Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

26.4.13

Llegaré a Itaca cuando tenga que llegar a Itaca

A veces encuentro cosas que parecen dichas por ti. Puede que en otro tiempo, en otro espacio, pero alguien con tu misma mentalidad y formas de hablar de todas maneras lo dijo antes que tú. Te ganaron por puesta de mano pero se encargaron de hacerme llegar el mensaje. Qué lindo es cuando eso pasa.

Justo estaba pensando en que tanta cosa debe significar algo. Solo puede significar que en un tiempito me toca vivir algo genial. No es posible que lo mejor que me pasó fue hace año y medio cuando me casé. Justo un tiempo después que me quitara algo grande y me hiciera vivir el peor capitulo de mi novela preferida: mi vida. 

Es como si la vida diera, pero después de que quitara algo muy valioso. En este caso, me viene quitando algo de a poquitos hace un tiempo. Ese brillo que siempre me caracterizó, sé donde lo perdí, pero por ahora no puedo hacer eso que tanto quisiera. No salir corriendo por la puerta de atrás. Siempre adelante y con la cabeza en alto como me enseñaste. Siempre.

Estoy segura, que Itaca está cerca. No hay pasajes baratos, nada baratos. Pero con esfuerzo y dedicación estoy segura que pronto llegaré. 

Después de todo, he tenido momentos preciosos que valen más de unos cuantos incómodos que no llegan ni siquiera a sumar uno a favor.

Es mejor mirar las cosas por el lado amable, como siempre me decías. 

***

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
pide que tu camino sea largo, 
rico en experiencia, en conocimiento. 
A Lestrigones y a Cíclopes, 
o al airado Poseidón nunca temas, 
no hallarás tales seres en tu ruta 
si alto es tu pensamiento y limpia 
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo. 
A Lestrigones ni a Cíclopes, 
ni al fiero Poseidón hallarás nunca, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no es tu alma quien ante ti los pone. 

Pide que tu camino sea largo. 
Que numerosas sean las mañanas de verano 
en que con placer, felizmente 
arribes a bahías nunca vistas; 
detente en loa emporios de Fenicia 
y adquiere hermosas mercancías, 
madreperlas y coral, y ámbar y ébano, 
perfúmenes deliciosos y diversos, 
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes; 
visita muchas ciudades de Egipto 
y con avidez aprende de sus sabios. 

Ten siempre a Itaca en la memoria. 
Llegar allí es tu meta. 
Mas no apresures el viaje. 
Mejor que se extienda largos años; 
y en tu vejez arribes a la isla 
con cuanto hayas ganado en el camino, 
sin esperar que Itaca te enriquezca. 
Itaca te regaló un hermoso viaje. 
Sin ella el camino no hubieras emprendido. 
Mas ninguna otra cosa puede darte. 
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca. 
Rico en saber y vida, como has vuelto, 
comprendes ya qué significan las Itacas.

(KAVAFIS)

24.4.13

Decirlo no cuesta nada

Nunca está demás decir esa frase que muchos "temen".
No entiendo por qué cuesta tanto a veces.
¿ Vergüenza?
No sé, pero yo ando repartiendo "te quieros" cada vez que puedo.

A veces es difícil.
El orgullo no ayuda y la boca se cierra con candado.
Pero vale la pena.
Nadie sabe cuánto tiempo nos queda.
Para poder decirlo.

Nadie lo sabe...


No me cansaría jamás de escuchar esta canción.
Me hace pensar tanto tanto en ti.
Y aunque muchos no lo crean, no con pena.
Sino con mucho amor.
Es una canción que se escribió antes.
De todas maneras pensando en alguien como tú.
Y como yo...

22.4.13

Buscando y buscando

Desde hace días me siento un poco volada. No sé si sea eso o que las cosas simplemente a veces se van a otra dimensión o quién sabe, alguien las esconde para reírse un poco en otro mundo viéndonos buscar como locos algo que "dejamos exactamente ahí". 

Ayer en la noche llegué a la casa y dejé un par de leggins marrones en la cama, dobladitas y limpias para devolverlas a Lissy. Me las había prestado ese día porque las que me iba a poner estaban oliendo a guardado. Sí, sigo con esa alergia que tanto odiabas al polvo y a todo lo que haya estado metido en un cajón por más de 1 mes. Ese mismo día las devolvería porque no me gusta quedarme con lo que no es mío mucho tiempo. Después me la hacen a mí y eso de "justo me quería poner eso y lo presté y no me lo devuelven" es típico. Las había dejado en la cama y me cepillé los dientes ya en pijama para bajar a la casa de mi mami y devolverlas. En la noche, ya en la cama me acorde que jamás las bajé. No recuerdo si las saqué para poder destender la cama y dormir, tampoco dónde las había puesto. Sólo sabía que estaban ahí, en mi casa.

