Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

5.4.11

El único deseo

Muy temprano por la mañana, tuvo una corazonada que la levantó angustiada en un segundo de su cómoda cama. Dejó unos cuantos hilos negros en la almohada, como si estuviera quedándose calva poco a poco. Corrió por el pasillo casi sin aliento solo para calmar el fuerte latir de su temeroso corazón. Entró por la puerta y lo vio profundamente dormido...

... el alma le volvió al cuerpo y sonrió...

Con un beso en la frente, dejó sus labios sobre su rostro para sentirlo calientito. Lo miró. Él abrió los ojos y se acurrucó en sus manos. Y ella miró hacia arriba agradeciendo que solo fue un sueño. Uno de esos en los que no hay más que escaleras y largos pasillos sin salida.

... lo miró una vez más y su corazón latió más fuerte...
Si hubiera podido ver una sola estrella en el cielo en ese instante estaba segura de cual sería su deseo. El que le pediría a una estrella fugaz, aunque fuera la última de la galaxia. El mismo que pediría si alguna vez llegara a sus manos la lámpara mágica. Pediría 3 veces el mismo deseo para asegurarse que se cumpliría sin lugar a dudas.

... cerró los ojos y pensó en ella...

¿Cómo no existió la estrella fugaz, y tampoco la lámpara mágica ni mucho menos la única estrella en el oscuro cielo que pueda conceder aunque sea un deseo? Si tan solo hubiese existido, ella no estaría sola. Tampoco ese horrible sueño se hubiese cumplido. Y en este momento, estarían acompañados como siempre lo estuvieron.

... abrió los ojos y volvió a mirarlo...

Tocó sus manos y se imaginó las mismas pero con arrugas y muchos años más encima. Juntos en el mismo lugar con la sonrisa más sincera del mundo. Uno al lado del otro mirándose a los ojos diciéndolo todo con ellos. Siempre juntos. Siempre felices hasta hacerse viejitos.

Su único deseo.
Estar siempre juntos hasta el último día.
Aunque el mar se quede sin agua.
Y el cielo se quede sin estrellas.
Siempre juntos.

Como siempre lo quiso para ella.
Como siempre buscó una estrella en el cielo.
Para pedir un solo deseo.

... para que ese miedo a vivir la pesadilla no se hubiese instalado en otra memoria...

2 comentarios:

Bren dijo...

Que chevre leer este post temprano mientras tomo cafecito, esperando que este día resulte bueno, interesante e inesperado.Un post sobre los deseos, sueños...que genial seria que existiera esa lámpara de los 3 deseos, fácil es una de las cosas mas deseadas cuanto se fue niña y si hasta ahora la recordaste es porque en ti sigue viviendo esa niña que te inspira a escribir de esta manera tan auténtica.Que te ilusiona.

Un abrazo amiga bloggera y espero me pases mas tarde la receta jaja, buen día :)

Hasta en el último rincón dijo...

Hoy coincidimos en nuestros temas... Pero un mf se metió en tu blog!!!
Te juro que me asusté y no se grabó mi comment!!!
Recuperalo amiga bloggera! Es un tesorito, tu propio tesoro y acuérdate que los deseos sí existen!!!
Un beso enorme!

El heroe de mi vida