Me desperté pensando en ser alguien que jamás seré.
Imaginando cielos en blanco y negro y paisajes con estilo antiguo.
Abrí los ojos oliendo la grama que no hay frente a mi ventana.
Y sintiendo el viento que no corre puerta afuera.
Por un momento quise ser alguien más.
Quise vivir en otro tiempo y otro momento.
En otra historia que no es la mía.
Pero quise hacerla mía.
Cerré los ojos e imaginé ser alguien más.
Alguien que no conocía el desamor ni la incomprensión.
Alguien que no conocía a nadie más que a ella misma.
Alguien sin nombre, sin rostro y sin huellas.
Alguien valiente, sin miedo al fracaso ni al tropiezo.
Alguien orgullosa de lo que fue y lo que será.
Alguien que no deja que corten sus alas.
Alguien que no deja que maten sus sueños.
Alguien con el alma envenenada y con sed de venganza.
Alguien que a pesar de su noble corazón tenía un fin siniestro.
Alguien que tiene pena en el alma.
Alguien que no ríe por respeto.
Alguien que no reirá hasta encontrar la fuente de sus problemas.
Alguien que busca dar con un solo culpable.
El culpable de la muerte de su padre.
Lamentablemente no es mi historia y tampoco lo sería.
Nadie es culpable que no estés conmigo.
Nadie tiene la culpa.
Y jamás tendré motivos para vengar tu muerte.
Aunque a veces me exploten las ganas de vomitar la ira acumulada contra algún "culpable".
Mi vida no es como en las películas...
No vengo la muerte de mi padre ni tengo temple de acero.
No tengo la vida perfecta y no me rio de mis "desgracias".
Tengo una vida real y me duelen los huesos como cualquier ser humano.
Y a veces, también me siento triste porque no estás conmigo...
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
16.2.11
Como en el cine
Etiquetas:
fabricando pasteles,
la otra yo,
moraleja???
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2 comentarios:
En realidad yo creo que nuestras vidas son mas interesantes que en las películas, la realidad supera la ficción y si en algún momento creas un personaje algo de ti va a tener.
Me alegra que en la vida real no seas un personaje que se rie de las desgracias y que vive buscando venganza...aunque a veces provoque ser bastante fria,cruel, mala y despiadada jajaja como bien dices tu somos como el anticucho puro corazón :) besos!
La vida no es como el cine, es como el teatro...al caer el telón es que somos lo que somos. La misma sensación de boca salada símil a aquella que se siente cuando despiertas de un extraño sueño. Pero aún así, creo que sea de ficción o soñado, cualquier cosa es mejor que nuestra realidad.
Simpático post...por ahora sólo escribiré para comentar. ¡Saludos!
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