Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

11.2.11

Cosa de agujas

Mañana se acaban las agujas por fin. Ya no más moretones ni algonodes, no más pinchazos y líquido aceitoso corriendo por mi pobre musculito que ya no puede más. Izquierda, derecha, izquierda, derecha, hoy izquiera y mañana derecha otra vez. Cada una hincando cada 24 horas exactas. Por eso ahora no sé si nos podremos ir a "relajar" a la playa después de tanta pelea como si fueramos perro y gato y como si estuvieramos pasando por la crisis más grande del siglo. Hasta el pelo se me empezó a caer. Es el fin de semana que más necesitamos una desenchufada máxima. Ojala se pueda.

El primer hincón me dolió más que los que vinieron después. La izquierda inauguró la racha de palmazos previos antes del "auch" diario. Al día siguiente, la otra pagó pato y me dolió igual. La tercera si fue como que "más de lo mismo" y la cuarta, ayer, me hizo pensar en ti.

Si hubieras estado aquí esos hincones me los hubieras hecho tú. Nadie mejor que tú para poner inyecciones. Aunque tus palmazos dolían más que la misma aguja y el poto quedaba rojísimo en todo el perímetro del pequeño hinconcito. Pero bueno, yo aprendí del mejor y ahora ocupo ese cargo en la casa. Mi tía Martha fue la primera que me pidió que la ayudara y luego me pidieron ponerle a mi abuelita pero too much. La veo tan frágil que me da miedo hacerle doler.

En fin, ayer estaba parada en la puerta del tópico esperando mi turno cuando vi delante mio un señor un poco mayor. Se volteó y me dijo: "qué tienes mamita" a lo que le expliqué muy resumidamente que por no comer comida horrible y vomitiba estaba pagando las consecuencias. Abrieron la puerta y me dijo "suerte". Esperé hasta que salió y el pobre se agarraba el hombrito. Le había dolido la mano de la tan "delicada" enfermera. Esa escena me mandó a 4 años atrás. Estabamos en la farmacia con Rochi y mi mamá. Teníamos que vacunarnos contra la hepatitis y tú pensabas que yo estaba asustada por el hincón, aunque en realidad estaba con cara de puñete porque era domingo y me daba flojera salir de la casa, y me dijiste "para que veas que no duele yo voy primero". Te sentaste en la silla y te hicaron el brazo izquierdo. A tu derecha estaba un niñito de unos 6 años más o menos que miraba con cara de "creo que yo moriré cuando me toque" y tú me miraste, sonreiste y volviste la mirada hacia él. Luego abriste la boca y cerraste los ojos como diciendo "miércoles cómo duele esto". Te paraste y saliste caminando agarrándote fuertemente el hombro.
Lo que vino después me dio un ataque de risa un poco cruel, pero no pude evitarlo. Cuando ya no estabas en el consultorio el niño cogió la mano de su mamá y soltó un "buaaaaaaaa" como de dibujo animado japonés. Siempre tú con tus ocurrencias.

Cuando regresé me encontré con la cara de la enfermera de mano fea que hace doler mirándome directamente a los ojos como diciendo "qué esperas niña". Cerré el capítulo de la inyección con el pinchazo en la derecha.

Gracias por hacerme reir antes de entrar.
Ayer me dolió un poquito menos.

2 comentarios:

Bren dijo...

Que trauma con las agujas lo bueno que mañana termina el martidio...mi trauma es con la sacada de sangre ahi si puedo morir desmayada jajajaj que nervios...bueno espero tengas un buen fin de semana y sino ya sabes que recordar las ocurrencias de tu papi harán que sonrias y así podrás ver todo mejor. Un abrazo!

Mr.d dijo...

Aggg las agujas...I hate. Pero vale aguantárselas...se acerca el fin de semana, a olvidarse de agujas y médicos. Descanse y coma echada. Abrazo!

El heroe de mi vida