir aquí y nada se me ocurre. Será que me volví aburrida? Será que me volví unas de esas mamás que siempre critiqué por tener solo un tema de conversación y darle vueltas a lo mismo sin parar? Será que mis días son tan monótonos que ya ni me provoca hablar de ellos?



Sí, mi vida cambió por completo hace unos siete meses. Lo mío dejó de ser mío para pasar a ser de ellos, incluso mis cosas ahora ya no son mías. Hablo desde mi cuarto hasta mi tiempo. Pero esos son los sacrificios de ser mamá. Es un trabajo hermoso, en el que sí provoca estar todo el día. Pero también tenemos otro tipo de obligaciones justamente por ellos. Para que tengan lo que deben tener y necesitan para vivir felices y tranquilos.

Ya no tengo mucho tiempo como antes, no leo como antes, no escribo como antes pero disfruto cada momento libre que tengo. Aún así sean solo minutos, trato de vivirlos de a poco y le saco el jugo a cada segundo. Confieso que a veces me frustra no hacer todo lo que tengo en mente, pero algo es algo al menos. Un día perfecto para mí es el día que me levanto temprano, le doy la leche completita al menos a uno de mis hijos y la mitad del biberón al otro, salgo a tiempo de mi casa despidiéndome como siempre de los bebes y llego bien al trabajo, me dedico a mil a terminar mis pendientes y hacer un poco más, a la hora de almuerzo aprovecho en escribir y leer lo que sea que tenga en "cola" para arrancar a trabajar en la tarde nuevamente. Salgo en punto para no agarrar tráfico mientras leo y reviso mi correo personal en el taxi y llego a la casa. A jugar, a comer papilla y a bañarlos. Luego al parque los cuatro juntos a dar una vuelta por la noche y a que nos de el airecito fresco hasta que la mecida en el coche los haga caer. Llegar a la cuna para empezar la rutina del último biberón para finalmente tirarme a la cama para mirar mi reloj y ver que aún son las 10:00 pm. A bañarme y prender la laptop para intentar ver mi serie preferida y finalmente dormir hasta que uno de los dos me llame de nuevo para cargarlo en mis brazos (generalmente eso pasa a las 3:00 am). 

El tiempo a veces no perdona, no deja mucho para vivir en pareja como se puede ver pero si uno realmente quiere, puede hacer eso y más para ser feliz. Por eso, ese día perfecto que describo líneas arriba no se da casi nunca. No se da porque dedico un poco más que eso a la persona que amo. Pues él tiene un lugar muy importante en cada segundo de mis días. Y a pesar que reniegue y patalee por el cansancio de día tras día acumulado, puedo querer y desear un día mucho más perfecto que ese. Sería tan lindo que él me traiga todos los días al trabajo (como hoy) y que también almuerce conmigo como antes, y hasta incluso me recoja al final del día para ir a comer algo de paso antes de llegar a la casa. Echarnos juntos a ver una película hasta que yo (como siempre) me duerma antes del final con la cabeza en su hombro derecho. Esa etapa ya pasó pero estoy seguro que algo podemos hacer para aunque sea repetir una partecita en nuestro "hoy" de a cuatro. En nuestra multitud de familia que recién empieza. 

A veces queremos más sin pensar que ya tenemos suficiente. 
A veces queremos más cuando aún no sabemos cómo manejar lo que ahora tenemos.
A veces queremos más y la verdad es que aún no lo merecemos.

Estoy contando los días para que lleguen esos feriados especiales y ver si por fin podemos hacer ese algo "más" que nos falta para recargar la gran sonrisa. 



26.2.15

Recuento

Ahora que todo esta tranquilo, callado y en una absoluta y total oscuridad, abro mi computadora y me meto en mi rincón. Este es un momento especial, esos momentos que se comparan con abrir un chocolate después de 1 mes entero de dieta. En dos palabras: la gloria!

Hoy creo que todo es posible. Nadie tiene la vida comprada y menos el destino trazado. Creo en que las cosas más inesperadas suceden a quien menos las espera, tanto en buen sentido como en malo. Creo que a veces medio de un sueño color de rosa todo se puede teñir de gris sin previo aviso, así sin más. Así como también, creo que mientras uno camina pensando en que daría lo que fuera por encontrarse un billete en el suelo, se lo encuentra en la primera esquina. Creo que las cosas buenas y malas pasan sin importar a quien ni dónde ni cuándo. Simplemente pasan.

Hoy, cuando paro y veo hacia atrás, veo lo mucho que he aprendido. A tropezones y a veces contra el viento mi vida ha sido mi mejor maestra. Esa con la que me he peleado algunas veces y otras tantas he querido hacer las pases regalándole una sonrisa frente al espejo recordando momentos especiales. Una de esas que enseña sin importar el método, solo te obliga y te pone en situaciones diferentes para ver cómo sales de esa. Te prueba, te reta y te empuja a seguir. Al final quién mejor que ella para hacerte crecer?

Hoy, puedo sentirme segura de mí misma gracias a cada una de esas situaciones por las que ella me hizo pasar. Creo que me falta aún más de la mitad de la carrera pero lo que voy avanzando me gusta. Falta mucho pan que rebanar, como dicen, pero hasta el momento, todo está saliendo de acuerdo al plan.

