Necesitaba un motivo para sonreír. Uno solito que me hiciera cambiar la cara de pocos amigos que traigo hace un poco más de dos semanas... por qué me miento... hace más de tres meses! Aunque mi cara también pide chepi, y los sábados y domingos se manda a mudar, felizmente porque la condenada es bien espesa. Siempre promete volver los lunes. Sus días están contados, pero igual, ella no sabe que quiero exterminarla para siempre.
En fin, es un miércoles disfrazado de viernes, estoy con descanso médico por mis amígdalas que parecen haber estado en el rincón de box con un gato techero, pero igual, necesitaba una razón para cambiarme el chip. Un momentito nada más.
Fue otra noche sin dormir, levantándome cada minuto atorada por la saliva que no quiero pasar para no llorar literalmente por el dolor, aunque va bajando lentamente, bajé a ver a mi mami como siempre pero esta vez con mi laptop y todo porque siempre que me siento mal y me quedo en casa bajo a quedarme con ella. Como nunca, antes de entrar a su cuarto me metí al baño de David. Digo como nunca o porque está ocupado por él por más de 12 horas al día o porque simplemente entro al de tu cuarto. Pero hoy fue diferente.
Al cerrar la puerta me sorprendió lo que vi. El papelito ya gastado, amarillento y pegado con cintas que ya parecen haber perdido su fuerza en los extremos seguía tal y cual tú lo dejaste después de un día que nos cuadraste a todos.
"NO girar el seguro, solo hundirlo!"
Estabas tan harto de siempre tener que abrir la puerta del baño con la llave, que estaba en un manojo de muchas llaves en el cajón de la cocina, porque cuando alguien salía del baño y había girado el seguro en lugar de presionarlo al cerrar la puerta cuando se iba se quedaba con llave por dentro. Cuando venía una amiga que no sabía, o cuando alguien se confundía o equivocaba te ponía los pelos de punta. No podías entender CÓMO es que todavía seguías encontrando la puerta a veces cerrada con llave y sin nadie adentro.
"¿¿¿Otra vez dejaron la puerta del baño con llave??? No entiendo qué hacen, no entienden!!!" siempre te explicábamos que no eramos nosotros y que no andábamos diciéndole a todo el que entre "no gires el seguro, solo presiónalo", a lo que siempre nos decías "si no lo hacen entonces lo hago yo!".
Después de unos minutos de tu última llamada de atención cogiste un papel, lapicero y cinta scotch. Caminaste al baño, cerraste la puerta y saliste luego de unos minutos diciendo "Ya está. Si sigo encontrando la puerta con llave los llevo a terapia. No parecen profesionales!!". Típica.
Hasta el día de hoy, ese papelito nos acompaña. Aunque un poco más gastado, estoy segura que a todo el que entra le queda claro que no se gira, sólo se hunde...