Tengo motivos suficientes para sonreír y pensar nuevamente desde la cara optimista de mi moneda de la suerte.
Tengo razones de sobra para declararle a los cuatro vientos que soy feliz porque estoy en donde siempre quise estar.
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Porque tengo a la persona más buena del mundo a mi lado. Una persona que me aguanta berrinches, malos tratos y a veces hasta caras largas sin razón a pesar de todo. Alguien que con un beso en la frente y una mano delicada sobre mi cabeza calma hasta al más fiero demonio que puede habitar dentro de un frasco semilleno.
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Porque tengo la mejor familia que alguien puede tener. Una familia unida que a pesar de decirse vela verde siempre terminan entiendo el sentido final de las cosas: o fue un capricho, una fuga de mal humor, un episodio del capítulo 506 del exorcista peruano, un mal momento en que la única salida visible eran las ganas de explotar como globo de gas haciendo un estrepitoso sonido que asustaría a cualquiera, menos a ellos. Además de mis casi hermanas de sangre que a pesar de no vivir bajo el mismo techo existe siempre un vínculo que nos hace sonreír juntas a la distancia, o llorar también.
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Porque tengo los amigos necesarios para sentirme bendecida. Amigos que valen la pena y no son un nombre más en nuestra lista de conocidos, y que a pesar de haber caído a veces en el hoyo ciego de la incomprensión sin sentido y los reproches en voz baja y sin que escuchen sus oídos, son y serán siempre los principales flotadores que caerán en el mar de las angustias cuando pida auxilio. Serán pocos, unos 5 tal vez, pero son los mejores 5 que pueden existir en mi vida.
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Porque tengo sueños y metas que en la vida no siempre están claras y sobre entendidas.
Sueños y metas que cuestan.
Que se luchan.
Pero finalmente, se logran.
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Tengo un puñado de razones para ser feliz.
Es momento de abrir la mano y dejar que sucedan.
A pesar de todo...
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
25.4.11
Tengo...
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Ando filosofando,
de mi para tu,
i'm squizo
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2 comentarios:
Que mejor manera de recargar el frasco de polvos con buenas vibras ,recordandote a ti misma lo bendecida que estas en esta vida, a pesar de todo.
Todos tenemos mas de un motivo para sonreir pero a veces pensando en mil cosas no vemos ese motivo, aparentemente insignificante por estar pensando en lo que queremos y esa pequeñez puede ser lo mas maravilloso que tenemos, lo que nos sacará mas de una sonrisa...
Que tengas unas vacaciones recontra relajadas amiga bloggera, dale la espalda al estres, un abrazo! :)
Bren, como dices, con el viaje diario de arriba a abajo y de abajo a arriba no le prestamos atención a lo esencial, a eso que siempre está ahí y nunca nos abandona. Pero cuando te percatas de su existencia, nada te quita la luz nuevamente.
Gracias por sempre acompañarme amiga bloggera. Beso!!!
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