Necesito un respiro mental que me haga sonreír mirando al vacío...
Hace unos años, cuando trabajaba en el corazón de Miraflores, sigo trabajando en Miraflores pero un poco más en el pulmón que en el corazón, todos los días luchaba con estacionarme. Pues no es fácil encontrar lugar libre en Parque Kennedy. Tenía que llegar una hora antes para no tener problema y estar tranquila, con el carro bien chequeado y al frente de la oficina por si las moscas.
A la hora de almuerzo, siempre me quedaba en el comedor y calentaba mi lonchera como hasta hoy, pero, así como hoy también, existían días en que las excepciones a la regla no estaban demás, los engreimientos y las saliditas en grupo a veces los restaurantes más cercanos (que son muchísimos) nos albergaban durante una hora y media.
Acostumbrábamos salir por el mismo parque, y cuando queríamos relajarnos aún más para desconectarnos del minute by minute del día chapábamos un taxi y nos íbamos a Larcomar. Digo "os" y uso el plural porque en ese trabajo fue donde conocí a Mónica, quien ahora es parte de mi familia como ya comenté hace algún tiempo en un post loco. Esa época fue genial, no habían días grises, todo era alegría y felicidad, eramos jóvenes y bellas. Aún seguimos siendo bellas pero jóvenes no tanto... qué dura es la vida!
¿Por qué no ahorrábamos tiempo y dinero yendo en mi carro? Porque simplemente me robaban el sitio ni bien sacaba el carro de mi lugarcito que con tanto trabajo conseguía cada día. No había manera humana que sacara el carro de ahí salvo que haya sido para irme a mi casa. No señor.
Teníamos ya una tarifa planteada:
- Ya bueno, nadie nos lleva por 7 ni por 8. Pedimos 6 y ya está.
- O sea 12 en total con ida y vuelta.
- Afirma gorgojo (a.k.a Marité)
- Correcto Muy-Muy (a.k.a Mónica)Ah ok,
Ese era el trato, siempre una pagaba el de ida, y la otra el de vuelta. Siempre con seis soles en efectivo (pague con sencillo) para ahorrar tiempo y también el típico "no tengo cambio señorita".
Así pues, cada vez que un taxista nos decía "las llevo por 7 soles señorita", nosotros le preguntábamos con mirada y voz inocente, "¿seis?" para escuchar luego "vamos", o simplemente una movida de cabeza hacia arriba y abajo acompañada de una mano invitándonos a subir.
Y así la conversación siempre era en 3 tiempos:
- Señor, al Parque Kennedy?
- ¿Siete soles?
- ¿Seis?
Siempre la misma pregunta, tras pregunta. Nunca fallaba la regateada.
Cierto día, se nos pasó la hora con roche. Ya eran las tres de la tarde y hacía media debíamos estar sentadas en la oficina. Nos paramos apresuradas de la mesa y corrimos hacia el paradero de taxis. Como Murphy es tan exquisito, justo ese día NO PASABA NI UN SOLO TAXI. Cuando los días que no los necesitamos ABUNDAN en la calle, y justo el día que mataría por uno solo aunque sea un triciclo, NO APARECE NI UNO. Esperamos unos minutos y vimos un carrito amarillo que bajaba la velocidad al acercarse más a nosotras...
- A dónde las llevo señorita?
- Hola señor aquí nomas, al parque Kennedy (nótese el nomas).
- Ok, mmmmm
La estaba pensando mucho y solo tenía los ya acordados seis soles en el bolsillo.
...
El tiempo corría y ya Mónica estaba buscando un nuevo taxi.
...
La seguía pensando.
- Señor es acá nomas!!!
- Ok, ¿cinco soles?
A lo que respondo sin pensar.
- ¿Seis?
Estallamos de risa a lo que él agregó muy acertado "bueno, no me opongo señorita". Simplemente, me hizo el día y la tardanza ya estaba justificada. Una sonrisa en un agitado día no cuesta cinco ni seis soles. Cuesta mucho más.