Aprendí que los amigos especiales son esos que a pesar que no ves muy seguido siempre están ahí con la misma sonrisa, la misma confianza y la misma mano tendida cuando más los necesitas. También que nunca está de más decir lo que sientes, a pesar que suene repetitivo puede ser la última vez que lo digas. Que cuando uno pelea antes de irse a dormir, siempre es bueno sacar la bandera blanca por lo menos hasta el día siguiente. Que la plata sí importa, pero siempre y cuando se tengan los pies bien plantados a la tierra y se sepa el destino final de todo ese dinero, cuando hay un fin especial de por medio, importa mucho, y más si es un fin construido con amor. Que las peleas pasan con el viento, pero las palabras son dardos invisibles que siempre dejan marcas, esas que no se borran con un "lo siento". Aprendí con el ejemplo que el mejor y más difícil trabajo del mundo es ser mamá, pero qué gusto ver lo bien que lo haces mes a mes sin contar las malas noches, los llantos frustrados en silencio, las ganas de estar totalmente sola y en absoluta quietud a pesar que el mundo siga girando. Entendí que AMIGOS solo son aquellos que no pudiste elegir como familia, los que de verdad valen la pena y conocen tu alma. A golpes aprendí que el mundo laboral es el más injusto del mundo, y que a pesar que sientas que tu trabajo es tu segunda familia, nunca puedes ponerlo en categoría de "familia", pues ellos no te dan una patada en el culo cuando más los necesitas. Abrí los ojos para ver con algo más que el corazón, pues por fin entendí que cuando uno ve con los ojos del alma va con el cuchillo en bandeja, no es bueno mostrarlo todo a quien sea, eso guárdalo para quienes son especiales. Conocí el amor verdadero, el más puro y real que una persona puede sentir por otro ser humano (seres humanos de carne y hueso que salieron de otro ser humano tal cual), un amor que nunca creí posible y gracias a ello valoré mucho más a mis papás, que por más que a veces hayan peleas y gritos chillones sin sentido, gracias a ellos soy quien soy y no pudieron hacer mejor trabajo porque es imposible; Nunca me alcanzará esta vida para agradecerles. Comprendí que de nada sirve contar los días que faltan para el próximo año si nada hemos hecho en el presente, qué mejor manera de decir "se fue un mes más de este año que por fin llegó para mí", vamos a contar los días que vamos siendo felices en lugar de contar los que quedan para el siguiente. Entendí que si a lo que hacemos le agregamos un poco de buen humor, siempre saldrá mejor, y que a pesar que estemos en un lugar que no nos convence del todo con una sonrisa y pensando en el objetivo, todo se hace más claro. Creo que los días así son más bonitos, recordando lo que hemos aprendido mirando marcas, cicatrices y trofeos de batalla. Solo así podemos entender y comprender que vamos bien.

Y termino este post escuchando algo que me hace recordar una conocida frase "si los perros ladran es señal que avanzamos". Por eso, sigan ladrando! Qué bien vamos carajo!

23.1.15

Pensemos que sí

Por más que trato de pensar que todo sucede por una razón y que nada pasa en vano, me cuesta aceptarlo. No porque todo esté saliendo mal ni mucho menos solo que a veces, cuando me pregunto por qué, no llegan respuestas a mi cabeza. Y eso me frustra.


Es cierto que me encuentro en la mejor etapa de mi vida en lo familiar, pedí tener un hijo y me mandaron dos! Una gran responsabilidad sin duda, pero también la felicidad más pura y grande que pude haber sentido jamás. 

Siento que estamos completos y bendecidos. Por eso siempre doy gracias una y otra vez a la vida misma y a ese ser supremo que todo lo ve y todo lo puede. No me cansaré de hacerlo todos los días de mi vida, y tampoco de rogar por su bendición. 

Pero así como todas las monedas tienen dos caras, toda historia tiene dos polos (uno positivo y otro negativo). 

Hace dos meses me quedé sin trabajo, a solo unos meses de haber dado a luz a mis mellizos. Confieso que entré en pánico en ese preciso momento en el que me dijeron que no me renovarían contrato. Hay razones; decidieron cambiar la estructura de la empresa y mi perfil ya no encajaba. Reclamar? Qué reclamaría si todo ya estaba claro. Denunciar? Es totalmente válido prescindir de una persona cuando acaba su contrato. Y además, no perdería el tiempo haciéndolo. Trabajé casi 3 años ahí y creo que no sería muy sano para mi paz mental y el desgaste físico y emocional enorme que tendría durante un tiempo. Miles de preguntas surgían día tras otro en mi cabeza pero no había tiempo que perder, me puse a enviar mi CV, a desempolvar contactos y a suscribirme en todas las bolsas laborales posibles. Pero el mes jugaba en mi contra, las empresas no suelen contactar a nadie en diciembre. Había que armarme de paciencia. Nada más que eso.

En fin, creo que nada se compara al privilegio de estar junto a mis hijos en sus primeros meses de vida. Dios proveerá, es mi lema. Quiero confiar y creer con los ojos cerrados que todo esto está pasando porque algo mejor, algo superior a lo que creo capaz de suceder, está en camino. Y cuando me cuesta creerlo, solo pienso en cómo me sentía cuando quería tener bebitos y aún no me daban esa gran oportunidad de ser madre. Y ahora? Tengo dos hijos, y yo aún no me lo termino de creer. 

Algo bueno viene, estoy segura de ello!

El heroe de mi vida