Hoy en la mañana, al despertarme y alistarme para salir a la oficina dije "uy, tengo que bajar hoy las leggins". Saqué mi cartera, me puse perfume, cogí mi libro horroroso que quiero terminar de una vez y salí. Una vez más, sin las benditas leggins. En el carro, antes de salir, Lissy me pasó la voz para bajar la luna, "tienes mis leggins, quiero ponérmelas hoy". Ay no! Estaba pasando lo que no quería que pase, "te juro que desde ayer te las iba a bajar pero me olvidé. Ya estoy saliendo pero voy a llamar a mi mami para que las baje ahorita". 

Mi mami como siempre, me haría el favor de buscarlas y devolverlas a su dueña. Le expliqué donde las había dejado con detalles y todo y me dijo que no me preocupara. Luego de algunos minutos suena mi teléfono.
- Marité, no están.
- Cómo que no! En mi cómoda no están? En el baño? O debajo de mi espejo donde dejo algunas cosas que me puse el día anterior? Ya sé, tal vez en la ropa sucia.
- Nada, busqué en todos lados. A ver espera que veo en el tacho de ropa sucia.
- Sí, tal vez las puse por error ahí!
- No, no hay nada. Solo hay dos, pero son más cortitas.
- No, no, no esas son las que olían a guardado y las mandé a lavar.
- Bueno, no hay nada.
- En la cocina??? No sé, en la sala??? Tal vez las puse por ahí!
- A ver voy a ver.
- Sí en la barra de la cocina, o en las banquetas, ahí debe estar.
- No, no hay nada. Estoy aquí, moviendo sillas todo y no hay nada.
- No puede ser!!!

Le pedí que buscara en su cuarto, pues ayer tal vez las había bajado y las dejé en la silla o en algún lugar de su mismo cuarto. Luego me llamó diciéndome que no encontraba nada. "He subido de nuevo a buscarlas porque no hay nada en mi cuarto. Y no están". Es que no podía ser! "A veces pasa eso hijita, las cosas desaparecen pero luego vuelven a aparecer". No era lógico, no podían desaparecer así como así. "Ya en la noche las buscas tú y vas a ver que las encuentras".

Me quedé pensando en dónde podía haberlas dejado. Hasta busqué en mi cartera para ver si las había metido ahí sin darme cuenta. Pero nada. Quise llamar a Lissy para decirle que no piense que soy una conchuda, que en serio las quería bajar ayer, y justo me llama mi mami, "no me vas a creer. Le dije a Marti (quien limpia mi casa dos veces por semana) que buscara bien unas leggins marrones delgaditas como panties y las baje cuando pueda, y me las bajó en un minuto. Cuando le pregunté dónde estaban me dijo que ahí en la barra de la cocina. Donde yo había buscado más de 3 veces". 

Increíble, pero cierto. No es la primera vez que me pasa, y estoy segura que tampoco será la última.

¿Significará algo?

 

19.4.13

Por el poder del prisma lunar

Hace poco conté la historia de una gordita que no podía volver a su normalidad. Muchos de los que leen es blog pensaron que era una nueva dieta, que eran kilos que debía perder, o alguna otra cosa relacionada a eso. Pues no, no era nada del peso ni de los kilos de más que tengo. Era un quiste en el ovario izquierdo.


Todo eso me llevó a pensar en la vez que escribí algo sobre "el poder de nosotros" por el "Blog Action Day" que Gary nos presentó. Ese día hablé del poder de la mente, el poder que tienen las personas cuando se concentran en algo que desean y lo sienten en serio. Puede que sea eso, o tal vez también un milagrito para los que creen en eso que es más fuerte que uno mismo y todo lo puede.

Increíblemente se me ocurrió contarlo en octubre, sin saber que 5 meses después estaría intentando que sucediera ese milagro pero no con otra persona, sino conmigo misma. 

