Un minutito amargo nada más

Cuando por fin llegué a una conclusión y supe la verdad de lo que debía hacer, me sentí si quiera un poco más tranquila.

Creo que es la prueba más difícil en cuanto a decisiones que me ha tocado hasta ahora. Digo hasta ahora porque estoy segura que vendrán más. Espero que muchas más en realidad. Y me va a tocar elegir sola, porque nadie, absolutamente nadie va a decidir por mí. 

Parece tan simple... pero para mí ayer se hizo difícil.

Aunque en el fondo lo sabía, yo quería que alguien decida. Quería que alguien me diga qué hacer: a o b. 

Parece estúpido... pero lo creí.

Quise que alguien más me dijera qué camino tomar. Y a pesar de las palabras dulces yo no entendía. Tildaba a todos de malos cuando todo dependía de mí.

Parecía imposible de entender... pero además de entender, aprendí.

Aprendí que soy una persona formada con el mejor de los valores.

Que además tiene el mejor esposo del mundo que la ayuda y comprende a pesar de sus rabietas.

Que tiene un angelito desde el cielo que está acompañándola siempre.

Que entendió que no siempre vas a mandarle señales desde arriba, sino que ella tiene que aprender sola.

Comprendí que los tragos amargos se pasan con unos minutos de recuerdos felices.

Por eso busqué en mis rincones esto que decidí SOLA pegar en mi blog y sonreír una vez más.

Un regalo de alguien que no pudo estar ese día pero que estuvo en mi mente incluso en el mismo momento de bailar el vals y mirar el ecran.

Gracias Lenyis.

Te quiero