Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

2.2.11

Señaléticas

Quisiera que por una vez en la vida pase como en las películas. En esas de fantasía que dejan una huellita de ilusión en el corazón por más que en el fondo sepamos que solo pasa detrás de una pantalla y no en la vida real. En esa vida que las personas somos de carne y hueso. En esa que el dolor duele en serio y las alegrías ponen maripositas en la panza. En esa tan justa pero injusta a la vez que arranca la esperanza de quien no lo merece y apadrina sueños ajenos. Dejando huérfanos a los otros.

Eso de ver una estrella fugaz, cerrar los ojos, pedir algo con el corazón, y al día siguiente todo cambió, solo pasa en la tele. Como te decía de chiquita, "papi ¿¿¿y si me como una de esas galletas de la suerte y me dice que voy a tener un perrito, al día siguiente aparecería en mi cuarto con un lazo rojo como en esta peli???" y con una gran sonrisa me acariciabas la cabeza y me decías "pobrecita mi hijita qué linda". Años más tarde entendí a qué te referías con eso de pobrecita, aunque no hizo falta llorar por el perrito con lazo rojo, llegó tan pronto como si lo hubiera vivido en una película. Gracias a ti.

"Pobrecita" con un tono tierno y al parecer con esos nervios lindos que causa algo que enternece hasta el hueso más escondido del cuerpo, era tu palabra característica para hacer cariño con amor verdadero. Tengo grabada en la memoria esa simple palabra con tus gestos y cariños como si ayer hubiera sido la última vez que me lo dijiste al entregarte una cartita tan sencilla como un "eres el mejor papá que tengo", como si tuviera miles no?

A pesar de todo, de no existir los deseos a las estrellas, el encuentro con un mago, el deseo al aire y el mundo que conspira para cumplirlo, la galleta de la suerte, y la moneda en el pozo, yo sí creo en las señales. Nunca dejé morir en mí ese cándido pensamiento de pedir una señal mirando al cielo. Nunca lo dejé de hacer, porque la última vez que lo pedí, conocí a la persona que estará conmigo hasta hacernos viejitos. Por eso, creo en que tú, desde donde sea que estés puedes mandarnos señales de la manera, forma, olor, palabra, o a través de la persona que sea.

Ya le dije al soldado que lo haga, pero no sé si esté con los cinco sentidos dispuestos al 100%. A veces, son tan chiquititas las señales que pasan desapercibidas. Pero al final, lo que importa es ver más allá, porque esas señales, son percibidas por nosotros mismos y si así lo entendemos, usando un poco de la lógica que nos enseñaste tanto tiempo, seremos capaces de entender mucho más que una señal.

Esas señales viven en nosotros, simplemente porque tú también vives en nosotros.
Escuchándonos... te escuchamos.
Siempre...

2 comentarios:

Mr.d dijo...

Las señales son las imágenes hechas recuerdos. Siempre habitan en nuestras mentes, si un día perdemos eso, dejamos de ser quienes somoss.
Has dejado un lindo susurro hecho post Marité, como siempre.

Bren dijo...

Yo tambien creo en las señales y a veces cuando pasan desarpecibidas para quienes somos algo despistadas se que pasan y pasan hasta que te des cuenta de su presencia...es lindo siempre creer en algo, tener una ilusión como la de el pozo de los deseos o la galleta de la suerte , pero es mejor saber que mientras mantengamos una buena vibra y energías positivas atraeremos lo que deseamos :)

El heroe de mi vida