Ese jueves fui sola al doctor, Lalo no me pudo acompañar porque tenía que hacer algo importante en el trabajo. Era una cita de rutina además, nada de qué preocuparse. Todo bien, pero algo sentía. Algo así como esas típicas angustias que se sienten en el fuero interno. Como siempre, hice a un lado todos esos pensamientos y entré al consultorio. Me cambié y me preparé para el examen y unos minutos más tarde las lágrimas me empezaron a correr como si hubiese apretado un botón automático. La doctora no me había dicho nada pero sentía que algo estaba pasando. "No te pongas así, no es nada malo. Mira, aquí veo que tienes un quiste. mmmmmm. Muchas mujeres los tienen". Sí, muchas los tienen pero ese era diferente, no se podía ver el ovario porque lo estaba tapando. Era muy grande para ser tratado con pastillas. "No te puedo dar una conclusión final porque tu doctora tiene que evaluarlo. Pero no te asustes, la mayoría de ellos no es maligno. Además, hay procedimientos........" dejé de escucharla de repente. Por primera vez me sentía como una niña en el doctor. 

Tenía que sacar una cita de urgencia con mi doctora, cómo sería esa operación, en qué consistiría y cuáles eran los riesgos. Todo era confuso y a pesar que sentía el apoyo de los más cercanos, me sentía sola. Nadie más tenía ese quiste, solo yo. Y tal vez resulte exagerado, pero a mí me dio mucho que pensar. No solo era un presente, sino un futuro que no sabía si llegaría a ser futuro. Complicado.

La doctora me explicó que un quiste de ese tamaño ya era necesario de operar. "Es una operación bastante sencilla, no tienes por qué preocuparte. Ya después de unos meses verás que no hay nada". No quería ninguna operación. "Existe otra forma de tratar de bajar el quiste y evitar la operación?", preguntó Lalo al ver mi cara de autogol. "Sí, existe. Pero si después de 2 meses de tratamiento el quiste no baja, ya debemos operar, porque de ninguna manera bajará". Y fue así como empecé el tratamiento.

Una pastilla que me drogaba casi por completo. Por 10 días era un zombie andante, felizmente las tomaba en las noches y eso ayudaba mucho. Me daba ansiedad, me hinché un poco pero bueno. A fin de mes vería si había evolucionado para, de lo contrario, tomar una decisión o esperar un mes más con el mismo tratamiento. 

El día llegó, y fui a mi chequeo. No estaba nerviosa, había confiado en que todo tenía que salir bien. Te pedí que converses allá arriba con algunos contactos y que me den una manito. La verdad, es que todos lo hicieron, estoy segura de ello. "Increíblemente tu quiste ahora mide menos de 1 cm. Es decir, ya no es un quiste. Eres un caso de éxito sin duda". Esas palabras hicieron que otra vez se me salieran las lágrimas, no de preocupación, sino de felicidad absoluta. 

Salí corriendo del consultorio y vi a Lalo esperándome en la salita, "¿Y?", me dijo con ojos brillosos "ya no está! ya no tengo quiste! no me van a operar y ahora sí podremos pensar en los hijitos que vendrán cuando tengan que venir". Qué lindo momento. Un abrazo hermoso nos unió como si fuéramos uno. "Yo sabía que desde arriba nos iban a ayudar", me dijo. 

Es así, como ahora, estoy convencida que el poder viene de varios lados: de la mente de uno mismo, de los que piden por uno y de los que desde el cielo nos cuidan.

17.4.13

Liberador

Este es el día en donde decido esperar y decir lo que tango tiempo aguanté: que sea cuando Dios quiera!

Esa es la frase que debo usar para todo...
Cuándo hallaré mi lugar? Cuando Dios quiera
Cuándo encontraré lo que busco? Cuando Dios quiera
Cuándo llegará? Cuando Dios quiera
Cuándo me encontrará? Cuando Dios quiera
Cuándo me animaré? Cuando Dios quiera

Lo cierto es, debo dejar de apurar al destino y dejarlo todo al cielo.
Esos son los mejores tiempos. 
Los que no se apresuran y se persiguen con palo en mano.
Esperar a veces desespera, eso sí.
Por eso ya no más.

Como me dijeron hace poco: los tiempos de Dios, son perfectos.


Tengo ideas en la cabeza dando vueltas como locas para escribir. Pero el tiempo es ingrato y no me permite dedicarle minutos importantes a este, mi mejor lugar en el mundo. Quiero hablar sobre la historia de mi "cambio de cuna" al nacer, del pequeño objeto que me prestaste para mi primera exposición en mi curso de oratoria en la universidad, sobre la vez que me ayudaste a sacar el brevete, o el día que te dije que estaba evaluando si meterme a la FAP al salir del colegio, y muchas cosas más que iluminan mi cara cada vez que pienso en ellas! Son momentos únicos, que valen oro y quiero inmortalizar en este, tu lugar. 

