Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

31.12.10

Y se fue...

Me despido del año con el puño cerrado. No como señal de impotencia, de cólera o de frustación. Cerrado para guardar bien todos los recuerdos, sorpresas y alegrías que me trajo. Cerrado para que no se escapen de mi memoria y se graben en mi piel como cuando se marcan las uñas al abrir el puño.

Me despido del año con una sonrisa porque fue el mejor regalo que me dio. Para mí cada año tiene un título y este se lleva el de "volver a nacer", porque me enseñó que realmente vale la pena vivir la vida con una sonrisa y no con el ceño fruncido; conocí personas geniales que indirectamente me ayudaron a salir un poco más de ese profundo hoyo en el que caí en el 2008, cuyo título fue "el fin de MI mundo". Esa gente vale oro. Este año también aprendí que no todas las personas son por dentro lo que vemos por fuera, conocí "ángeles" con alma de demonio, y gracias a ellas mi corazón se volvió fuerte de nuevo, y aunque ahora estén en la papelera de reciclaje en mi lista de personas cercanas, les agradezco porque de todo hay que sacarle lo positivo, como siempre me decías. Entendí que lo que conocía como amor, es mucho más que eso. Decidí dar el paso más importante de mi vida y eso es lo que marcó mi año. Lo que me hizo volver a creer que la felicidad sí existe. Lo que me hizo volver a nacer.

El año se va pero no quiero despedirlo como los anteriores: con un poco de cólera en el fondo. No lo decía con mi cara ni con palabras, sino con hechos: por ejemplo quemando todo lo que representara el año que se iba. Eso solo hacía crecer en mí la ira que nació en mi corazón por haberte arrancado de mi jardín. Pero este año será distinto, lo siento, lo creo, y lo tengo que hacer distinto.

Como arreglé el dicho: después años de tormeta, vienen siglos de calma. Creo que la calma llega de a pocos.

FELIZ AÑO NUEVO!
Lo mejor del mundo para todos los que viven en mi corazón y en mis pensamientos.

1 comentario:

Mr.d dijo...

Un post muy reconfortante, de epílogo cuántico. Ten fe las cosas acontecen para algo mejor, y como tu dices, es el año de tu renacer. Empieza de adentro hacia afuera. Un abrazo querida Marité, este año dejó pocas cosas de valor, entre ellas saber que no pego mi grito al cielo solo.

El heroe de mi vida