Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

1.6.12

Mejor no renegar


Me paré de la cama con el pelo alborotado, y los ojos entreabiertos y la mente aun en la almohada. “China china” como me dice Lalo. Y como siempre, pisando el suelo primero con el pie derecho. Una manía tonta que no se me quita hasta ahora. Literalmente, pienso en poner el derecho primero. En fin, mi objetivo: llegar a la ducha. Se me hacía tan largo el camino que miré tres veces en un recorrido de un metro hacia mi cama nuevamente. Lalo tapado hasta la nariz, encogido como gorgojo entre las sábanas + mis sábanas que fueron despojadas sin más ni más hacia él para poder levantarme. Qué envidia poder dormir unos minutitos más al menos. Pero no, el “correr del tiempo” pudo más que mi flojera y me metí a la ducha. Cada minuto en la mañana vale oro.

Mi momento de “reflexión” es cuando me paro frente al closet para ver qué ponerme. Es en ese momento donde a veces me pongo a pensar en mil historias. A evocar recuerdos que tal vez no estaban a la mano en mi memoria a corto plazo. Es ahí donde decido si sonreír o sentirme un poco nostálgica. Generalmente depende del día, y de la noche anterior.
Hoy decidí sonreír.
Decidí hacerlo gracias a ese recuerdo…
Gracias a volver a ver tu risa y hasta escuchar tu risa agarrándote los ojos con los dedos (pulgar de la mano derecha en el ojo derecho y en índice en el izquierdo). Como si te limpiaras las lágrimas que a veces salen cuando literalmente “lloramos de risa”.

Era de noche y yo recién llegaba a la casa. Había tenido un día de aquellos que uno quiere que pasen y pasen YA. Después de un día de trabajo tuve que parar en el banco a sacar plata. Bajé del carro y puse la alarma. Caminé y me acordé que no había sacado mi cartera. Volví al carro y la saqué. Cerré la puerta y caminé buscando la llave para poner la alarma. La había dejado en el carro. Volví nuevamente un poco más molesta y la saqué del asiento donde la dejé olvidada. Caminé, puse alarma me colgué la cartera y busqué mi celular. No lo tenía y obviamente lo había dejado en el carro. O no? Me entró la duda y una vez más volví al carro pero esta vez acompañando mis pasos con un “melódico” PTM. Entré, lo busqué y estaba en el piso del asiento del copiloto. Cómo llegó ahí? Seguro que una de las frenadas bruscas en la Javier Prado. Vi mi lonchera al lado del celular. Mi lonchera que más parece cartera. “Ya mejor saco también esto porque pueden pensar que es cartera y me revientan la luna”. Caminé hacia el banco por fin ya sin importarme haber olvidado algo más dentro del carro. Hice lo que tenía que hacer y me subí nuevamente al carro. “Carajo mi tarjeta”. Volví corriendo al cajero para ver si no se la había tragado y efectivamente, aun estaba ahí. El TU TU TU TU TU acompañado de luces verdes me avisaban desde lejos que me la había olvidado. Corrí más rápido y la saqué justo a pocos segundo de que se la tragara. Hasta sentí un leve “jalón”. Regresé al carro y arranqué el motor. Una señora me tocó la luna mientras retrocedía y me asusté, no quise ni abrir la luna. Qué querría, no lo sé ni lo supe en ese momento. Solo me fui. La gente me miraba y señalaba mi carro. Yo pensaba que todos se habían dado cuenta que no le hice caso a la señora y me señalaban con dedo acusador, con mirada de “no puede ser tan maaaaala” según yo. Me seguían con la mirada y algunos reían a lo lejos. No entendía nada.  Luz roja, un señor en el carro vecino me veía sonriendo. ¿Qué le pasa a este viejo verde? Seguí unas cuadras nada más, hasta llegar a la casa. Abrí la puerta que se atracó mientras subía lentamente. El día parecía seguir en mi contra. Es ahí donde corriste para ayudarme a destrabar la puerta eléctrica cuando de pronto escuché tu risa. “Qué te pasa??????” Pregunté ya desesperada porque no entendía qué pasaba. Sin poder contener la risa me señalaste el techo de mi carro. Mi lonchera-cartera había viajado desde el banco hasta la casa en el techo. Es por eso que todos me señalaban, y la señora buena gente me estaba avisando antes de salir del banco. Pero con esa cara de susto cualquiera piensa otra cosa por Dios. Te reíste tanto que se te salieron las lágrimas y me contagiaste esa risa. Me reí de mi estupidez y en solo un minuto ese día amargo se esfumó.

Creo que debo pensar en estas cosas más seguido.
Hacen bien para el alma…

Sobre todo si es viernes y es cumple de tu hermana.
La que siempre me recuerda que tuve el mejor papá del mundo.