Me gustaría sentarme poner los ojos en el monitor y dar rienda suelta a mis recuerdos. Pero no encuentro el momento, no me doy el momento! Y tengo que aprender a priorizar sin sentirme mal. Porque esto no es un "deber" es simplemente querer hacerlo y hacerlo con gusto, con ganas, con una sonrisa en los labios. 

Que si no publico tres veces a la semana, pues no importa! Puedo escribir frases mentales en mi cabeza, y así crear un libro lindo de recuerdos que puedo plasmar luego en este blog.

Además, escribí esto porque es verdad. Me cansé de decir "no sale" cuando espero algo con todas las ganas del mundo. A veces, cuando más lo pensamos y lo "pedimos" no llega. Aunque la ley de la atracción diga lo contrario. Pues no es decir "quiero esto, quiero esto, quiero esto" con todas las fuerzas, sino es decir "confío que lo tendré, confío que lo tendré, confío que lo tendré" y dejárselo todo a ese que se porta ingrato, al mismo tiempo.

Sé que ahí, arriba donde estás, tienen una inmensa pantalla con los designios para cada uno de los simples mortales que vivimos aquí abajo. sé que tú sabes lo que será mejor para mí, y cuándo lo será. Confío en eso...
Más aún porque tú estás al tanto... y al pendiente...
Como siempre!

15.4.13

A ponerse los guantes

Que ya basta de esos pensamientos que me tumban al piso por agotamiento mental!

Quiero tener tiempo de hacer lo que me gusta, es verdad!
Pero si no se puede, qué le voy a hacer. No puedo rogarle más horas al reloj pero dí robarle horas al día, o la noche tal vez. Y si me quedo dormida en el intento, pues estaré ganando porque descanso más y guardo energías para mañana pues! Ya qué chu! Y si no termino la película que nos propusimos ver, bueno pues felizmente la tengo en DVD y puedo retroceder, poner pause y repetirla cuantas veces quiera. Y si el día me deja sin aliento para escribir en mi blog o leer otros blogs, bueno pues siempre hay un minuto para ir al baño o darse un respiro y poner stop a las agitadas horas a galope en una silla de escritorio que dobla la columna si no tomas conciencia. 

Quiero cambiarme el chip, ver los lunes como un viernes y pensar que esta tiene que ser una buena semana. Pero pensarlo sin renunciar al segundo día diciendo "ay ya fue, que llegue el viernes de verdad". Quiero que llegue el día siguiente con menos quejas, mantener el "gracias Dios por un día más de vida" por muchos días más. Y si me acuerdo recién en la duche, ya qué importa, dar las gracias igual!

Quiero mantener los buenos hábitos, salir a correr o sudar el jamón en las noches frente al "play" quemando cuanta caloría se me dé la gana. Quiero menos azúcar y más verde con pinta de pasto recién cortadito.  

Quiero pensar en las mil razones que tengo para sonreír y recordarlas si es posible cada hora, como una alarma automática. 

Quiero hacer planes y que se cumplan cuando se tengan que cumplir. Sin esperarlos ni apresurarlos. Simplemente que lleguen y ya! 

Quiero contar las horas, pero no para que el día llegue a su fin, sino para hacer un balance de cuantas quejas versus sonrisas tuve en el día. 

Desde hoy, los malos pensamientos están de huelga.
Al menos, desde hoy lo intentamos.

12.4.13

Realidades alternas

Cuando la gente cuenta que sueña con personas que ya no están aquí físicamente, me pongo a pensar en mi caso. Y es que me extraña un poco por qué siendo tú mi papá no me visitas en sueños casi nunca. Pues, ya van 4 años que no estás con nosotros y solo he soñado unas 3 veces contigo, a lo mucho. 

Esas tres veces fueron especiales, desperté con una sonrisa y un vacío en el alma que notoriamente se sentía porque lo "soñado, sueño es" y eso no trae a nadie de vuelta a la vida. Lo contaba con emoción, pues te veía feliz y siempre diciéndome que no estabas  muerto, que sólo te habías tenido que ir por un tema muy importante. Eran tan reales que en el mismo sueño recuerdo que pedía que me pegaran o me aprieten fuerte la mano para saber que NO era un sueño. Lo hacían, y de verdad que lo sentía, pero todo era fantasía. Abría los ojos de repente y aquí estaba. Dándole la cara a la misma realidad.   


