Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

6.7.11

¿Otra vez sin medias?

Sentí la nariz helada, los pies congelados y las manos debajo de mi espalda.
Estaba muerta de frío y aun era de noche cuando abrí los ojos.
Dormía tan pero tan rico que lo único que pensaba era "que por favor aun sean menos de las 4:00 am para poder dormir".
...
Mi deseo falló solo por un par de horas.
No eran ni las 3:30 ni las 4:00 de la mañana.
Ya el reloj marcaba las 5:30 am y solo tenía media hora para encontrar mis medias y dormir un ratito más.
Cerré los ojos y a los pocos segundos, o al menos eso me pareció, entraste a mi cuarto y me diste dos palmaditas en la cabeza.
Era hora de ir a la universidad.
Me levanté de la cama y me estiré aun con los ojos cerrados.
Casi como de memoria, caminando sosteniéndome de las paredes, china como nadie, entré a tu cuarto.
Estabas sentado dándole la espalda a la puerta agachado como buscando tus zapatos.
Mi mami aun dormía como un fetito y hacía ruidos molestos cuando te movías para buscar tus otros accesorios.
- ¿Qué tal dormiste mojoniña? -
Casi balbuceando, entre dientes y despeinada con las toallas en los brazos a punto de entrar al baño.
- Más o menos, otra vez se me salieron las medias y me dio alergia -
ACHUUUU!
Abriste tu cajón, y sacaste una bolsa transparente llena de ligas.
- Por eso te he dicho muchas veces que uses esto -
Me explicaste tu metodología "anti caída o chorreada de medias" tranquilamente mientras abrías la bolsa, sacabas un par de ligar y te las ponías en el filo de tus medias azules doblando la el extremo que llegaba a la pantorrilla.
- Así a mí nunca se me caen las medias durante el día -
Pero mi problema no era durante el día sino durante la noche.
- Entonces - me dijiste - te pones el pantalón dentro de las medias y así el frío no tiene por donde pasar ni las medias por donde salir -
...
Sonó mi despertador y volteé hacia el lado izquierdo de la cama.
No estaba en mi cuarto, sino en el tuyo.
Todo parecía estar diferente a lo que vi hacía unos minutos.
Todo había cambiado.
Excepto una cosa.
Abrí el primer cajón y ahí estaba.
Tu clásica bolsa de ligas seguía ahí.
Y yo, una vez más me había despertado con alergia...
... sin medias.
Y con el recuerdo del mejor consejero del mundo.
... hasta para ponerme bien las medias "chorreadizas".

Lo mejor de todo, es que los diez minutos restantes fueron los minutos más ricos de sueño puro.
Con frío... y esta vez, con las medias bien puestas.

4 comentarios:

Bren dijo...

Que lindo, me quede enganchada leyendo...es mas no hubiera querido que termine, preciso para este inviernito.

Gracias una vez mas por escribir a diario, un post tuyo es EL paréntesis en mi día a día.

En serio me encanto este post, te salió tan bien, tan natural tan tuyo,adoro tu blog Marité :)

Un abrazo amiga bloggera que tengas un buen día y usa las ligitas pues!!! JAJAJA

Hasta en el último rincón dijo...

- Bren: no sabes con la sonrisa que siempre leo tus comentarios. Son las personitas como tú, las que me motivan a seguir escribiendo estas historias dedicadas a la mejor persona que conocí en mi vida...
Un beso enorme!

Anónimo dijo...

Ojalá y alguien me pueda recordar con el mismo amor que tu recuerdas a tu padre, cuídate mucho y sigue siendo así de valiente.

Este desconocido, te admira mucho.

Besos

Hasta en el último rincón dijo...

- Anónimo: gracias por esas palabras tan lindas... estoy segura que te recordarán también así... pero falta mucho para que solo te recuerden. La vida es a veces larga :)
Mil gracias en verdad.

Un beso para ti y tu princecita :)

El heroe de mi vida