…le daré un besito de parte tuya hoy…

16 comentarios:

[Maxwell] dijo...

A mi tampoco no me gusta despertarme de tempranazo, en invierno menos.
La anecdota que relataste si que fue de locos, hay dias asi, que todo está en tu contra y con apuros.
Un abrazo a tu hermana de parte de Maxwell x)

Darío dijo...

La risa contagiada, multiplicada al infinito. Me da que nos da más vida. Un abrazo.

DRACO dijo...

y sí, es horrible cuando a uno se le instala la duda o se olvida de algo y tiene que volver sobre sus pasos para verificar que todo esté bien o recogerlo. aquello me ha pasado infinidad de veces. también espero que la señora pase un buen día en su cumpleaños. un beso.

Hasta en el último rincón dijo...

Maxwell, es mi tía, hermana de mi papá :) pero gracias pro los saluditos.
Beso!

Tranquilino, así es, la risa multiplicada al más que infinito es la que nos hace sentir más vivos!
Beso!

Draco, pone mal humorrrrrrr. Gracias por los deseos para mi tía :)
Un beso!

Luis Guadalupe dijo...

Hola Marité. Muy graciosa esa historia, te pasó de todo, je je. Este tipo de cosas sirven para desestresarnos.

Te mando un beso grande

LUCHO

La sonrisa de Hiperion dijo...

De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Como siempre, un placer.

Saludos y buen fin de semana.

Elmo Nofeo dijo...

Todo por ahorrarte el roche y el roof rack.

Hasta en el último rincón dijo...

Lucho, me pasó de todo realmente. Pero después cerré el capitulo con sonrisas gracias a mi papá!
Beso!

Hiperión, gracias! Pasé por el tuyo tb hace un momento!
Beso!

Elmo, jajajajaja rochesote!!!

Anónimo dijo...

Jaja ay Marité, me hiciste sonreír con tu historia...sí que eres un caso bastante extremo de ser distraída! por un momento pensé que te habías quinceado de carro y te habías subido al auto de la seño jeje. Me da risa pero creo que de todos modos hay que tener cuidado, imagínate si se te quedara la tarjeta en el cajero, o el celular en un banco o...sabe Dios. Me hiciste recordar a Mr. Bean jaja.

Un beso Marité.

Edwin dijo...

Yo pensaba que te habías equivocado de tarjeta y te estabas robando, sin querer, la de la señora xDD

No hay nada mejor que sonreír ante un día amargo. Gracias por hacérnoslo recordar.

ludobit dijo...

jajaja, por eso es bueno de vez en cuando no tomarnos tan en serio a nosotros mismos. aquello q nos stresa visto desde otra perspectiva puede ser algo realmente comico.
un beso marite

Hasta en el último rincón dijo...

Paty, más que distraída creo que soy un poco atolondrada jajaja quiero hacer TODO a la vez... jajaja Tengo otra realmente de Mr. Bean! Ya les contaré.
Un beso enorme!

Edch, jajajaja esa de que me llevaría la tarjeta de la señora hubiese sido peor! Es cierto, no hay nada mejor.
Beso!

Ludobit, si lo vemos por ese lado, nada debería amargarnos :)
Un besote"

Bren dijo...

Despertarse tan temprano en invierno es jodido...nose si lo haces de lunes a viernes pero si es así mis respeto amiga bloggera.
Por otro lado a ti que no te ha pasado ah? jajajaja cada anécdota tienes :)

Qué bueno quedarse con eso, lo que nos hace sonreír incluso reír a carcajadas, un abrazo!

Eduardo Rodríguez dijo...

jajaja y no se cayó en todo el camino?. yo también a veces soy distraido. Ya les contaré algunas.
Para el caso de decidir que ropa ponerse, te voy a contar que hago yo, aunque lo más probable es que ni lo tomes en cuenta porque las mujeres y su "eterno problema" con la ropa y los zapatos.
Yo ya he decidido que ponerme el lunes, martes,.... viernes para ir a trabajar.
Así que todos los lunes me pongo lo mismo, todos los martes igual, y así toda la semana (ojo! que la ropa se lava por supuesto). O sea tengo mi ropa del lunes, mi ropa del martes y así sucesivamente. Así ya no pienso mucho que ponerme.
Saludos

Hasta en el último rincón dijo...

Bren, es reeeeee jodido... no me da ni "media" gana de despegarme de la cama" es terriblazo! jajaja

Es lo que vale amiga bloggera, quedarse con lo que nos dibuja la sonrisa :)

TQM
El jueves señorita!

Hasta en el último rincón dijo...

Marcelo, no puedo creer el consejo! jajajaja ponerse el mismo "outfit" tan seguido! jajajaja Te juro que es un estrés para mí. Pero gracias por el consejo, eso es lo que cuenta!

Besos!

El heroe de mi vida