El mie...

Hoy me acordé de ese día que me contaste que te invitaron, a ti y a un amigo, a cenar a la casa de una amiga. De postre, les invitaron sandía. Difícil comida. ¿Dónde dejas las pepitas que te quedan en la boca? Aun recuerdo cómo te reías cuando contabas que a tu amigo no se le ocurrió otra cosa más que acumularlas en la boca. En el buche como las palomas, o en este caso, en cada cachete. contaron un chiste y metralleta de pepas. Todas las pepas salieron disparadas. Qué roche! Siempre me quedó la duda si te pasó eso realmente a ti o a él. Pero igual es muy chistoso acordarme de eso.

Siempre me rio de las personas que se equivocan en lo que dicen. Seré mala por eso? Muchos a veces me dicen con cólera: qué burlona eres! Pero yo creo que lo dicen por picones. Al menos eso quiero pensar.

Me pasó algo parecido hace un rato que entré a reunión con dos clientes un poco seriones. Entré con mi jefe y con Yusel, más conocida como Rusel (o señor Yusel como muchos preguntan cuando llaman a la oficina). Simplemente, conocerla este año me ha dado ese empujoncito que tanto necesitaba. Es lo máximo. Espero presentartela algún día para que le cuentes todos tus chistes y la asustes como lo hacías con mis amigas en el cole. Bueno, el tema es que en la reunión yo estaba un poco renegona porque ella había llegado tarde, pero igual la quiero, se nota que está leyendo no? Pero llegó al fin, comenzó a leer es status y dijo:

"Bueno, por nuestra parte, hemos cumplido con todo lo estipulado en la propuesta. Tal como se menciona en el documento. Ahí adjunto el mie..." Mieeeeeeeeeeee!!! Dijo MIE en lugar de mail!!! Casi muero ahogada con la risa que no podía salir porque tenía la cara de los hombres serios al frente y a mi jefe al costado. Solo empecé a respirar y poquito a poquito la risa iba escapandose por mi nariz y los hombros empezaron a moverse... como epiléptica caleta... todo terminó como cuando sueñas que te estás cayendo y te levantas de golpe cuando sentí el zapato de mi jefe. Me cayó una suave patadita en el pie.

Me malogró mis 5 mejores minutos del día.

Obviamente, toda molestia por la tardona de Yusel, había desaparecido.