Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

11.1.11

El "sachet"

Es increible la cantidad de recuerdos que pueden aterrizar en mi mente solo con mirar un objeto. Una cosa cualquiera que para muchos simplemente es una "cosa" y para mí, es una especie de "transportador imaginario" que me ayuda a sonreirle a los problemas de una u otra manera.

Hoy, me desperté como de costumbre, asustada por la fastidiosa alarma que me avisa que es hora de poner el pie derecho en el suelo y caminar con los ojos aun cerrados hasta la ducha. Y luego de la rutina de siempre, agarré mi vaso de jugo vomitivo de papaya con naranja (con el perdón de los papayeros), porque aunque no lo creas, gracias a tus 23 años fallidos de que pruebe el jugo de vomipapaya, hoy, lo tomo a diario. Creo que es una especie de autocastigo por rechazarte tantas veces cuando me decías: "es rico hijita tte hace bien! Te ayuda a ir al baño! Y no es feo!!!". Típica frase cuando te miraba con sabe Dios qué cara cuando comías tu papaya en trocitos con azucar encima.

En fin, luego vendría la respectiva lavada de dientes para quitarme el mal sabor y es en ese momento donde ese insignificante "sachet" (si es que así se le llama al conocido envase) de pasta dental, ese común objeto que vemos a diario, me hizo volar en el tiempo y revivir miles de pequeños flashes mentales en un segundo. Si hubieras visto cómo estaba esa pasta de dientes, sería un momento preciso para tu discurso del cuidado de la famosa pasta de dientes. 

- Por qué siempre tienen que aplastar la pasta de dientes así. Dejan huecos por todo el sachet este (agarrando con fuerza el objeto maltrecho y mal usado según tú) y cuando quieren seguir usándola dicen que ya no hay más y en realidad hay un montón!
- Papi, pero es lo mismo. Solo aplastas y sale.
- No! Para nada, mira, ahí tu crees que solo queda un poco (enseñando una parte de la pasta) pero cuando llevas todo lo que hay desde abajo hasta arriba (y empujabas todo el contenido hacia la tapa) te das cuenta que queda mucho mucho más. 

Y luego enrrollabas lo que quedaba vacío para que la pasta no se regrese y deforme nuevamente el envase.

Cogí ese objeto común que me recordó a ti y seguí tu consejo.
Ahora yo también puedo ser como tú.
Tan ahorradora como solo tú lo sabías ser.

3 comentarios:

Mr.d dijo...

Cúanta nostalgia puesta en un solo objeto. Y el mensaje que acompaña cada recuerdo hechos con el tiempo lección de vida. Detalles que perduran y nos hacen mejores. Una generación a otra pasando por un sachet.

Bren dijo...

Hiciste que recordara que de chica tambien veía que enrrollaban la pasta dental mmm porque se dejo de hacer eso? bajaron de precio o que? mmm en fin, alucinante tu retro en el tiempo con solo mirar como bien dices tu algo que para muchos no tiene nada de importancia... lindo post como siempre :)

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

Yo soy papayera! El jugo de papaya en ayunas es la cosa más rica que puede haber. No lo tomo con naranja, sino que a veces lo licúo con leche o puro. LA papaya en trocitos se me hacía insoportable cuando era pequeña, pero ahora la como bien rica con linaza encima :D !!
De verdad que tu blog está genial.
Buenos vientos!

El heroe de mi vida