Me paré de la cama con el pelo alborotado, y los ojos
entreabiertos y la mente aun en la almohada. “China china” como me dice Lalo. Y
como siempre, pisando el suelo primero con el pie derecho. Una manía tonta que
no se me quita hasta ahora. Literalmente, pienso en poner el derecho primero. En
fin, mi objetivo: llegar a la ducha. Se me hacía tan largo el camino que miré
tres veces en un recorrido de un metro hacia mi cama nuevamente. Lalo tapado
hasta la nariz, encogido como gorgojo entre las sábanas + mis sábanas que fueron
despojadas sin más ni más hacia él para poder levantarme. Qué envidia poder
dormir unos minutitos más al menos. Pero no, el “correr del tiempo” pudo más
que mi flojera y me metí a la ducha. Cada minuto en la mañana vale oro.
Mi momento de “reflexión” es cuando me paro frente al closet
para ver qué ponerme. Es en ese momento donde a veces me pongo a pensar en mil
historias. A evocar recuerdos que tal vez no estaban a la mano en mi memoria a
corto plazo. Es ahí donde decido si sonreír o sentirme un poco nostálgica.
Generalmente depende del día, y de la noche anterior.
Hoy decidí sonreír.
Decidí hacerlo gracias a ese recuerdo…
Gracias a volver a ver tu risa y hasta escuchar tu risa
agarrándote los ojos con los dedos (pulgar de la mano derecha en el ojo derecho
y en índice en el izquierdo). Como si te limpiaras las lágrimas que a veces
salen cuando literalmente “lloramos de risa”.
Era de noche y yo
recién llegaba a la casa. Había tenido un día de aquellos que uno quiere que
pasen y pasen YA. Después de un día de trabajo tuve que parar en el banco a
sacar plata. Bajé del carro y puse la alarma. Caminé y me acordé que no había
sacado mi cartera. Volví al carro y la saqué. Cerré la puerta y caminé buscando
la llave para poner la alarma. La había dejado en el carro. Volví nuevamente un
poco más molesta y la saqué del asiento donde la dejé olvidada. Caminé, puse
alarma me colgué la cartera y busqué mi celular. No lo tenía y obviamente lo
había dejado en el carro. O no? Me entró la duda y una vez más volví al carro
pero esta vez acompañando mis pasos con un “melódico” PTM. Entré, lo busqué y
estaba en el piso del asiento del copiloto. Cómo llegó ahí? Seguro que una de
las frenadas bruscas en la Javier Prado. Vi mi lonchera al lado del celular. Mi
lonchera que más parece cartera. “Ya mejor saco también esto porque pueden
pensar que es cartera y me revientan la luna”. Caminé hacia el banco por fin ya
sin importarme haber olvidado algo más dentro del carro. Hice lo que tenía que
hacer y me subí nuevamente al carro. “Carajo mi tarjeta”. Volví corriendo al
cajero para ver si no se la había tragado y efectivamente, aun estaba ahí. El
TU TU TU TU TU acompañado de luces verdes me avisaban desde lejos que me la
había olvidado. Corrí más rápido y la saqué justo a pocos segundo de que se la
tragara. Hasta sentí un leve “jalón”. Regresé al carro y arranqué el motor. Una
señora me tocó la luna mientras retrocedía y me asusté, no quise ni abrir la
luna. Qué querría, no lo sé ni lo supe en ese momento. Solo me fui. La gente me
miraba y señalaba mi carro. Yo pensaba que todos se habían dado cuenta que no
le hice caso a la señora y me señalaban con dedo acusador, con mirada de “no
puede ser tan maaaaala” según yo. Me seguían con la mirada y algunos reían a lo
lejos. No entendía nada. Luz roja, un
señor en el carro vecino me veía sonriendo. ¿Qué le pasa a este viejo verde?
Seguí unas cuadras nada más, hasta llegar a la casa. Abrí la puerta que se atracó
mientras subía lentamente. El día parecía seguir en mi contra. Es ahí donde
corriste para ayudarme a destrabar la puerta eléctrica cuando de pronto escuché
tu risa. “Qué te pasa??????” Pregunté ya desesperada porque no entendía qué
pasaba. Sin poder contener la risa me señalaste el techo de mi carro. Mi
lonchera-cartera había viajado desde el banco hasta la casa en el techo. Es por
eso que todos me señalaban, y la señora buena gente me estaba avisando antes de
salir del banco. Pero con esa cara de susto cualquiera piensa otra cosa por Dios.
Te reíste tanto que se te salieron las lágrimas y me contagiaste esa risa. Me
reí de mi estupidez y en solo un minuto ese día amargo se esfumó.
