Típicas del chavo

Sin duda alguna creo que soy casi casi tan hija del chavo del 8 como tú. Y es que por tratar de "arreglar" algo o ayudar en lo que sea, siempre la termino cagando. No digo que nunca haya hecho las cosas bien, así sin ningún error. Solo que cuando más disposición tengo, algo pasa en el camino que todo se derrumba y me hace decir: mierda!

Digo que lo heredé de ti porque hasta ahora me sigo riendo de algo que te pasó no hace mucho tiempo. No debería darme risa, porque fue motivo de depresión por unos días para ti. Es más, no me lo contaste tú, sino que ante la pregunta que le hice a mi mami "qué tiene mi papi? lo veo un poco triste o molesto" ella me contó "lo que pasa es que hace unos días trató de ayudar a una señora a llevar la canastita donde cargaba a su hija"... la verdad no sé el nombre exacto de esa "canastita" pero era una de esas sillitas como las que se ponen en el carro para poner a los bebes, pero esta era una que tenía asa, y por ende, podría cargarse como canastita (parezco tarada diciendo canastita tantas veces)... "intentó llevarla y por alguna razón la niñita se salió por abajo de la silla y cayó al suelo, pero felizmente no desde mucha altura. La tenía casi al ras del suelo". No aguanté y estallé. No podía contener la risa. Ya luego me contaste que la "bebe" estaba un poco crecidita para esas sillitas. Si podía caminar, por qué razón la mujer insistía en meterla en esa bendita canasta??? Pude imaginar en ese preciso segundo cual fue tu cara de sorpresa y luego tu cargo de conciencia por lo que había pasado. Ni un solo rasguño ni un llanto acompañaron esa "chorreada". Porque literalmente, la niña se chorreó de la silla al suelo. Pero a pesar de que nada malo pasó, tú te sentías mal. A tal punto de caminar con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. Por eso me parecía raro verte así. 

Hace unos días me acordé de ese capítulo en la vida del Chavo del 8 bamba (porque hay muchos capítulos más) gracias a algo que me pasó a mí. Creo que por reírme con todas esas patinadas me mandan desde arriba algunos momentos que me hacen pensar que también son así... no sé si de casualidad o porque alguien desde allá arriba se está revolcando de risa..

Tenía una reunión de trabajo muy tempano. El salir a las 7 am de la casa especialmente para este encuentro no era "lo mejor del día" que digamos. Eso implicaba abrir los ojos más temprano que de costumbre y por ende, tener ganas de cerrarlos más seguido durante el día. Llegué a la oficina en donde era el meeting y aun no llegaban los implicados. Solo estaba con la ratona que siempre secunda mis "malévolos" planes. Nos saludamos y juntas miramos al vacío deseando estar aun durmiendo. Miré la sala y clavé los ojos en esa pared de cuadritos multicolores. Cada línea tenía 5 cuadros, y cada línea tenía cuadros, y cada cuadro un color por línea. Cuadros de imágenes y textos (un poco enredado pero era un mosaico de cuadro diferentes). La primera fila era verde, texto en verde y las imágenes que acompañaban ese texto con fondo verde. La segunda azul, tercera naranja y cuarta roja. Pero una de las filas no estaba bien. El texto rojo estaba en las imágenes naranjas y texto naranja en las rojas. Esto ya lo había notado en anteriores oportunidades. Miré a mi chacala y le dije "hay un cuadro mal" y me dijo que ella también lo había notado pero no se atrevía a moverlo. Le dije que me ayudara, que era solo cambiarlos de lugar y no nos tomaría ni cinco segundos. Primero me dijo que no, que podía venir alguien y que mejor lo dejáramos ahí. Pero ya estaba hecho, quise sacar el cuadro de abajo y un clavito estaba atracado, según yo, en el mismo cuadro. Hice un poco de fuerza y "clin". El clavito cayó al suelo. Logró salir del cuadro pero también de la pared dejando un forado enorme en ella. Casi casi podía ver lo que estaba al otro lado de esa salita. Me asusté y lo peor era que no podía sacar las manos del cuadro sin que este se ladeara. Escuché pasos y no pude hacer más que soltar el cuadro y regresar a mi sitio. Cruzar las piernas como si nada hubiera pasado y decir "hola! cómo estás? cuanto gusto".

El susto pasó y luego empezó la risa. Me acordé las mil veces que me hiciste reír con cada metida de pata que me contabas te pasaba. 

Creo que además de heredar tu corazón, cada vez está más claro que también me pasaste tus "chavadas" como les decíamos juntos.

Pequeñas rayas que me hacen cada vez más tigre.

Cada vez más parecida a ti.

Con muchísimo gusto...