Noviembre se fue tan rápido que ni siquiera pude calcular las veces que dije "te quiero".
Creo que no las conté porque "no tuve tiempo" de hacerlo.
No lo recuerdo.
Tal vez, porque desde hace un tiempo no hago más que quejarme de la velocidad con la que giran las agujas del reloj, sin detenerme a pensar en lo que realmente vale la pena. Lo que a veces parece ser tan esencial para la vida pero tan vanal para uno mismo, como el deseo de hacer caso omiso a comentarios sin argumento ni fundamento.
Hoy es diferente.
No solo porque el tiempo parece apurado.
Sino, porque ese tiempo que va pasando, no vuelve jamás y uno nunca sabe cuando las agujas se detendrán.
Por eso, todos corren y vuelan apresurados buscando un segundo adicional debajo de la almohada.
Ruegan por minutos perdidos recuperados en el suelo. Maltrechos. Sin sentido.
Es por todo esto que me pregunto qué pasa con nosotros? Qué es lo que buscamos de nuestro tiempo?
Es simple...
Todos cambiamos.
Ya no miro al cielo buscando esa estrella que me habla en un extraño idoma y me dice, "pídeme un deseo así como cuando eras chiquita".
Ya no cuento los besos que reparto al día para tratar de hacer sonreir a alguien especial. Ahora mas bien cuando llega la noche prometo "hacerlo" al día siguiente, volviendo a olvidarlo al abrir los ojos.
Ya no estiro mis brazos al despertarme ni tampoco agradezco por ver el tímido sol de diciembre. Tengo prisa porque tal vez la Therma no esté prendida.
Ya no cierro mis ojos para transportarme a un mundo sin problemas cuando en semáforo rojo pongo la canción más bonita de la historia. Reniego, reniego, y me arrugo por el tráfico imposible de modificar.
Ya no pongo "Chiquitita" ni tampoco la canto en voz baja cada vez que quiero hablarte. He reemplazado esos discos por los audifonos del teléfono para contestar las mil llamadas seguidas exigiendo resultados.
Ya no soy la predicadora de la famosa frase "qué rico es tener ocupado todo el día para no sentirlo y que lleguen las 6 pm más rápido que volando". Ahora solo me quejo de mi suerte.
En qué momento es que el tiempo decidió cortar camino para marcar cada hora como si fueran minutos?
En qué momento, dejé de recordar momentos importantes (tu sabes a qué días me refiero) por el simple hecho de no querer darle tregua al tiempo.
En qué momento se fue noviembre y con él los miles de recuerdos lindos que guardaba en mi mente?
Creo que no las conté porque "no tuve tiempo" de hacerlo.
No lo recuerdo.
Tal vez, porque desde hace un tiempo no hago más que quejarme de la velocidad con la que giran las agujas del reloj, sin detenerme a pensar en lo que realmente vale la pena. Lo que a veces parece ser tan esencial para la vida pero tan vanal para uno mismo, como el deseo de hacer caso omiso a comentarios sin argumento ni fundamento.
Hoy es diferente.
No solo porque el tiempo parece apurado.
Sino, porque ese tiempo que va pasando, no vuelve jamás y uno nunca sabe cuando las agujas se detendrán.
Por eso, todos corren y vuelan apresurados buscando un segundo adicional debajo de la almohada.
Ruegan por minutos perdidos recuperados en el suelo. Maltrechos. Sin sentido.
Es por todo esto que me pregunto qué pasa con nosotros? Qué es lo que buscamos de nuestro tiempo?
Es simple...
Todos cambiamos.
Ya no miro al cielo buscando esa estrella que me habla en un extraño idoma y me dice, "pídeme un deseo así como cuando eras chiquita".
Ya no cuento los besos que reparto al día para tratar de hacer sonreir a alguien especial. Ahora mas bien cuando llega la noche prometo "hacerlo" al día siguiente, volviendo a olvidarlo al abrir los ojos.
Ya no estiro mis brazos al despertarme ni tampoco agradezco por ver el tímido sol de diciembre. Tengo prisa porque tal vez la Therma no esté prendida.
Ya no cierro mis ojos para transportarme a un mundo sin problemas cuando en semáforo rojo pongo la canción más bonita de la historia. Reniego, reniego, y me arrugo por el tráfico imposible de modificar.
Ya no pongo "Chiquitita" ni tampoco la canto en voz baja cada vez que quiero hablarte. He reemplazado esos discos por los audifonos del teléfono para contestar las mil llamadas seguidas exigiendo resultados.
Ya no soy la predicadora de la famosa frase "qué rico es tener ocupado todo el día para no sentirlo y que lleguen las 6 pm más rápido que volando". Ahora solo me quejo de mi suerte.
En qué momento es que el tiempo decidió cortar camino para marcar cada hora como si fueran minutos?
En qué momento, dejé de recordar momentos importantes (tu sabes a qué días me refiero) por el simple hecho de no querer darle tregua al tiempo.
En qué momento se fue noviembre y con él los miles de recuerdos lindos que guardaba en mi mente?
2 comentarios:
En que momento se acabó el año?? si no posteabas no notaba que era Diciembre...este Noviembre tuvo sus cosas, buenas y malas, y la verdad no quise que se termine...
yo nose en que momento se fue el año me quedan pocos dias de fumadora ... por otro lado marité CALMATE! respira cuenta hasta 1000 (porque hasta 10 no es suficiente) PARAAAAAAAAAAAAAAAA un toque,si, es verdad todo es mas rápido los minutos pasan volando,peroooo bueno a disfrutar disfrutar que en el 2012 el mundo se va acabar(ja)...bueno eso no es así(obvio) pero si dejamos que el tráfico, y las cosas que nos molestan se adueñen de nuestro día a día estamos jodidos...un abrazooooo :)
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