Cuando finalmente logré dormir, ya cantaban los gallos. Salté de mi cama y me invadió una especie de angustia que más se parecía a la desesperante ansiedad. Recuerdo que solo quería cargar a Jerry con su correa roja y treparme a tu carro cuidando que sus uñitas no arañaran tu juguete "nuevo" para emprender el viaje al lugar sonreia desde que pasabas por la puerta de entrada.
Sentía cómo mi corazón latía más y más rápido. No solo iba a conocer otro de los lugares donde pasabas la mayor parte del día, sino que daría con la respuesta al por qué de tu alias. Pues no faltaba un día en que nos cruzaramos con uno de tus amigos, que los tenías hasta debajo de las piedras (como una vez me dijeron a mí) y te saludaran con un cariñoso "Hooooola Polvorita!!! Y ella quien es??? Polvorita 2! Igualita a ti compadre!".
Pero... por qué Polvorita??? Tal vez por la granada que tenias guardada en tu cajón, o por lo fosforito que eras cada vez que te picabas, o simplemente porque eras más sapo que Macarena. Creo que la respuesta fue todas las anteriores más 1. Tu pasión por los EXPLOSIVOS. Siempre cuidadoso y meticuloso, pero fiel a los detonadores, y desactivadores de bombas.
Bajamos del carro y un gran jardín, lleno de flores me dio la bienvenida. Fotos de militares, frases alentadoras y grandes misiles colocados en pedestales decoraban tu más reciente centro de trabajo. Recorrí cada una de las fotos y los nombres debajo de ellas con el dedo índice apuntandolas como si fueran las acusadas de un crímen. Cuando llego al final... "Papi, aquí falta tu foto y los años que trabajaste en este lugar. Por qué no la veo?" algo molesta dejé salir ese lado celosón al pensar que no te habían reconocido como comando en tus años. No podía ser cierto.
Salimos al jardín y Jerry corría como liebre en el bosque y yo feliz te perseguía cual sombra. Hasta pude ver la máquina de explosivos que mandaste a traer con tanto empeño desde Rusia. Todos estaban felices con esa gestión tuya. Luego, fuimos al polígono de tiro, donde recuerdo que me dijiste "en unos años más te traigo de nuevo y jugamos a disparar ya?" sonaba tan divertido que no podía esperar.
Me quedé parada en ese verde jardín imaginando todo lo que pasaría más adelante. Y, sin duda, sucedió como lo prometiste, pero sin lograr mantener la costumbre de las visitas al Polígono.
Estaba parada en ese gran espacio verde tan lleno de vida donde pasabas tus días, trabajando, haciendo bromas, pendiente de mi mami a la distancia y por teléfono, pensando en nosotros.
Estaba parada en ese verde jardín, que 15 años después me volvería a recibir con el mismo paisaje y el mismo olor divertido que me enseñaste algún día.
Estaba parada en ese jardín que hoy te rinde honores llevando tu nombre en sus paredes. Acompañado de una placa que hasta hoy no encuentra competencia para sacarme sonrisa más grande que la que llevo hace días en el rostro.
Como 15 años atrás, hace unos días no dormí pensando en el mañana.
No porque quisiera que llegue, sino porque es difícil ver lo importante que fuiste no solo para nosotros, sino para todos los que tuvieron la oportunidad de conocerte.
Merecido reconocimiento General Alarcón...
Merecido!
2 comentarios:
Totalmente merecido querida amiga, una placa que lleva letras eternas de agradecimiento y amor. Un abrazo!
vi las fotos en tu fb y me alegré mucho por ti :) este post te salio precioso marité, un abrazo!
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