Le puedo dar "pausa" a mi estrés diario solo por un simple motivo: mañana tendré tiempo de sobra para preocuparme, pero hoy es un día para pensar.
Un día como el que pasé ayer levantándome con el pie derecho y con ganas de ver el lado "divertido" hasta al bodrio más bodrio del mundo. Algo así como comerme las lentejas en la ensalada "caleta" que me preparó mi mami hace uno días. Sin duda, ayer amaneció oliendo a buena suerte y hoy se sintieron las consecuencias de pasar unas horas con un brillo especial.
Desde trabajar feliz contando las horas para que sea el fin de semana largo, ir a comprar el resto de lámparas de mi casita y por más que mi mami terquee salirme con mi gusto sin fruncir el seño. Hasta una reunión con mis almitas gemelas. Esas que me hacen reír, llorar y estar orgullosa del tipo y calidad de amigos que tengo. Esos a los que le hablo de ti como si te conocieran tanto como a mí, incluso un poco más tal vez.
Por eso decidí que a pesar de haber cerrar las persianas con la mente un poco alborotada y angustiada por el dolor de panza de mi mami, por más que ella justifique su ya extraño dolor de hace unos días con "peditos", hoy decidí darle pausa a ese bicho que me acompaña como parásito hace mucho y reírme de las caras poto que a veces me pone el sol.
Son días "santos", para pensar en que todo lo que viene es bueno para mí y para nosotros.
Para pedir imposibles y agradecer las nimiedades que me hacen estar aquí y ahora.
Son días para imaginar y pintar los cuadros de mi futuro feliz.
El único que me toca a pesar que a veces me levante siendo mi otro yo.
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
21.4.11
Días santos
Etiquetas:
Ando filosofando,
fabricando pasteles,
la otra yo
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2 comentarios:
Que chevre sigues con las buenas vibras, super positiva y con esas ganas de darle la espalda a todo aquello que quiera fregar tu actitud.
De como vamos tejiendo nuestro presente depende ese futuro feliz que tanto se anhela.
Un abrazo :)
Sigo amiga bloggera, pero ya se me acaba el pomito de buena vibra... tengo que recargarla de donde sea!
Un besote!
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