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A la hora de almuerzo, siempre me quedaba en el comedor y calentaba mi lonchera como hasta hoy, pero, así como hoy también, existían días en que las excepciones a la regla no estaban demás, los engreimientos y las saliditas en grupo a veces los restaurantes más cercanos (que son muchísimos) nos albergaban durante una hora y media.
Acostumbrábamos salir por el mismo parque, y cuando queríamos relajarnos aún más para desconectarnos del minute by minute del día chapábamos un taxi y nos íbamos a Larcomar. Digo "os" y uso el plural porque en ese trabajo fue donde conocí a Mónica, quien ahora es parte de mi familia como ya comenté hace algún tiempo en un post loco. Esa época fue genial, no habían días grises, todo era alegría y felicidad, eramos jóvenes y bellas. Aún seguimos siendo bellas pero jóvenes no tanto... qué dura es la vida!
¿Por qué no ahorrábamos tiempo y dinero yendo en mi carro? Porque simplemente me robaban el sitio ni bien sacaba el carro de mi lugarcito que con tanto trabajo conseguía cada día. No había manera humana que sacara el carro de ahí salvo que haya sido para irme a mi casa. No señor.
Teníamos ya una tarifa planteada:
- Ya bueno, nadie nos lleva por 7 ni por 8. Pedimos 6 y ya está.
- O sea 12 en total con ida y vuelta.
- Afirma gorgojo (a.k.a Marité)
- Correcto Muy-Muy (a.k.a Mónica)Ah ok,

Ese era el trato, siempre una pagaba el de ida, y la otra el de vuelta. Siempre con seis soles en efectivo (pague con sencillo) para ahorrar tiempo y también el típico "no tengo cambio señorita".
Así pues, cada vez que un taxista nos decía "las llevo por 7 soles señorita", nosotros le preguntábamos con mirada y voz inocente, "¿seis?" para escuchar luego "vamos", o simplemente una movida de cabeza hacia arriba y abajo acompañada de una mano invitándonos a subir.
Y así la conversación siempre era en 3 tiempos:
- Señor, al Parque Kennedy?
- ¿Siete soles?
- ¿Seis?
Siempre la misma pregunta, tras pregunta. Nunca fallaba la regateada.
Cierto día, se nos pasó la hora con roche. Ya eran las tres de la tarde y hacía media debíamos estar sentadas en la oficina. Nos paramos apresuradas de la mesa y corrimos hacia el paradero de taxis. Como Murphy es tan exquisito, justo ese día NO PASABA NI UN SOLO TAXI. Cuando los días que no los necesitamos ABUNDAN en la calle, y justo el día que mataría por uno solo aunque sea un triciclo, NO APARECE NI UNO. Esperamos unos minutos y vimos un carrito amarillo que bajaba la velocidad al acercarse más a nosotras...
- A dónde las llevo señorita?
- Hola señor aquí nomas, al parque Kennedy (nótese el nomas).
- Ok, mmmmm
La estaba pensando mucho y solo tenía los ya acordados seis soles en el bolsillo.
...
El tiempo corría y ya Mónica estaba buscando un nuevo taxi.
...
La seguía pensando.
- Señor es acá nomas!!!
- Ok, ¿cinco soles?
A lo que respondo sin pensar.
- ¿Seis?
Estallamos de risa a lo que él agregó muy acertado "bueno, no me opongo señorita". Simplemente, me hizo el día y la tardanza ya estaba justificada. Una sonrisa en un agitado día no cuesta cinco ni seis soles. Cuesta mucho más.
22 comentarios:
Bueno eso funciona màs con las señoritas pues jajajaja. Un abrazo.
jejeej!...el señor muuuy agradecido!
