Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

3.8.10

"bajo llave"

He pensado mucho cómo poner por escrito un pensamiento que quisiera borrar de mi sistema para siempre. Tal vez escribiéndolo por fin lo saque. No lo sé, pero es como un virus que se nace en mi cabeza pero cobra fuerza cuando lo alimento de desdicha y de dolor. Empieza a tomar forma de sentimiento, ya no solo pensamiento. Luego muta a emoción, para finalmente convertirse en una lágrima. Una lágrima de puro dolor.

Hasta hace unos días pensé que estaba superando el hecho que ya no estés con nosotros físicamente en este mundo. Lado a lado me refiero. Digo "pensé" entre comillas porque recién caigo en cuenta que no lo he superado ni un poquito.

Pensé que había cerrado con 5 candados ese sábado maldito que me fui a ver sonseras al Jockey, a Casa & Ideas para ser más precisa. En verdad guardé ese recuerdo con la rotulación de "recuerdo irrecordable" aunque no exista la palabra. Cerré ese tema en el último cajón de mis pensamientos. Ahí, bien al fondo. Donde no llega ni el polvo. Pero me equivoqué. Solo logré apartarlo de mis pensamientos inmediatos. 

Aun pienso en todo lo que pasó y cuando lo hago, lo revivo, y cuando lo revivo, lo siento en mis manos, en mi mente, en mi corazón. Me quema una angustia por dentro y es como si automáticamente mi cerebro proyectara imagenes que no quiero ver. Que nunca vi, pero imaginé en pesadillas. Me miro al espejo retrovisor y me veo levantando mi celular marcando tu número sin respuesta. Me falta el aire y siento como la gente se acerca a mi. Revivo todo... en mi mente.

Y es en ese momento, cuando pasa el ardor, que vuelven a mi cabeza esas morbosas preguntas que odio tanto. Qué pensabas en ese minuto? Sentiste miedo? Te dolió algo? Por qué maldita sea vienen a mi otra vez. 

Cierro los ojos.
Respiro profundo y me seco las lágrimas.

Espero que algún día aunque sea en sueños me ayudes a ver cómo resuelvo mi tema.

Soy la única persona que hasta la fecha no te ha visto en sueños...
No quiero pensar la razón.
Tal vez imagine cosas que no quiero imaginar.

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El heroe de mi vida