Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

10.4.13

Las olas de la vida

Entender el miedo que sentía cada vez que pasábamos por la Costa Verde para ir a la casa de mi tía, hasta hoy me resulta complicado. No es difícil retroceder unos 20 años en en el tiempo para recordar esa angustia y esas ganas de hacer "de todo" sólo por ocultar mi temor y hacer como si nada pasara...


Sentada en la sala sin decir ni una palabra, había escuchado la típica frase que alguien dice cuando ya debe irse a su casa, "ya es tarde", dijo mi mami tocándote la rodilla derecha despacito como pasándote la voz. Sentí que el cambio de temperatura desde la punta de mis dedos hasta el mismo cerebro. No quería irme. Quería quedarme más tiempo, al menos hasta estar dormida y que otra vez me llevaras cargada hasta el asiento de atrás para que, sin saberlo, pasemos por esa zona a la que tanto miedo le tenía. El sueño parecía haberse mandado a mudar, y los ojos no pesaban, el sudor frío empezaba a correr por mi frente y las piernas a moverse como con un tic nervioso. "Todavía no mami. Un ratito más". Pedía con ojos de súplica tierna a lo que ella accedía. Pasaban unos quince minutos y yo no dejaba de pensar en eso "duérmete de una vez para que no veas nada en el camino", pero nada. No cerraba los ojos por nada del mundo. Ya en el carro, sentada en asiento de atrás sin decir ni una palabra escuchaba que tiernamente me decían "duerme hijita, te despertamos cuando lleguemos". Y en mi mente empezaba a crear mil fantasías. Tal vez querían que me duerma para que no viera cuando pase lo peor, o seguro hablarían de lo que estaba pasando en ese momento en la Costa Verde y tratarían de idear nuevas rutas para sortear los peligros de la zona. Pensamiento mágico en todo su esplendor. Era peor, las alertas se activaban al máximo y simplemente decía "papi no podemos ir por otro lado??? Que no pasemos por la Costa Verde???". Nunca me preguntabas por qué y simplemente te dabas la vuelta más larga para llegar a la casa. Lo que más te importaba era verme tranquila. Ya por llegar a la casa soltaba los puños y aflojaba los dientes. El estrés y el miedo habían terminado. La misma historia se repetiría el siguiente fin de semana por muchos otro más hasta que contara el por qué de mi miedo... un sueño recurrente.

Y es que siempre soñaba lo mismo. Por más que me durmiera pensando en lo bonita que es la playa y los miles de momentos lindos que pasé en ella, ese sueño no me dejaba en paz. Por lo menos, una vez a la semana, soñaba que en tu carro, mi mami, tú y yo, nos dirigíamos a la casa de mi tía y en un tramo especial, en donde casi casi la pista se junta con el mar de la Costa Verde se hacían uno solo. Las olas rompían fuerte contra la pared del acantilado de rocas, piedra y arena salpicando agua por todas partes. El mar se hacía más y más grande y los carros no podían pasar salvo por los 3 segundos que el mar se retiraba para formar una ola aún más grande. Dentro del carro sólo se oía silencio, pero por dentro los gritos querían salir a flor de piel porque veíamos cómo todo carro que intentaba cruzar hacia el otro lado era arrastrado por la corriente hasta desaparecer en el fondo del mar. "No podemos pasar, retrocede", te decía mi mami, pero al voltear siempre encontrábamos el mismo panorama detrás, más agua turbulenta con olas gigantes azotando contra las rocas. La desesperación me atacaba poco a poco y los gritos seguían sin salir. Pesadilla. No sé cómo terminaba la historia, pues siempre me despertaba en el momento máximo en donde ya casi las "dos orillas" alcanzaban el carro. 

Cuando comprendiste mi miedo, sonreíste diciéndome algo que se me grabó para siempre "los sueños malos son tus peores temores hijita. No creas eso que si no lo cuentas se cumple y no se qué. Son simplemente tus miedos que escapan por las noches a dar vueltas por tu cabeza".

Creo que después de que lo dije, el miedo de pasar pro ahí fue desapareciendo, y hoy hasta ya le agarré el gusto cuando pasamos por ahí para ir a la casa de los suegros.

 

16 comentarios:

Elmo Nofeo dijo...

Vistos desde ahora los temores infantiles parecen absurdos, igual debe ocurrir con los temores actuales, algún los veremos como algo intrascendente.

Eduardo Rodríguez dijo...

esos sueños recurrentes de niño son trágicos.
Me has hecho acordar una vez mi hermano salía de la costa verde en su carro; estaba con su esposa y su hijo en el asiento de atrás. Mi hermano le decía que cierre la ventana porque hacía frío y su hijo terco no quería. En una de esas pasó un grupo de pelícanos volando y se soltaron una surreada que lo bañó a su hijo por estar sacando la cara por la ventana.
Bueno, cuando lo cuenta mi hermano es un vacilón.
Un abrazo.

