Miguel Angel

Tantas cosas para decir hoy...

Tendré que dividir en varias partes mis recuerdos, pensamientos y deseos para hacer un post especial para cada uno de ellos. Como siempre lo he hecho.

Me desperté temprano, más de lo normal diría yo. Creo que las pastillas que me recetaron ayer son un poco pastrulientas y me hacen hablar huevada y media. Tanto que ayer me estaba quedando dormida y Lalo aun estaba por aquí en la casa y le decía cosas como: "dile a esa chiquita que no moleste". O sea, perdón??? Lalo solo dijo, "qué??? cállate oye no asustes, qué chiquita???" me reí y jamás supe si era un sueño o algo como "I see dead people... cuando duermo".

Cuando se fue, me tapé hasta la nariz y caí en los brazos de Morfeo como hace años no lo hacía. Pude dormir bien. No solo de corrido sino que el dolor de espalda en la noche no se sintió mucho. Pero al despertarme hoy pensé en la razón por la que dormí tan placenteramente. Una raya se le borró esta vez al tigre: ayer conocimos por fin al padre que nos casará. Y lo mejor de todo, creo que es otro de tus enviados. Fue inevitable llorar cuando me propuso hacer algo especial ese día por ti. Yo lo había pensado durante mucho tiempo y casi nadie me apoyaba porque creían que iba a ser muy emotivo y podía ponerme triste. Pero él mismo, solito empezó a decirme que si yo quería podíamos preparar algo así como: bla bla bla bla y blablablabla. Mi cara de asombro no podía irse y dejarme escuchar lo demás. Lalo también me miró y le dijo al padre: "eso es exactamente lo que ella esperaba proponerle a usted y es increíble que se le haya ocurrido sin escucharla a ella primero".

Lo conocí el último día del mes, un día antes de tu mes. Un mes en donde celebramos tu cumpleaños y recordamos el día que nos dejaste (dos semanas después del mismo). Por eso Setiembre es especial. Porque dicen que cuando uno muere el mismo mes en el que vino al mundo no puede ser más que un ángel prestado para que trabaje por unos años en la tierra. Se va directito al cielo, como una vez me lo comentaron unas monjitas. Directo al cielo en donde seguro debes estar.

Pensé unos minutos más en silencio mientras él continuaba conversando con Lalo y no podría dejar de pensar en su  nombre. Miguel Angel. Un Angel que se llama como mi futuro esposo (pues Lalo es Miguel Eduardo) y ya entiendo por qué también llevaba el nombre de Angel. Porque sin duda es un ángel nuevo en mi vida.

Al final de la conversación me dijo algo que se me grabó en el alma:

"¿Dudas aun de que tu padre está aquí contigo?".

Mi respuesta callada lo dijo todo.

Había encontrado el padre perfecto para el 8 de octubre.

Encontré por fin a mi "Padre Pascual".

Y seguro, fue una obra más de las tantas que haces y harás por nosotros desde allá arriba.

Salí del despacho parroquial y pedí entrar un ratito a la iglesia. Ya había cerrado. Solo me quedó entonces pedir en silencio por los nuevos caminos que se emprenden, como el que está iniciando David; porque los kilómetros sean solo kilómetros y no lejanía de corazones, por Lissy; por la familia que me enseña a ser más grande, Karina y Eduardo; y por la salud eterna, en mente, alma y corazón, mi abuelita y mi mami. Subí la mirada y vi que Lalo me esperaba; pedí que siempre esté "ahí" cuando levante la mirada.

Siempre...