Besoss
es todo un placer leerte un gran beso
jajajajaj suele pasar, que gracioso. y muy cierto lo que dices de los taxis!, cuando necesitas uno, nunca hay!! jeje abrazos
Voy a anunciar públicamente que suscribo todos tus posts jajajaja, oye yo vivo lo mismo todos los días. Trato de llegar temprano al trabajo para buscar mi lugar donde dejar el carro. Y si salgo a almorzar a un lugar lejano tomo taxi porque mi carro no lo muevo por nada porque me quitan el sitio.
Y si por esas casualidades llego tarde estoy vuelta y vuelta buscando un sitio. Ya una vez me han pegado mi sticker gigante en la ventana de "Vehículo mal estacionado" injustamente, por cierto, porque trato de estar en los lugares autorizados.
Bueno, después de leer tu post, voy a pensar seriamente ofrecerte el servicio de taxi. Un abrazo.
Hola Marité. Ya la inercia y la costumbre contestó por tí, je je.
El taxista habrá pensado que se le apareció la virgen, ja ja.
Un abrazote.
LUCHO
una vez me encontré con un taxista que parecía que recién se estaba iniciando en el negocio pues, me cobró muy barato.
tuve una sensación extraña durante aquel viaje debido a eso.
un beso.
Aristio, pero yo me equivoqué jajaja él fue el que se quiso aprovechar!
Beso!
Norma, por supuesto, quién no?
jajaja
Fernando, gracias!!!
:)
Jossep, es que siempre es así. La ley de Murphy en todo su esplendor.
Beso!
Edu, jajaja no seremos hermanos gemelos separados al nacer iluminados por la misma estrella! jejeje
Un besote!
Lucho, si!!! jajaja fue tan gracioso!
Draco, es que a veces es de locos no? Cobran carísimo unos y otros no!
Beso!
Hubo una época en que tenía estacionamiento propio en la compañía, luego redujeron la cantidad de oficinas alquiladas y me dejaron sin estacionamiento; luego tuve que llegar temprano para agarrar un lugar para estacionar frente a la compañía; hoy casi no uso carro, más barato y cómodo es un taxi.
Pero nunca se me había ocurrido regatearle al chofer para que me cobre más.
jajajaja me hiciste el día Marite!!! jajajajja así pasa cuando uno anda apurada, y se pone en modo automatico!
jajaja Saludoss
Elmo, jajajaja a mí tampoco se me había ocurrido! Fue de locos!
Beso!
Mari, qué bien que te gustó!
:)
jajajajajjaque buena! si pes el problema de la mecanizacion de la rutina!
Mi hermana tiene un metodo radical!
estira la mano! pone cara de poto! abre la puerta del taxi se sienta y le dice al taxista! Te pago (ella dice el monto que le parece justo) y lo apura al taxista!
Y la verdad que a ella siempre le liga!!! Las veces que lo he intentado me mandan a volar bien lejos!!
Gary, qué buena esa técnica de tu hermana!!! jajaja
A ver si me copio!
UNA VEZ MAS... GRACIAS POR TUS PALABRAS A LA HORA DEL TÉ, UN RITUAL QUE VIENE DE OTRAS TIERRAS Y QUE YO HE ADOPTADO. ES UN PLACER PARA MI Y UNA ALEGRIA INMENSA RECIBIR TANTOS MENSAJES.
UN BESITO.
Lujan, qué lindo que te guste!!!
Un beso grandote y es un placer leerte siempre!
Beso!
Yo siempre regateo, no sé si tenga técnica pero siempre me tienen que bajar.
Los peruanos somos así de regateadores jaja
Max, es que lo típico es regatear! jajaja sino como!
Beso!
Jaaaaaaaajajaja, qué buena! Pero bueno, así es carijo, típico. Y cuando ya te subiste al taxi, paran atrás tres o cuatro!
Besito!
Lenyis, siii! Y cuando no los necesitas abundan!!!
Beso!
jajaja el sol extra pagado vale la anecdota. muy buena!
Ludobit, me rio mucho cada vez q me acuerdo!
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