El lunes pasado era mi cita con el más allá, pero como te comenté, estoy orgullosa de mi decisión. En parte, la visita que le di a la iglesia el sábado me hizo cambiar de opinión. Bueno, no me dijeron nada que no supiera, pero creo que me hizo respirar más profundo hasta que el aire tocara esa fibra que aun estaba un poco lejana. Me hizo abrir los ojos y cancelar la reunión.

He tenido varias experiencias con este tipo de personas, solo una me dejó pensando mucho en que todo podía tener un poco de verdad. Había pasado por el impostor que se hizo conocido por comunicarse con los que ya no están aquí, el cual empezó de arranque agarrándome la mano y pregunta, muy sabio él: "mmmmm, veo que.... ¿vienes por que quieres saber de tu mamá?", mi cara lo dijo todo y solo prosiguió diciendo "tu papá entonces", bingo! Una de dos y con adivinanza incluida. "Él sufrió mucho no? Fue una lenta agonía, una enfermedad muy fuerte y larga". Ok, no iban ni 5 minutos y ya me imaginaba cómo terminaría todo. Le achuntó a unas cuantas por descarte no quedaba de otra. Era obvio que Karina y yo eramos hermanas, entonces, íbamos a buscarlo para hablar con un familiar. Los padres, uno de los dos tenía que ser, la muerte no fue larga, y tampoco acertó con el tipo de accidente. Me sentí estafada cuando después de 40 minutos de tratar de convencernos que estabas ahí hablando con él nos dijo apurado "bueno señoritas, se terminó su tiempo. Pueden pasar con la persona que está afuera para dejar el pago". Hubiera querido tanto que "esa persona de afuera" fue también del más allá para dejarle un billete "del más allá", invisible.
El que sí me dejó pensando fue uno al que visité hace unos 3 años. Estuve en una reunión de la oficina y una de las tías regias con las que estaba conversando comentó "ay es que me dijo mi vida entera y no lo podía creer. No lo he dejado de ir a ver en cada año hace 5 años. Es como mi guía espiritual". Y como quien no quiere la cosa, le pregunto si me podía dar el dato porque hace tiempo me quedé con la espina con respecto a ese tema. El teléfono timbro hasta que una señora me contestó "si desea sacar cita, sólo tiene que indicarme la fecha y horario para confirmar si es posible. Un día antes de venir nos llama para confirmar". No preguntaban nombres ni teléfonos ni nada de nada. Simplemente sacabas cita y ya. No voy a negar que cuando me subí al carro y prendí el motor para emprender el camino hacia una casa desconocida para ver a un desconocido que me diría mi "desconocido futuro" y ya conocido pasado, me puso la piel de gallina. No era la primera vez, pero esta vez sentía algo diferente. Y vaya que sí lo fue. Al tocar el timbre, un chico de unos 24 años de ojos verdes me miró y me dijo: por Dios cómo te pareces a tu padre chica. Luego vinieron las preguntas básicas mientras caminamos hasta su "consultorio", ¿cómo te llamas? ¿edad? y el famoso ¿qué te trae por aquí?. No quería saber nada de mi ex, tampoco si me casaría con la persona con la que estaba en ese momento, cuántos hijos tendría, nada de eso. Quería saber de ti, y nada más que de ti. Me dijo cosas que sólo tú podías decir "chica tu papá me está diciendo palabrotas. Que estas son huevadas y que no deberías creer en estas cojudeces. En fin, lo perdonaré por insultar mi trabajo, pero bueno, eso me está diciendo ahora junto a un perrito narizón que le mueve la cola y le tiembla la pata". Es que eran tus palabras y la descripción perfecta para Jerry, nuestro Fox Terrier que enfermó después de 10 años de vivir feliz con nosotros.
Luego de unos días comprobé con algunas respuestas de mi mami, que el hombre desconocido me dijo muchas cosas reales que hasta yo misma desconocía de ti. ¿Casualidad? puede ser, pero me dejó pensando mucho.
Empecé a cuestionarme qué hubiera pasado si en una de mis visitas a estos seres extraños, antes de que tu te fueras, me decían que ibas a irte pronto en un accidente horrible. ¿Hubiera podido vivir tranquila? ¿El destino cambiaría? ¿Cada sábado inventaría algo para que no vayas a volar? ¿Cómo hubiese sido mi vida desde esa premonición? Un calvario, realmente un calvario. Sugestiones y malos pensamientos, nada más que eso.
Por eso, este sábado fui a misa con mi mami. Hace tiempo no iba y debo reconocer que me gusta ir, porque pido por todos los que ya están ahí arriba, a tu lado. Aunque mucho no crean en Dios, sé que algo hay ahí arriba. Vi el confesionario con una ventanita abierta, y como nunca, estaba vacío. Me acerqué pensando qué decir y me arrodillé al llegar.
- Ave María Purisima...
- Sin pecado... PADRE QUIERO IR A UNA VIDENTE!
- Hija mía, ni se te ocurra! Eso sí que no. Dime todos los pecados del mundo pero no ese.
- Lo sé. Es una locura que he cometido antes. Pero me tienta, me tienta!
- De eso se trata el pecado, de tentar a las personas. No caigas, esos son impostores. ¿No crees que si pudieran ver el futuro, estarían comprándose la lotería todos los días? No caigas en su juego. Además, quieres enterarte de lo que viene? No te gustan las sorpresas entonces... qué aburrido vivir sabiendo qué viene mañana. Al menos yo lo creo así.
Respiré profundo regresando a la banca y la decisión estaba tomada.
Sorpréndeme ahora... destino!