Este día fue distinto. Me fui a la cama con bastante sueño y conversando con Lalo nos quedamos dormidos sin taparnos. A las dos de la mañana aproximadamente un viento helado se coló por la ventana y empecé a tiritar. Me encogía como podía y trataba de acurrucarme en la espalda de Lalo pero no ayudaba. Me paré y abrí la cama despertándolo para que pueda taparse también.  En ese momento empezó esa etapa de sueño profundo, donde uno entra a un mundo suave y a veces tan iluminado (o negro absoluto pero suena más bonito iluminado) que dicen que ese es el momento preciso donde se descansa más. 

Al parecer, estando en esa etapa de sueño profundo, algo irrumpió en mis pensamientos y ahora estaba en el baño de la casa con la puerta abierta, sí impúdica total, estaba viendo al espejo cuando escucho "¿¿¿Marité????", al voltear, sintiendo el viento contra mi cara te vi subiendo las escaleras, despacito, como si estuvieras cansado después de haber corrido mucho. Simplemente corrí y salté del primer al último escalón escuchando el tamborileo de mi corazón al ritmo de un caballo en pleno galope. Te abracé fuerte y en mi mente pensaba que podía ser verdad, que tal vez sólo te habías ido de viaje y el día de tu regreso había llegado. Lo creí en mi sueño, lo creí pero algo no estaba bien. Te dije sin mover los labios aún con la cara en tu cuello y los brazos apretándote fuerte la espalda "¿¿¿no que te habías ido???". Cuando sentí que algo me alejó de golpe de ti y ya lo sabía, estaba soñando. Un grito ahogado que se manifestó en la realidad despertando de sopetón a Lalo me ayudó a volver del todo. 

Sentía sus manos limpiándome las lágrimas, pero no quería abrir los ojos. Sólo quería llorar porque esa ilusión había desaparecido de un segundo a otro. Esa ilusión de verte y poder estar contigo se fue. Duró sólo un momento, segundos tal vez, y como siempre, lo creí posible. 

Y no es que no me guste lo que estoy viviendo hoy, me encanta, pero soñar con una realidad imposible ahora, me duele al despertar. Sé que no estás aquí, lo tengo claro, y también sé que estás y vives en mi corazón y en mi mente, pero no es lo mismo y tal vez mi subconsciente todavía no lo entiende, y por eso se niega a despertar cuando te veo en sueños. 

Tal vez por eso no me visitas tan seguido.
Porque sabes que al despertar, aún las lágrimas corren sin miedo.

Pienso que, el día que yo sueñe contigo y "aproveche esos pocos segundos de ti" sabiendo que al despertar la realidad es otra, será distinto. 
Cuando no crea que todo es un complot y una conspiración que te traerá de regreso en unos años, todo será distinto.


...aunque a veces me guste pensar que los sueños son realidades alternas a la que vivimos día a día... 

10.4.13

Las olas de la vida

Entender el miedo que sentía cada vez que pasábamos por la Costa Verde para ir a la casa de mi tía, hasta hoy me resulta complicado. No es difícil retroceder unos 20 años en en el tiempo para recordar esa angustia y esas ganas de hacer "de todo" sólo por ocultar mi temor y hacer como si nada pasara...


Sentada en la sala sin decir ni una palabra, había escuchado la típica frase que alguien dice cuando ya debe irse a su casa, "ya es tarde", dijo mi mami tocándote la rodilla derecha despacito como pasándote la voz. Sentí que el cambio de temperatura desde la punta de mis dedos hasta el mismo cerebro. No quería irme. Quería quedarme más tiempo, al menos hasta estar dormida y que otra vez me llevaras cargada hasta el asiento de atrás para que, sin saberlo, pasemos por esa zona a la que tanto miedo le tenía. El sueño parecía haberse mandado a mudar, y los ojos no pesaban, el sudor frío empezaba a correr por mi frente y las piernas a moverse como con un tic nervioso. "Todavía no mami. Un ratito más". Pedía con ojos de súplica tierna a lo que ella accedía. Pasaban unos quince minutos y yo no dejaba de pensar en eso "duérmete de una vez para que no veas nada en el camino", pero nada. No cerraba los ojos por nada del mundo. Ya en el carro, sentada en asiento de atrás sin decir ni una palabra escuchaba que tiernamente me decían "duerme hijita, te despertamos cuando lleguemos". Y en mi mente empezaba a crear mil fantasías. Tal vez querían que me duerma para que no viera cuando pase lo peor, o seguro hablarían de lo que estaba pasando en ese momento en la Costa Verde y tratarían de idear nuevas rutas para sortear los peligros de la zona. Pensamiento mágico en todo su esplendor. Era peor, las alertas se activaban al máximo y simplemente decía "papi no podemos ir por otro lado??? Que no pasemos por la Costa Verde???". Nunca me preguntabas por qué y simplemente te dabas la vuelta más larga para llegar a la casa. Lo que más te importaba era verme tranquila. Ya por llegar a la casa soltaba los puños y aflojaba los dientes. El estrés y el miedo habían terminado. La misma historia se repetiría el siguiente fin de semana por muchos otro más hasta que contara el por qué de mi miedo... un sueño recurrente.

