Mi primer día en la oficina está resultando un poco creepy. La verdad, desde mi cierre de vacaciones con broche de oro por mi rodada, perdón "chorreada" de escaleras ayer, sentí que el mundo se inclinó un poco hacia el lado izquierdo de mi suerte. En mi loca cabeza e intento de espíritu reencardado, todo debe empezar desde la derecha. Ahí nace la suerte. Pero hoy, parece que no me quiso acompañar. Decidió tomarse algunos días extras de vacaciones.
Dentro de todo lo más loco del día, y eso que aun no termina, está el extraño comportamiento de mi fallecido Blackberry. Decidió revivir y quedarse conmigo un poco más, pero parece que de cuando en cuando una luz lo llama para dejarme de nuevo. Es ahí donde gracias a un momento de desesperación lo chanqué contra el piso y volvió a la vida. Nuevamente. Ahora, cada vez que quiere irse al más allá aplico la respectiva gomeada y listo. Solucionado el detalle de muerte. Pero hace un momento tanto golpe me pasó la factura. La ruedita para elegir las opciones ya no es la misma. No me responde. Se resintió conmigo. Ahora sí ya no hay solución. Debo pedir ayuda al que paga la cuenta. Mi jefe.
Ahora, no solo estoy sentada como mongol tratando de ordenar los mil pendientes que tengo, leer los 340 correos que aun no leo y escribir las notas de prensa que aun no escribo, sino que estoy en otro espacio. No tengo lo que necesito para ponerme al día después de las vacaciones porque estoy lejos de mi oficina. En una laptop que no me quiere. Una máquina que parece odiar mis dedos tecleros y mi alma de informática frustrada.
Por fin pude abrir mi correo. Pude leer unos 130 mails cuando de pronto, un mensaje apareció en la pantalla "recibiendo 1 de 340 correos". MAS????? No podía ser verdad! Empecé a sudar frío de la angustia. Me imaginaba con el pelo blanco, arrugas y con la misma ropa leyendo mis correos. Pero cuando por fin bajaron, simplemente mis correos se habían duplicado. Igual me estresó el tema de tener ese avisito en negrita de más de 600 correos sin leer. En fin, borré los duplicados porque soy tiki esquizo y no soporto tener un solo correo sin leer. Terminé de leerlos todos, pero volvió a pasar lo mismo.
Me agarré la cabeza y me hice aire con la credencial que tengo colgada en el cuello. Se me acercó una de mis compañeras de estrés chambístico y me dijo: qué te pasó en brazo!!! Con una cara de horror como si hubiera visto un muerto. No, no me pegó nadie, es herida de guerra. Mi brazo casi mutilado, pseudo arañado y moradusco por mi chorreada de escaleras de ayer. Me reí en silencio recordando esos segundos en que Lalo me salvó de estamparme contra la pared. Qué tal monga para caerme así por Dios! Tú me hubieras dicho mi vida entera por descuidada o también le tirarías el pato a mis zapatos zanqueros.
Mi mundo ayer se inclinó a la izquierda un poquito nomás. Pero ya volverá a la normalidad.
Solo me queda pensar que hoy, los aparatos tecnológicos y yo estamos peleados.
Lo bueno, es que después, uno se ríe de las cosas que pasa, si las comparamos con los verdaderos problemas de la vida.
Lo demás, no importa.
Como decía mi sabia sobrina cuando tenía 1 año, hay que decirle chau a los malos pensamientos que jalan más y más problemas. Pero en su lenguaje sería algo así: váyate pensamiento feo... váyate!
5 comentarios:
desde q me levante estoy tratando de mandar a la m a los pensamientos feos pero bueno talvez debo ponerle mas ganas,espero que tu brazo mejore pronto...
Qué pasó Bren! Nada, nada de nada merece tu cólera, no gastes ese valioso tiempo en amargar tu corazón. Acuérdate de todo lo que tienes por más chikito que sea y sácale una sonrisa a tu alma.
tienes razón marite,de hecho siempre hay cosas grandes por las cuales sonreir y no debo permitir q nada las opaque al punto de ya no verlas...de perderles el gusto...
fue solo una raspadita, levántese señora,siga adelante...como tu dices, las caidas de la vida,esas si duelen, a reunir fuerzas para soportarlas. Recuperese pronto colega
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