La primera sonrisa del día

Hoy amé el olor de la lluvia de la mañanita.
Fue una de esas veces en que abro los ojos y después de un minuto suena la alarma.
No fue necesario poner "posponer 10 minutos".
Me estiré con los ojos cerrados y siempre con el pie derecho, me paré de la cama.
Eso del pie derecho es totalmente cierto.
Soy una india. Lo sé.
Pero prefiero seguir poniendo primero el pie derecho.
Kábala o no, lo seguiré haciendo.

Caminé con los ojos chinitos por el recorrido rutinario del cuarto al baño y del baño al cuarto.
Me despedí de mi mami y vi tu frasquito.
Mis ojos se clavaron en ese objeto que por tanto tiempo había pasado desapercibido para mi.
Hasta ahora no sé de donde lo sacaste ni en qué año. Pero la decoración de venaditos, cositas rojas y lleno de nieve pintada siempre me hicieron pensar que llegó a la casa en algún diciembre.

Hoy no me quedé mirando el frasquito con nostalgia.
Lo miré con alegría porque sigue en el mismo lugar en donde tú lo pusiste.
Lo abren, cierran, ponen, sacan, pero sigue en su lugar.
Todos respetan el lugar del franquito.

Pero lo que me sacó la primera sonrisa del día, y la mejor sonrisa.
Fue verlo como siempre.
Lleno de tus gomitas preferidas.

Como tú siempre lo tuviste.

Después de todo despertarme con el pie derecho no será kábala pero me ayuda a salir de la casa siempre con una sonrisa.