"Siguiendo el destino"

Es increíble pensar que una sola decisión puede alterar toda una historia. Algo tan mínimo como elegir el lugar al que quise salir hace aproximadamente 4 años (el 30 de agosto serán 4 exactos). Estaba en la etapa de los fines de semana largos (de jueves a lunes) y por ende, tú estabas más que preocupado. Pero era sábado y tocaba la salida número 3 del fin de semana con Mónica. Con quien no solo comparto el mismo día de cumpleaños sino que ahora también compartimos la familia.

Ya eran casi las 9 de la noche y no sabíamos a donde ir. Ya nos habíamos cansado de salir a "juerguear" aunque tú y Lalo odien esa palabra (porque yo no juergueo ni lo hice nunca) y ese día queríamos hacer algo diferente. "Vamos a algún lugar que no hayamos ido antes en donde no nos encontremos con nadie, donde podamos tomarnos un traguito y rajar del mundo y de los hombres que habitan en él". Un poco difícil porque en Lima, es un poco raro no encontrarte con alguien hasta en el kiosko de la esquina. Recién me habían entregado el carro, y estaba incluso sin placas. Las guardaste en la maletera para ponerlas al lunes siguiente y por si acaso algún policía me parara "mamita si te paran le dices: no señor mis placas no están en trámite, as tengo en la maletera y si quiere se las enseño. Con eso ya pasas nomas, pero igual yo te diría que no salgas hoy ya quédate a dormir o a ver una película con tus amigas acá". Si hubiese existido un día en el que me hayas dicho "sí! qué bien! wohoo" simplemente no serías tú. 

Agarré las llaves de mi super bólido brillante a más no poder y me fui a la casa de Mónica. Jean y polito negro con mi fiel saquito morado con capucha era la vestimenta adecuada para el día. Mientras me alistaba una canción "nueva" sonaba desde un televisor cercano. Me gustó la tonadita y busqué en los canales de música. La escucho y simplemente VIVO nuevamente ese momento. Un tiempo después de escucharla me puse a pensar en la letra... señales de la vida...

Algo tranqui para una salida tranqui. La recogí y nos quedamos un rato calladas cuando subió al carro:
MA: Hola muy-muy (o sea ella)
MO: Hola gor-gou (o sea yo)
MA: Qué hacemos? No puedo tomar mucho ah! Estoy con mi nuevo hijo.
MO: Ya le pusiste nombre?
MA: Claru! Se llama Portos
MO: Qué mostro!
MA: Si pues, es que ya este es más moderno que Hipolito.
MO: Jajaja si
MA: Ya bueno....
...Miramos hacia adelante...
MAMO: "Qué hacemos" (al unísono)
MA: No sé! No me quiero encontrar con nadie!
MO: Yo tampoco! Estoy harta de conocer idiotas
MA: Yo más...
MO: Y tu primo que ni me llama!
MA: Ya llamará, seguro se está haciendo el difícil
MO: Ay no sé de verdad... ya mejor no salimos
MA; Tas locaza! No te pases ah! Por lo menos a dar una vuelta!
MO: Pero a dónde!!!!!!!
MA: NO SE!!! Dime tú!
MO: En este plan ya se hace Domingo y no salimos a ningún lado.
MA: Ayúdame pues!
MO: Tú nunca decides! 
MA: Es que yo manejo!
MO: Y qué tiene que ver...
MA: No sé... vamos a donde nos lleve el viento.
MO: Y si no nos lleva a ninguna parte...
MA: A algún lado llegaremos.
MO: Bueno pues, arranca
.....puse las llaves y antes de arrancar...
MA: Ay! Pero odio manejar sin rumbo!
MO: Ya! Bajemos! Vamos a mi casa y pensemos.
MA: Ya está bien...
...Puchero...

Como siempre, entramos recibidas por los tres chanchitos peludos y subimos a su cuarto. Tiradas en la cama mirando al techo pensábamos: En qué lugar no nos vamos a encontrar con nadie???. No podíamos saberlo al 100% pero no correríamos el riesgo. Solo iríamos por un traguito, una conversa entre amigas y se acabó...

El resto... es historia.

Continuará...

Si no hubiéramos ido ese día 

hace 10 meses no estaría casada 

con  el hombre de mi vida. 

Feliz mesario mi amor!!!