Y es que siempre soñaba lo mismo. Por más que me durmiera pensando en lo bonita que es la playa y los miles de momentos lindos que pasé en ella, ese sueño no me dejaba en paz. Por lo menos, una vez a la semana, soñaba que en tu carro, mi mami, tú y yo, nos dirigíamos a la casa de mi tía y en un tramo especial, en donde casi casi la pista se junta con el mar de la Costa Verde se hacían uno solo. Las olas rompían fuerte contra la pared del acantilado de rocas, piedra y arena salpicando agua por todas partes. El mar se hacía más y más grande y los carros no podían pasar salvo por los 3 segundos que el mar se retiraba para formar una ola aún más grande. Dentro del carro sólo se oía silencio, pero por dentro los gritos querían salir a flor de piel porque veíamos cómo todo carro que intentaba cruzar hacia el otro lado era arrastrado por la corriente hasta desaparecer en el fondo del mar. "No podemos pasar, retrocede", te decía mi mami, pero al voltear siempre encontrábamos el mismo panorama detrás, más agua turbulenta con olas gigantes azotando contra las rocas. La desesperación me atacaba poco a poco y los gritos seguían sin salir. Pesadilla. No sé cómo terminaba la historia, pues siempre me despertaba en el momento máximo en donde ya casi las "dos orillas" alcanzaban el carro. 

Cuando comprendiste mi miedo, sonreíste diciéndome algo que se me grabó para siempre "los sueños malos son tus peores temores hijita. No creas eso que si no lo cuentas se cumple y no se qué. Son simplemente tus miedos que escapan por las noches a dar vueltas por tu cabeza".

Creo que después de que lo dije, el miedo de pasar pro ahí fue desapareciendo, y hoy hasta ya le agarré el gusto cuando pasamos por ahí para ir a la casa de los suegros.

 

8.4.13

Meses

Busqué las palabras perfecta para escribir algo bonito el día de hoy, pero no las encontré.
No porque esté seca de idea.
Tampoco porque esté con la creatividad en litigio. 
Sino porque lo perfecto, como todos lo conocen, no existe.

El amor no es perfecto cuando es verdadero.
Es compartirlo todo sin esperar nada a cambio.
Es recordar.
Es conocer.
Es crecer.
Es vivir de a dos.

El amor no es todo a colores.
El amor tiene gotas grises salpicadas en el mantel.
Tiene luces y apagones momentáneos.
Tiene gustos diferentes.
Tiene sabores raros, pero siempre dulces al final de todo.
No viene con contratos.
Pero sí con promesas selladas con firma en el alma.

El amor siempre tiene dos protagonistas.
Que vienen de mundos distintos. 
Con historias distintas.
Y pasados distintos.
El amor verdadero se construye día a día.
Y aunque pase el tiempo, se sigue vistiendo de blanco una vez al año.
Siempre con la misma promesa.

El amor no se mantiene igual.
El amor cambia.
Pero siempre en un mismo sentido.

El amor se celebra todos los días.
No una vez al mes ni una al año.
Pero hay días en que se recuerda con más fuerza.


El amor se aprende y se enseña.
Y los mejores maestros no se elijen.
Simplemente se designan. 

El amor se vuelve eterno cuando se quiere.
Y cuando se ve con algo más que los ojos.



Ella y él...


¿¿¿Quién diría???



Hace año y medio que el amor para mí se celebra diferente.
Cada día es mágico a tu lado desde que abro los ojos.
Unos días con sol,
otros no tanto.
Pero siempre viendo la luz más fuerte a ayer.
TE AMO!