Creo que debo pensar en estas cosas más seguido.
Hacen bien para el alma…
Sobre todo si es viernes y es cumple de tu hermana.
La que siempre me recuerda que tuve el mejor papá del mundo.
…le daré un besito de
parte tuya hoy…
16 comentarios:
A mi tampoco no me gusta despertarme de tempranazo, en invierno menos.
La anecdota que relataste si que fue de locos, hay dias asi, que todo está en tu contra y con apuros.
Un abrazo a tu hermana de parte de Maxwell x)
La risa contagiada, multiplicada al infinito. Me da que nos da más vida. Un abrazo.
y sí, es horrible cuando a uno se le instala la duda o se olvida de algo y tiene que volver sobre sus pasos para verificar que todo esté bien o recogerlo. aquello me ha pasado infinidad de veces. también espero que la señora pase un buen día en su cumpleaños. un beso.
Maxwell, es mi tía, hermana de mi papá :) pero gracias pro los saluditos.
Beso!
Tranquilino, así es, la risa multiplicada al más que infinito es la que nos hace sentir más vivos!
Beso!
Draco, pone mal humorrrrrrr. Gracias por los deseos para mi tía :)
Un beso!
Hola Marité. Muy graciosa esa historia, te pasó de todo, je je. Este tipo de cosas sirven para desestresarnos.
Te mando un beso grande
LUCHO
De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Como siempre, un placer.
Saludos y buen fin de semana.
Todo por ahorrarte el roche y el roof rack.
Lucho, me pasó de todo realmente. Pero después cerré el capitulo con sonrisas gracias a mi papá!
Beso!
Hiperión, gracias! Pasé por el tuyo tb hace un momento!
Beso!
Elmo, jajajajaja rochesote!!!
Jaja ay Marité, me hiciste sonreír con tu historia...sí que eres un caso bastante extremo de ser distraída! por un momento pensé que te habías quinceado de carro y te habías subido al auto de la seño jeje. Me da risa pero creo que de todos modos hay que tener cuidado, imagínate si se te quedara la tarjeta en el cajero, o el celular en un banco o...sabe Dios. Me hiciste recordar a Mr. Bean jaja.
Un beso Marité.
Yo pensaba que te habías equivocado de tarjeta y te estabas robando, sin querer, la de la señora xDD
No hay nada mejor que sonreír ante un día amargo. Gracias por hacérnoslo recordar.
jajaja, por eso es bueno de vez en cuando no tomarnos tan en serio a nosotros mismos. aquello q nos stresa visto desde otra perspectiva puede ser algo realmente comico.
un beso marite
Paty, más que distraída creo que soy un poco atolondrada jajaja quiero hacer TODO a la vez... jajaja Tengo otra realmente de Mr. Bean! Ya les contaré.
Un beso enorme!
Edch, jajajaja esa de que me llevaría la tarjeta de la señora hubiese sido peor! Es cierto, no hay nada mejor.
Beso!
Ludobit, si lo vemos por ese lado, nada debería amargarnos :)
Un besote"
Despertarse tan temprano en invierno es jodido...nose si lo haces de lunes a viernes pero si es así mis respeto amiga bloggera.
Por otro lado a ti que no te ha pasado ah? jajajaja cada anécdota tienes :)
Qué bueno quedarse con eso, lo que nos hace sonreír incluso reír a carcajadas, un abrazo!
jajaja y no se cayó en todo el camino?. yo también a veces soy distraido. Ya les contaré algunas.
Para el caso de decidir que ropa ponerse, te voy a contar que hago yo, aunque lo más probable es que ni lo tomes en cuenta porque las mujeres y su "eterno problema" con la ropa y los zapatos.
Yo ya he decidido que ponerme el lunes, martes,.... viernes para ir a trabajar.
Así que todos los lunes me pongo lo mismo, todos los martes igual, y así toda la semana (ojo! que la ropa se lava por supuesto). O sea tengo mi ropa del lunes, mi ropa del martes y así sucesivamente. Así ya no pienso mucho que ponerme.
Saludos
Bren, es reeeeee jodido... no me da ni "media" gana de despegarme de la cama" es terriblazo! jajaja
Es lo que vale amiga bloggera, quedarse con lo que nos dibuja la sonrisa :)
TQM
El jueves señorita!
Marcelo, no puedo creer el consejo! jajajaja ponerse el mismo "outfit" tan seguido! jajajaja Te juro que es un estrés para mí. Pero gracias por el consejo, eso es lo que cuenta!
Besos!
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