Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

11.2.13

Pinceladas de un sueño

Una vez más caminaba sobre el mismo lugar a la misma hora...

Había llegado hacía solo unos minutos pero no podía dejar de emocionarse al ver el reloj y comprobar que faltaban 15 escasos minutos para las 6:00 de la tarde. Bajó del carro poniendo los pies en el suelo con cuidado para no pisar alguna piedrita traviesa que quisiera ponerse en medio para dificultar el camino y cogió sus zapatos con la mano derecha.

- ¿A dónde vas? -  preguntó el padre preocupado al ver bajar a la niña entusiasmada mirando al océano.
- Voy a la orilla papá. Quiero ver cómo el sol se despide del cielo y se mete a su cama para dormir hasta mañana. 
- Pero entra a dejar tu mochila primero niña. O acaso vas a dejar que este viejo cargue todo solo?
- Ay papá, no demoro! Son solo unos cuantos minutos. Ya vuelvo!

El padre se quedó sostenido de la puerta mientras la figura de la niña se hacía cada vez más y más pequeña en el horizonte. La neblina dificultaba un poco la visión del hombre pero no hacía falta ver la silueta para sentir que su hija estaba bien. Era feliz en ese lugar. Siempre lo fue.

Llegó a la orilla del mar, no sin antes tirar sus zapatos y soltarse la cola de caballo que su mamá le había hecho con mucho cuidado en el camino. Miró el profundo mar como si fuera una persona, los ojos fijos en un punto de la inmensidad, justo en donde una delgada línea parece separar el mar del cielo y paso a paso lentamente se acercó a la espuma blanca. 


La punta de sus dedos empezó a sentir que el agua inundaba sus dos pies. Siguió avanzando un poco más humedeciendo la basta de sus pantalones hasta hacerlos más pesados. Inhaló el aire puro de esa tarde de primavera con ojos muy abiertos concentrada en ese mismo punto donde separan los dos elementos. Giró a la izquierda e inició la caminata habitual hacia las grandes rocas que delimitan el final de la playa. 

Cada uno de sus pasos parecía bajarle un grado a la luz del cielo, pues poco a poco caía la noche y el sol se iba ocultando en el fondo del mar, siempre acompañando sus pasos. Estiró la mano derecha como si el mismo sol le pidiera que entrelazaran sus dedos para acompañarse en el camino. Sonrió bajando la mirada. 


Luego de unos minutos llegó a la roca inmensa, y en esa roca inmensa había un peñasco y en ese peñasco unas algas y en esas algas estrellas de mar, y en esas estrellas caracolas y en esas caracolas se oía el susurro del mismo mar que tenía delante de sus ojos. Tomó una, la más grande de todas y se la llevó al oído.

- ¿Qué es eso que quieres decirme y nunca lo logras? Trato de entenderte y no logro más que oír tus suspiros. ¿Por quién? Extrañas a alguien tal vez? No lo entiendo.


Se sentó en una piedra a la que no llega el agua, solo con la puntita de los dedos a penas. Recogió las rodillas y posó nuevamente la mirada en el fondo del mar. El sol le daba los últimos besos de buenas noches al océano grandísimo hundiéndose en él llevándose la poca luz que quedaba. Era hora de volver.

Bajó la cabeza y regresó a donde la esperaban sus papás en la misma posición que los dejó. Regresó sin respuestas pero con la misma sensación de plenitud de siempre.

¿Qué sería eso que el mar intentaba decirle todos los días que se encontraban? 


17 comentarios:

Mina Treintañera dijo...

Aaaay qué bonito! Me encantó, por un momento me senté en la playa a mirar a la niña caminando en la playa y pude sentir el olor del mar.

Me encantó Mari, un besote! TQM!

Elmo Nofeo dijo...

Un bonito sueño.

Tal vez alguien desea comunicarse contigo y no encuentra la forma.

DRACO dijo...

me has hecho recordar cuando caminaba por una playa salvaje, llena de garzas y aves marinas; fotografiando lagartijas y cangrejos.
un yate se estacionó y por intermedio de un bote, sus ocupantes disfrutaron de una playa de arena oculta entre medianas lomas que yo descubrí
un beso.

Tigreton dijo...

que hermoso post divino, casi puedo estar ahi, viendo como se nos despiode el sol pa dormir, en serio que ternura :3

Hasta en el último rincón dijo...

Lenyis, qué bueno que te gustó!!! En realidad es una idea que tengo dando vueltas en la cabeza... crees que de para una historia completa? Es decir, un libro?
Beso!

Elmo, más que un sueño es algo que siempre he tenido en la mente y no sé porque. Me conecto demasiado con el mar a esa hora del día... es raro.
Beso!

Hasta en el último rincón dijo...

Draco, fotografiar esa vida salvaje debe ser lo máximo! Esas playas ocultas son las mejores!!!
Un beso!

Pancho, que lindo que te gustó rey!!!
Beso!

Unknown dijo...

Todo lo que escribes en este blog da para un libro!

Un beso!!

Hasta en el último rincón dijo...

Franchis, siempre tu tan bella.
Beso!

Luis Guadalupe dijo...

Hola Marité. Muy bonita historia. Una verdadera sensación relajante. Y todo un rito para el cambio de un plano a otro.

Un abrazo muy grande.

LUCHO

Hasta en el último rincón dijo...

Lucho, cómo estás?
La verdad es que me relajó escribirlo tb pero tengo aún más cosas en la cabeza. Espero plasmarlas pronto.

Un beso!

Sweet dijo...

Bonito.!!
Muy bonito Marite, como todo lo que escribes.

Saludos.

Eduardo Rodríguez dijo...

Mi vida definitivamente está ligada al mar. Nací en Pisco y tenía el mar a un paso. Lo que has relatado lo he sentido tal cual... por un momento pensé que ibas a decir que la niña se ahogó, uff, menos mal no fue así, no me gustan los finales tristes.
Escuchar el mar en un caracol es lo máximo. Un abrazo.

Hasta en el último rincón dijo...

Mel, qué linda! Gracias por las cosas lindas que me dices :)
Un beso!

Hasta en el último rincón dijo...

Marcelo, opino lo mismo que tú. En algún momento de mi vida, de esta o de alguna otra, he vivido algo muy cerca al mar... una alegría, una pena, lo que sea, pero algo importante.
Qué bueno que te gustó.
Un beso!

Nelson dijo...

Muy bueno! Me ha gustado, un intento poético, sin duda. Qué paz que trae el mar, tantas cosas que le gusta entregarnos.

Saludos!

Hasta en el último rincón dijo...

Nelson, más que un intento poético para mi fue el principio de una historia :)

Beso!

Unknown dijo...

Pendeja

El heroe de mi vida