5.4.13

"Con claves a mí"

La cuenta del teléfono llegaba cada fin de mes y yo temblaba sin siquiera haberla visto. A veces veía que la dejaban bajo la puerta y corría sin que nadie escuche para abrir el sobre y leer el importe mensual antes que cualquiera. Era la época en que las tarjetas "147" tenían más valor que un billete de 10 o 20; en la que no había forma ni candado que se resista ante mis llamadas amicales para matar el tiempo después del colegio. 

Me tratabas de convencer con que no era necesario usar tanto el teléfono, que vería a mis amigas al día siguiente y podríamos hablar en el recreo, pero para mí era casi una "ley" el llamar a mis amigas para chismear un poco antes del día siguiente. Por eso cada fin de semana, además de mi propina me dabas una tarjeta 147 para mis llamadas "solo para urgencias hijita. Aprende a controlar esa ansiedad por llamar y llamar. No es normal y ya me está molestando", me decías. Y bueno, por mi culpa mi mami y todos los demás que vivían en la casa tenían que adaptarse a esta modalidad de llamar mediante "tarjetas" porque habías puesto límite a las llamadas. Y uno muy bajito para ser sinceros. Es por eso que todos, tenían una de estas "tarjetitas" en su poder.

Cuando la mía llegaba casi a su final y una voz espantosa me advertía "le quedan sholo tresh mi-nu-toshhhh", me daba tanta cólera que se pasaban como en tres "she-gun-dos" y se cortaba más que rápido. Siempre se cortaba en la parte MÁS interesante de la conversación y por eso corría donde mi mami, tan linda ella, para que me prestara solo un minutito su tarjeta. "Mami, por favor no me pude ni despedir de Periquita, préstame solo un minuto, te prometo que sólo un minuto. Nada más le digo chau y listo. Es para no quedar mal, va a pensar que le he cortado '¿ya? por favorcito". Nunca se resistía a mi pedido, a veces un poco molesta y a veces no tanto, abría su cajón y sacaba la tarjeta de su agenda y me la daba "sólo un minuto Marité. Sé cuanto me queda así que no te pases ni un segundo". 

Corría al teléfono y marcaba la clave para poder despedirme. No me demoraba más de un minuto porque se lo había prometido a la "señora ley", y no podía pasar por alto esa nota. Pero ahora me sorprendo de la capacidad de mi memoria, cómo me gustaría contar con esos dotes hasta ahora, pasaban unas horas en que ya había utilizado la tarjeta y en mi cabeza visualizaba la clave de la tarjeta de mi mamá. La visualizaba toda!!! Me iba a dormir y al día siguiente en la tarde se presentaba una "urgencia telefónica", no le había contado a Perica lo que pasó ese día en el colegio con fulanito y no podía esperar al día siguiente para contárselo. Era URGENTE! Pero, qué podía hacer si mi mamá no estaba, el teléfono tenía clave y la caja con candado incluido impedía que marque siquiera el 103!!!

Recurría a mis dotes memorísticos y corría al teléfono de la cocina, que no tenía caja, pero sí clave para que salga la llamada, ponía mis dedos en las teclitas y empezaba uno a uno a marcar cada número. Ahora, no me acuerdo ni cuántos número eran! Pero cuando escuchaba la voz que me pedía ingresar el número de destino era feliz. 

Esa felicidad desaparecía cuando mi mamá llegaba e intentaba usar la tarjeta que se encontraba vacía, sin ni un solo centavo libre para llamar. Qué mala fui!!!!!!!!

Pero recuerdo que a pesar de estar molesto conmigo por hacer eso, te sorprendía mi habilidad para aprenderme tantos números con solo una mirada. "Está mal que hagas eso hijita, no vamos a confiar en ti después. Pero qué tal memoria ah! Mis respetos", me decías con una gran sonrisa.

Ahora ya no tengo ese vicio telefónico. Tus esfuerzos en hacerme entender que no todo es "hablar por teléfono" dieron frutos. Ahora no me gusta tanto estar con el fono en el oído, ahora más me gusta conversar cara a cara, en vivo y en directo. Siempre acordándome no de claves telefónicas sino de lindas conversaciones con gente importante en mi vida.

Siempre corrigiendo sutilmente.
Siempre enseñándome lo mejor...
A pesar de que ya no estés más aquí.  


3.4.13

Tal vez si juntamos nuestros corazones...

