Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

20.9.10

Volar es bueno si sabes cómo regresar

Hoy le di una hora libre a mi mente.
Dejé que vaya a donde ella quisiera.
Sin puertas cerradas ni ventanas con llave.
No le puse ningún tipo de barreras.
La dejé volar y dar grandes bocanadas de recuerdos.

Primera parada. Decidió pasear por el recuerdo de la preparación de "sustancias" indescriptibles. Sustancias caceras que "cocinaba" a la gente mientras mi mami COCINABA. Nadie las comia por supuesto. Es que un poco de agua, café, mayonesa, vinagre y miles de cosas más eran simplemente "nauseabundas" e imposibles de degustar.

Hizo una segunda parada. Pasó por las noches frías. Esas noches de sueños feos o simplemente noches incómodas solita en mi cuarto de chiquita: rosadito, con muñecas y ponys, un cuarto típico de hijita menor. Noches en las que moría por dormir con mis hermanas, si ellas choteaban, contigo y mi mami y ya si me cancelaba hasta Jerry en su cama peluda, buscaba a mi hermano el "niño pobre porque es de color humilde" como le decía de niña.

Tercera. Breve parada en una noche que me pasé a tu cama. No podía dormir y me armé de valor para bajar de la mía (con miedo que unas manos morenas, que no eran las de David, salieran de la nada y me atraparan con fuerza tirándome de los tobillos) correr hacia tu cuarto - cantando canciones estúpidas para perder el miedo - ahora que me acuerdo me da más miedo. Estaba en tu cuarto pero ya había sido advertida "No te vuelvas a pasar a la cama hijita. Tremenda viejonaza" con verguenza me quedaba congelada como estatua. Mirando fíjamente a mi mami unos cuantos segundos para escucharla decir "que... qqqque pasa??? ahhh" con cara de susto para luego yo rematarla con la mentirita más blanca del mundo "nada mami, es que voy al baño". Acto seguido, iba al baño, hacía la finta y cuando salía, tú ya me habías hecho un espacito en tu lado.

Mi mente se detuvo en ese ladito de tu cama. Quería quedarme ahí y sentirme calientita. Como cuando era chiquita y entrabamos los tres. Cómodamente según yo. Esa idea se fue desvaneciendo cuando me daba cuenta que a la media hora, cuando yo ya dormía más que plácidamente, tú agarrabas tu almohada y te ibas a ocupar mi lugar en mi cuarto. Me dejabas con mi mami durmiendo más rico que nunca.

Luego de eso mi mente ya estaba un poco knockeada, entonces al querer huir se encontró con una Marité versión mini, con un termómetro en la boca. Por supuesto, tu estabas a mi lado, pusiste tu cabeza sobre mi frente y me dijiste la frase que hace tanto no escucho pero escuché por muchos años cada vez que me enfermaba "hijita pásame todo tu dolor a mí. Pásame todita tu fiebre a mí para que tú ya estés bien".

Mi mente huyó sin pensarlo más.
Aun no logra pasar por más lugares porque decide huir.
Pero no huye por cobarde.
Huye porque se siente amenazada.
Siente que tal vez pueda llegar a volar tan alto que después no quiera volver.
Huye porque teme volar y no encontrar el camino de regreso.
O simplemente porque no quiera hacerlo.

4 comentarios:

Miguel Rodríguez dijo...

Esos viajes interiores son de lo mejor.
Travelling without moving.
Me debo uno de esos trips. El tiempo me juega en contra (y encima hace trampa)


Saludos!

Hasta en el último rincón dijo...

Es cierto Miguel, son de lo mejor pero a veces como que queman un poquito. Como que los recuerdos lindos que están en cualquier rincón interior le hacen un jaque al corazón. Sobretodo cuando el protagonista de los recuerdos es alguien no volverás a ver. Pero bueno, queda lo vivido no?
Un besito y gracias por darte un tiempito. A ver si te lo das más seguido :)

Bren dijo...

Hola Marité, en serio eres valiente al enfrentar ese tipo de viajes...es interesante como lo describes, tan real, tan semejante sin ser igual...

Hasta en el último rincón dijo...

Gracias por lo de valiente Bren. La verdad es que nunca imaginé que llegara el momento de enfrentar la pesadilla de perder al ser más importante de mi vida. Pero llegó antes de lo inimaginable.
Después de eso solo queda aferrarse a esos recuerdos que espero jamás se acaben, y menos que pierdan su color. Color vivo.
Un besito y gracias otra vez!

El heroe de mi vida