Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

8.2.11

Un poco cobarde

Algo tan sencillo como decir ok ya métame ese tubo por la garganta para ver mi estomaguito... ¿puede ser tan difícil? Para mí lo es! A pesar de las mil veces que me decías lo valiente que era para todo, incluso operaciones menores y cualquier tipo de aventura "aventurera" o en situaciones de riesgo que no implique nada con temblores ni con locos calatos en la Tomás Marsano.
Era valiente, yo lo sé.
Pero hoy me di cuenta que ya no lo soy.

Siento que desde que no estás conmigo, aquí a mi lado, juntito a mi mano diciéndome que por favor no deje pasar más tiempo, nada me anima a hacer lo que antes hubiera sido tan sencillo como caminar. Soy maricona y tal vez siempre lo he sido. Pero si de algo estoy segura es que contigo todo era más sencillo. Contigo sí era posible "tronar los dedos y aparecer lo que necesitabamos".

Tal vez sí soy valiente aun. Pero me siento vencida por una fuerza mayor que no conozco ni quiero conocer, pero si sigo en este camino, tanta angustia y estrés me van a mandar al mismo significado de "colapso nervioso". Aunque suene exagerada como siempre lo he sido.

Cuando en la noche pienso "no pasa nada, no tienes más que un bicho revoltoso que te jode la existencia, pero cuando lo atrapen, lo encerrarán para siempre" me atrevo a decir que "mañana mismo" pero al amanecer es otra la historia. No tengo miedo de los resultados, sino del momento. No sé porque ahora es distinto. Tengo miedo a todo: hasta al mismo miedo le tengo miedo. Y la culpa de eso solo la tiene el destino. Pero así como me hizo valiente y luego miedosa, ahora me debe algo bueno. Ese destino está en deuda conmigo y le toca hacerme feliz.

Quisiera un poquito de esperanza, una gota de paciencia y un montón de buen humor. Esas para mí serían las herramientas ideales para combatir cualquier tipo de amenaza externa e incluso intera. Con esas tres armas letales todos los miedos, angustias y estreses quedarían multiplicados por cero.

Regálame un poco de lo que pido para que el día que esté dormida a merced de esa camarita que verá todo lo que tengo dentro de la panza, solo sueñe con que tú me estás tocando la mano y que cuando abra los ojos te veré a mi lado como siempre. Acompañándome para darme fuerzas cuando más lo necesito.

Regálame un poquito de eso que te pido por esta semana así como lo hiciste hoy, que a pesar de tener los músculos contraidos y la pierna tembleque esperando que digan "paciente Alarcón", estoy segura que entraste conmigo y cuando me pusieron ere gel helado me hiciste cosquillas para relajarme y no pensar en nada más que en una buena respuesta.

La misma respuesta que estoy segura me darán el lunes.
Porque ese día también estarás con nosotros.
Acompañando a mi mami afuera del consultorio.

2 comentarios:

Mr.d dijo...

Cerrando los ojos, para no sentir el miedo, creo que el miedo no se ve, sin embargo cerramos los ojos. Porque cuando hay fe siempre el miedo termina escondiéndose tras de tus ojos. Temiendo tu fe.

Bren dijo...

Son miedos, solo eso, no eres cobarde, eres una mujer valiente a la que el miedo no la detiene asi que de cobarde no tienes nada :) besos!

El heroe de mi vida