Luis Guadalupe dijo...

Hola Marité. Vaya sueño y sobre todo, a esa edad, en la cual uno cree que los sueños pueden ser realidad.

Lo bueno es que tu papá, con sus consejos, pudo alejar ese miedo tuyo, poco a poco, hasta desaparecerlo. Y años después, es solo un recuerdo.

Un abrazo grande.

LUCHO

Unknown dijo...

Esos sueños frecuentes siempre quedan. El mío era con aviones. Y eso que no les tengo miedo... sólo en sueños!! XD

Un abrazo inmenso!!! Sueños siempre sueños deben serrrrr...

Gary Rivera dijo...

Vaya otra cosa en común, yo siempre temía viajar a Arequipa por los acantilados por los que pasaba rumbo al sur y siempre he tenido una pesadilla recurrente, estamos en la playa y una ola gigante viene en nuestra dirección empezamos a correr pero no logramos escapar, la sombra de la ola nos cubre y justo en ese momento me despierto. Qué bueno que superaste el miedo!

Hasta en el último rincón dijo...

Elmo, crees? Te juro que solo espero que ese momento llegue ya porque mis miedos crecen cada vez más.
Beso!

Edu, me he reído horassssssssssssssssssssss! A mí me contaron una del tunel de la herradura. Una amiga de chibola siempre gritaba por la ventana hasta que un día de repente se cayó y ya no gritaba... años más tarde contó que alguien le había tirado un cachetadón! jajajajaja Un loco seguro!
Beso!!!

Lucho, si! Uno cree todo lo que sueña y hasta ahora cuando soñamos a veces confundimos realidades, imagínate de pequeños.
Beso!

Franchis, los aviones son lo máximo, pero sí, se pueden tener pesadillas con ellos. Muchas...
Un beso churra!

Gary, si!!! Esos sueños son de terror, y hasta ahora te diré que a veces sueño con ello!
Un beso y que sigan las cosas en común que alegran los días!
:)

DRACO dijo...

es una pesadilla que responde a una inseguridad imaginaria, que por más que sea muy difícil de hacerse realidad, está ahi en todo momento.
este pirata te desea buenos sueños.
un beso.

la MaLquEridA dijo...

Yo también pienso que si los malos sueños los cuentas no pasa nada. Lo creo mas bien, por eso cuento mis pesadillas por si las moscas.



Besos

camino roque dijo...

pero cómo saber si son falsos temores o avisos intuitivos certeros?

Mina Treintañera dijo...

Ay Dios qué tortura, y encima todos los fines de semana tocaba pasar por ahí, qué lindo tu papi, tan complaciente él que se iba por otro lado para darte gusto. Yo también le tenía pánico a la Costa Verde, pero cuando empecé a manejar :D

Es cierto, las pesadillas son aquello que tenemos guardado y no decimos, por miedo a que se haga realidad. Mi mami me decía lo mismo, cuéntame tu pesadilla para que no se haga realidad. Pero pensaba al revés, y hasta ahora me pasa, que si digo o cuento algo, me da miedo que se haga realidad.

Besitos :0)

Hasta en el último rincón dijo...

Draco, y justo hoy tuve un sueño un poco extraño. Pero nada, a seguir viviendo.
Beso!

Malque, si!!! Yo también lo hago solo por si las moscas! ejejeje
Beso!

Camino, qué miedo... si son avisos, qué miedo!!!

Hasta en el último rincón dijo...

Lenyis, tortura no? Todos los fines iba feliz!!! Pero al regreso uy Dios... la tortura!!! Las pesadillas son feas, más cuando sientes que no puedes gritar... hoy soñé, no fue feo, pero la sensación cuando desperté, sí que lo fue. Ya te cuento.
Un beso mi Lenyis!
Lov u!

Damian dijo...

a mi de niño me daba miedo, mucho mar, mucho precipicio

Jo dijo...

hoy hay temores, sitios, sonidos ... que en la infancia eran temibles y ahora son risibles..

sabes? ahora grande... parece que se acrecentan otros y no deberia
:)

ludobit dijo...

siempre q bajo hacia la costa verde por unos segundos me pongo tenso. tener al mar y su inmensidad asi de frente puede ser acongojante. q bueno q pudiste superar ese miedo :)
besos, marite

Hasta en el último rincón dijo...

Damian, sí de niña también esas cosas me daban temor. Pero luego ya lo fui venciendo!
Besito!

Jo, ahora sí. Los miedos disminuyen conforme crecemos, pero como dices, crecen otros temores que antes ni conocíamos.
Beso sis!

Ludobit, jajaja eso me pasaba a mí, pero ahora me parece hermoso. Me encanta pasar por ahí sabes?
Beso!

El heroe de mi vida