Sabes que cada vez que te escribo siento como si tuviera una "cita contigo". Es raro pero sigo sintiendo esa sensación que sí, que efectivamente te escribo, y tú me lees. A pesar de la distancia, a pesar de los años, aún me lees.
Sé que muchas veces cuando estoy perdida, o en una situación difícil me pregunto qué hubieras hecho tú. Y te hablo en silencio, en mi mente, con el corazón y el alma. Y a pesar que no te escucho sé que me aconsejas, también en silencio. Otro tipo de silencio, pero silencio al fin.
También, cuando estoy sola, te pienso y te imagino viviendo momentos que quedaron en el tintero. Los pienso y los imagino. A pesar que no hayan sucedido porque el tiempo nos ganó, lo vivo realmente. Tú, cargando a los bebes y haciéndoles cosquillas como toda la vida nos hacías a nosotros; tú, llevándolos a tomar helados a la esquina de siempre contando historias fantásticas de pulgarcito en su avión de madera; tú, llevándolos de la mano al nido y despidiéndote en la puerta, siempre en silencio.
Esos consejos que no me diste, porque la vida es complicada y nos hace tomar rumbos distintos cuando menos lo esperamos, todavía siento que están pendientes. Las enseñanzas, los almuerzos, las películas, las risas, los castigos que duraban minutos, los ojos tristes, las manos extendidas, las palabras que marcan, las historias inventadas pero con moraleja al final, las propinas, las recogidas de madrugada, las llamadas preocupadas, las visitas inesperadas, los "salud" que no se dieron, y muchas cosas más aún están pendientes.
Y a pesar del tiempo, te extraño como el primer día.
Extraño tu voz,
tus fuertes pisadas al llegar a la casa,
tus apretones de hombro,
tus cosquillas,
tu risa,
tu sonrisa,
tu silencio amargo,
tus cejas fruncidas,
tus chistes malos,
tus consejos,
tus molestos consejos,
tus buenos consejos,
tu pelo suavecito,
tus manos suavecitas,
tus duchas a las 5:00 am,
tus "feliz cumpleaños",
tus abrazos,
tus besos,
tus llamadas de teléfono,
tus mordidas de manzana,
tus cariños,
tus películas a medias,
tus visitas al doctor por consultas de terceros,
tu buen corazón,
tu preocupación extrema,
tu estrés (que me lo pasaste a mí),
tus frenazos en el carro,
tus disculpas,
tus terqueadas,
tus reniegos,
tus juegos toscos,
tu música,
tus sueños,
tus metas,
tus vuelos,
tus aviones,
tus huellas.
Te extraño a ti papi.
Siempre te extrañaré.
2 comentarios:
:( <3
Hermoso Marite. <3 Así extrañamos a los que se van.
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