Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

12.1.11

De chiquita

Estaba almorzando con mi jefe y Anita en el Manchattan. En el corazón de Lima, con un calor que parecía derretirme hasta el cerebro. Había escuchado tantas veces hablar de ese lugar que cuando llegué no sabía cuál plato elegir. La final me comí un lomo con huancaina muy rico, pero un poco picante. Me acordé de las veces que ibamos a comer a la calle y terminabas mirándome con una gran sonrisa "cachacienta" y yo con mi fuerte y engreido "quuuEEEEE tienEEEEEE" para finalizar con la frase de mi mami "pero siempre te pides lo mismo, ya cambia! Cuando te cases vas a comer eso en tu casa todos los días???". Ahora pienso en esa frase y casi escucho a Lalo diciéndome "ay enanita, cómo vamos a comer siempre milanesa con papas fritas, eso no es comida!".

Pero ya no soy tan especial-pesada-marciana con la comida. Sé que por años sufriste sin comer chifa los fines de semana que almozabamos fuera, o no fuimos mucho a comer pollo a la brasa porque "me caía mal el pollo que venía pegado a su cuerpo (o hueso)", a veces también evitaste ir a lugares de comida criolla (tu norteña que tanto te gustaba) por darme el gusto de comer lo que yo quisiera. Ahora, déjame decirte que he cambiado!

- Como chifa! Bueno, solo arroz chaufa PEEEEEROOOOO sin cebollita china. Y sigo comiendo solo el borde del Wan Tan. El centro termina en otro plato como siempre. Resulta que es la parte "más rica" para muchos.
- Como pollo! Pero trato de que sea a la plancha o cualquier versión que no tenga "su cuerpo pegado". Aunque a veces ya pues, qué me queda, me como el pollo a la brasa y si me cae mal, está bien. Me dura solo un día o dos.
- Lo tercero sí no sé cómo decirlo. No logré volverme "fan" de la comida criolla. Pero cuando hay buffet criollo hay arroz blanco, y si hay arroz blanco soy feliz.

En fin, en resumen ahora no me quejo tanto. Pero sigo igual de marciana.

Mi lomo a la huancaina se hacía más picante y yo escuchaba todo lo que hablábamos con el periodista con el que nos reunimos. Me picaba, pero me aguanté. Al terminar la reunión, ya en el camino de regreso, los tres volvimos a la oficina sin aire de tanto reirnos acordándonos de diferentes anécdotas que vivimos durante estos años que trabajamos juntos. Él es muy gracioso, y buena gente, siempre me hace reir cuando estoy molesta pero otras veces, me paso de confianzuda creo. Me confundo y llego a pensar que estoy hablando con un amigo de años, y le lanzo alguna barrabasada como el famoso "ay Enriqueta!" por el que me gané un fuerte "oye oye, más respeto a tu jefe" desde el otro lado de la oficina. Felizmente sabe que lo hago de broma y con cariño. Al final, como te conté varias veces, él también siempre me molesta con lo "marciana" que soy para comer.

Al final del camino, al llegar al destino, bajé de su carro y al cerrar la puerta mi mente viajó un poquito como todos los días. Reviví un momento que ahora me hace pensar mucho. Un día que después de pedirle que nos de un "puente" porque nos lo merecíamos, él me dijo con una sonrisa en los labios "oye a ti de chiquita tu papá nunca te castigó no?", a lo que yo en ese instante le dije, "la verdad, creo que no. Por???", y él, en tono de broma y finalizando con una carcajada me dijo "Por que bien malcriadita eres ah!".

Luego de eso subí a la oficina de vuelta a mi computadora con ganas de escribir.
Con ganas de decir que si no me castigaron de chiquita no solo fue porque nunca fui malcriada.
Solo un poco "lora". Un poco bastante diría, al menos eso es lo que me contabas que decían las profesoras. "Señor David, ya no sabemos qué hacer con Marité! La cambiamos de lugar todas las semanas y si la ponemos en el closet hasta con las paredes habla!".
Pero nunca tanto como para recibir un castigo que recordara con los ojos chinitos.

Subí a mi oficina con ganas de contar que nunca me castigaron porque tuve el mejor papá del mundo.
Un papá que me enseñó a ser como soy.
Tan completa, íntegra y llena de valores como él.

2 comentarios:

Mr.d dijo...

Ahora no haces renegar por las comidas a tu papá pero si a Lalo. Ahora no hablas con paredes sino con tu blog.
Es la vida, un paradigma y un proceso diario. Y detalles que tienen que ser contados. Es la vida, los detalles en el aire perennizados de una memoria a otra.
Marciana, lora, loca, eres tú...y así te saben querer quienes te quieren.

Bren dijo...

Un post lindo una vez mas...Marité si vas a comer arroz chaufa sin cebolla china mejor no comas arroz chaufa! jajajaja mentira que me importa a mi cada quien come como quiere y puede :) mientras seas feliz...me alegra que tus recuerdos esten causando efecto de alegrias y que te motiven a escribir así, tan relax, con tanta autenticidad que es lo que mas me gusta de tu blog...un abrazo!
p.d. no eres la única que come el wantan sin la parte del centro jajajaja

El heroe de mi vida