- Tu papi no vendrá este fin de semana hijita.
- ¿Por?
- Porque se va a ir de viaje unos días.
- ¿¿¿A dónde???
- Es cerca, no se va lejos.
- Sí, pero a dónde y cuánto tiempo!
- Se va por el norte, a ver a tus abuelitos.
- A pues, entonces vamos con él.
- No podemos Marité. Tus hermanos con quién se quedan. Además estamos lejos.
- ¿Puedo ir yo entonces?
- Que no! Tiene que ir sólo!




Era verano del 95' y como todos los jueves, preguntaba a las 8:00 pm a qué hora llegarías al día siguiente. Era ya rutina pasar la semana entera en la playa con mi mami y esperarte los fines de semana en la puerta del club con una gran sonrisa montada en mi bicicleta. Pero ese último fin de semana de febrero, no llegarías a darme el abrazo que valía por los cinco días que habían pasado sin vernos.

Ya un poco preocupada por algunas cosas que escuchaba en el malecón, cogí mi bicicleta y llegué al bungalow. No eran ni las 10:00 pm, hora de toque de queda para mí en ese entonces pero yo ya estaba lista para el interrogatorio.
- Ya bueno, dime la verdad mami, a donde se va mi papi?

En ese momento llegó David y se sentó en la silla frente a tu cama. Tenía la cara un poco pensativa, como si quisiera decir algo y no se animaba.
- Bueno, me vas a decir o no.
Ella se quedaba callada mirando fijamente la televisión, como si estuviera esperando algún flash informativo sin previo aviso.
- David, dime tú! Qué pasa? He escuchado cosas pero no sé si será verdad. Dime!
No recibía ni una sola respuesta y ya era algo crítico para mi aún tierna cabeza. Trataba de crear cientos de miles de hipótesis mentales para tapar las dudas: un viaje secreto tal vez, tenías que escoltar al presidente en una super misión encubierta, te habían pedido que vayas a otro país a preparar una enorme y linda casa para irte a vivir con nosotros, o tal vez era sólo una broma para llegar al día siguiente con muchas sorpresas para pasar el fin de semana juntos.

Hasta que después de unos segundos en silencio absoluto lo escuché en las noticias. Eso que jamás imaginé, solo lo vi en las películas de "ficción", se estaba haciendo realidad. No eran mitos ni leyendas. Estaba pasando en la vida real y uno de los actores eras tú.


El conflicto del alto Cenepa estalló a fines de febrero, no me pude despedir con un abrazo, tan solo con una llamada corta. Mi corazón latía a mil por hora cuando te decía "chau papi, cuídate mucho, te vamos a extrañar. Jerry también te va a extrañar. Regresa rápido ya?", no sabía hasta cuando volvería a escucharte. Fue una sensación realmente indescriptible. Mezcla de tristeza, miedo, incertidumbre, terror y esperanza. Algo de cólera por qué no? 

Una guerra había comenzado... pero felizmente te trajo de regreso a nuestro lado para regalarnos aún muchos años más de alegrías y vivencias a nuestro lado. 

Hoy, algo que quiere ser guerra parece estar naciendo en un país lejano. Y yo, sólo pienso en los corazones tan podridos que aún quedan entre los nuestros. Pues, quién piensa en "guerras" cuando existe tanta pobreza en el mundo. Sin duda, el mal existe, si se manifiesta de maneras que uno no puede creer.

Aunque sepamos que lo que un día vimos detrás de una pantalla, pueda volverse una realidad el día de mañana.


Si todos juntos cerramos los ojos y pedimos con el corazón,
puede ser...
que nos escuchen desde arriba y el ejercito más poderoso de todos,
interceda por nosotros.

1.4.13

Un nuevo reto

Me fui a dormir con ganas de dormir y pensar en un mundo de ensueño. 
Sólo eso. 

¿Dónde quedaron las ganas de ser positiva?
...será mañana...

¿Dónde la fuerza para empezar el mes con el "pie derecho"?
...será mañana...

¿Dónde la sonrisa en el bolsillo por si alguien se me cruza?
...será mañana...

¿Dónde los buenos deseos para llenar mi corcho de pendientes?
...será mañana...

¿Dónde los ojos lleno de ilusión?
...será mañana...

¿Dónde las ideas creativas y el orden impoluto?
...será mañana...

Pero y qué si el "mañana" llegaba y las ganas se quedaban dormidas en la almohada?
Resulta que el "mañana" llegó "hoy" y las ganas reclaman las ganas dormidas.
Ambas se necesitan.
Juntas, podrían combatir una guerra que parece inminente.

La guerra por empezar "abril" con buenas noticias.

El heroe de mi vida