El cielo estaba del color perfecto. Tonos de azules empezaban a ocupar casi todo el lienzo que había salpicado de naranja y algo de amarillo también. El viento golpeaba mi pelo y lo hacía bailar como queriendo que le sacara el ganchito que lo ataba. Me saqué los lentes y los ojos chinitos parecían querer ver algo más que un simple y hermoso cielo. Querían evocar un recuerdo. O tal vez inventarlo...
A lo lejos dos siluetas caminaban a la orilla del mar. Con prendas sueltas y blancas. Agarrados de la mano se decían cosas en secreto. El sonido de las olas no dejaban escuchar, pero la felicidad que los dos irradiaban se colaban por mis poros al verlos sonreír. Él, con pasitos cortitos y ligeramente con el cuerpo hacia adelante la miraba de reojo para ver si su chiste había surtido efecto. Ella, disforzada tiraba el cabeza hacia atrás dejando salir un suspiro ahogado por la risa repentina que provocaba en ella.
Siempre con la manos entrelazadas.
El viento golpeaba sus rostros de vez en cuando con más fuerza, él la cubría con su pañuelo diciendo "cuida tus ojitos, si les entra arena pueden arderte mucho". Finalizando con un beso bigotudo en cada uno de sus ojos. Ella terminó su frase con un tierno beso en la frente y se sentaron mirando al sol.
Siempre tomados de las manos.
Recordaron el día en el que se juraron amor eterno frente al mar. Mirando cómo esa inmensa masa naranja que no se deja ver con claridad se unía con el mar para desaparecer en solo segundos. Y es que el momento más rápido del atardecer es cuando el sol "choca" con el mar. Son los segundos los que pasan para dejarlo de ver al fondo. A lo lejos. Un instante que se repite todos los días. Un solo hermoso instante en los días que a veces parecen no querer acabarse jamás.
"¿Te acuerdas cuando me dijiste que me querías más allá del sol?" susurró ella mirando ese hermoso atardecer. "Cómo olvidarlo, fue el día en el que entendimos que pasaríamos todos los días que nos quedan en este mundo los dos solos. Solitos y felices por todo lo que logramos".
Soñaban con vivir siempre en la playa. No escuchar los ruidos molestos de los taxis en la calle. Sin televisión si era posible. Los accidentes y malas noticias nunca faltaban y ahora creían no necesitar más de eso. "Para poder caminar por la arena, sin zapatos tomados de las manos y detenernos aunque sea 5 minutos y mirar como el sol se despide. Puede que sea la última vez que lo veamos ir", dijo ella acurrucándose en su hombro. "No hables así viejita. Si fuese la última vez que sea la mejor de todas".
Cuando el sol terminó de hacer su escena preferida se soltaron de las manos. Él se paró con cuidado. Apoyando primero las rodillas, y las palmas de las manos en la arena. Luego de impulsó aun con las manos apoyadas y se puso en pie. Se sacudió el pantalón y extendió los brazos hacia ella. Tomo aliento y ella se impulsó hacia él. "Arrrriba", dijo para luego abrazarla ya de pie.
Se tomaron nuevamente de las manos y siguieron su camino.
Mañana sería un nuevo día para ver despedirse al sol... siempre y cuando él quiera despedirse de nosotros.
Los vi alejarse dándome la espalda. Las siluetas se fueron haciendo más pequeñas hasta que se fundieron con las sombras.
Miré hacia el mar deseando siempre tenerlo a mi lado. Tomándome de las manos cada vez que se oculte el sol.
Siempre y cuando quiera ocultarse.
De Google para mi blog...
Fuck SOPA
18 comentarios:
Esta historia tiene que estar inspirada en hechos reales, las palabras en cursiva difícilmente pueden ser atribuibles a cualquier imaginación.
el amor hasta el final de nuestras propias vidas. es una quimera para estos tiempos tan vertiginosos que corren pero no dejan de ser siempre un sueño deseado. un beso, ha sido un placer leerte.
Imaginé una escena de dos viejitos, acercándose al final de la vida.
bellos y bajos en radiacion uv atardeceres, perfectos para situaciones romanticas libres del peligro de contraer cancer a la piel :p
un abrazote, marite
Elmo, es más que un hecho real, un sueño que espero se haga realidad...
Un beso...
Draco, es cierto... sobre todo en estos tiempos cuando parece que ya nada tiene sentido.
Gracias a ti!!!
Malque, algo así tenía yo en la mente mientras lo escribía.
Un beso grandote!
Ludobit, ahora eso es vital. Caminar a la orilla del mar cuando el sol ya se oculta es el mejor momento de un buen día de playa.
Un beso!
Que linda historia... al atardecer... con el cielo coloreado por algún pincel sobrenatural :)
Me lo imaginé con el arcoiris que dicen que hubo hoy por la tarde.
Saludos :)
Que hermoso Marite... que hermoso... me quede sin palabras!...♥
Hola Marité. Muy linda historia.
Es lo que anhelamos cuando tenemos a nuestro lado a alguien a quien amamos profundamente. Y eso se va sembrando día a día.
Un abrazo muy grande.
LUCHO
Con historias así de tiernas me gustaría volver a creer en el amor convencional y sempiterno, pero luego me vuelvo hacia mis pensamientos y mando todo al carajo.
Qué envidia.
Tropicólogo, sí! Hubo uno ayer, pero yo no lo vi muy claro... por mi oficina estuvo bien tapado :(
Un beso!
Marielita,gracias mi reina.
Lucho, eso es lo más bonito. Cada día es una nueva forma de hacer un recuerdo bello.
Beso!
Edch, jajaja no envidies (aunque sé que es envidia con cariño) ya llegará :)
Beso!
Que precioso texto, me encantó el primer párrafo, escribes precioso marite :)
Gracias AnonimaAdolescente... tú también escribes lindo, y con el corazón :)
Bonito. Ya me dieron ganas de ir a la playa de nuevo... ya quiero que sea domingo.
(ojalá no llueva)
Ojala no llueva Oki!!! Este fin y el anterior fue DE LOCOS!
Beso!
Qué linda historia! Me transporté y deseé ser esa viejita enamorada despidiéndose del sol cada tarde, de la mano de su amor de toda la vida. Me encantó, algún día tendremos tiempo para sentarnos a admirar el sol.
Besoooooo!!!!! TQM!!!
Qué bueno que te gustó mi lenyis!!!
Te quiero!!!
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