En un momento de descuido, su mente voló. No se esforzó por retenerla y la dejó correr. Libre como pocas veces la dejaba ser. Sintió cómo el reloj se detenía para volver sobre sí mismo en reversa, para llegar hasta una fecha trágicamente imborrable de su memoria. Detuvo las manesillas y el recuadro que marca el día, mes y año. Lo detuvo para ella sola sin que nadie más lo sintiera.
A pesar de negarse a hacerlo muchas veces, lo pensó. Lo pensó y maldijo su loca cabeza una vez más. Maldijo el minuto que decidió ir hacia atrás para aunque sea por un minuto creer un imposible y esa angustia que empieza como un pensamiento se fue convirtiendo en una extraña sensación que parecía tener nombre propio: desesperación.
Cuando ella viaja no suele imaginarse volando por el mundo, y tampoco ve cosas que no existen. Ella crea imposibles o supuestos que la hacen dudar tanto del camino que la trajo al "aquí y ahora", que llega a creer incluso que es una realidad disfrazada de complot.
No quiso ir a distintos lugares ni volver a vivir momentos lindos, tiernos, gratos. Quiso comprobar, aunque le cueste decirlo, que él ya no estaba aquí. Que se había ido para siempre y a pesar de no haber visto nunca su cuerpo, incluso de haber estado a su lado era esperanzadora la idea de que estuvo al lado de un cajón cerrado. Nunca lo vio. No comprobó que él estuviera dentro de.
¿Estuvo ahí?
¿Lo mandaron a otro país?
¿Está de incógnito en un lejano lugar y manda señales de cuando en cuando?
¿Y si lo tienen secuestrado?
¿Él estuvo en ese accidente?
¿Fue causado por alguien?
Quebró el silencio con un rotundo NO.
A pesar de no verlo, la respuesta a todas sus preguntas estaban dentro de ella.
Lamentablemente, no. Las respuestas coniciden con el hecho que él ya no está.
A cajón cerrado o no, nunca más lo volverá a ver.
Y si en algún lejano lugar se encuentra caminando, es un bello y muy lejano lugar para lo que aquí quedamos.
Es hora de despertar y confesarse a sí misma que no vale la pena perturbar la quietud y la paz mental con la que él mismo le enseñó a vivir. Es hora de pensar antes de soñar despierta:
No, él sí estuvo ahí.
Sí, el cajón estuvo cerrado pero para recordarlo como siempre ha sido él. Vivo. Despierto. No durmiendo.
No, nadie tuvo la culpa.
Sí, fue un accidente de mierda.
No, nunca más lo volverás a ver.
Entiéndelo ya.
Ya han pasado más de dos años y sigues con esos ataques de no poder creerlo.
Parece que de nada sirvieron los meses de "aceptación".
Entiéndelo porque solo así, todos estaremos tranquilos.
Incluso, él mismo.
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
10.3.11
A cajón cerrado
Etiquetas:
Ando filosofando,
de mi para tu,
la otra yo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Tu padre está tranquilo cuidando de ti y de toda su familia, y tu eres una valiente que enfrentas las cosas de una manera que pocos harían porque como ya te lo dije antes admiro el hecho que lo escribas, ya que al escribir es cuando realmente uno se abre y tocas las heridas.El, además debe estar mas que orgulloso de ti, por la mujer que eres y porque has hecho que personas como yo conozcamos mas sobre un hombre maravilloso y aprendamos de las anécdotas y experiencias que nos cuentas día a día en este blog.Dos años es poco y estas crisis de desesperación se seguirán dando solo que cada vez será mas fácil llegar a la aceptación, a ver las respuestas a esos cuestionamientos que te haces,tranquila no te sientas mal ni culpable por todavía sentir esa frustracción del ¿por qué?
Un fuerte abrazo y ánimos, que tu héroe no te ha dejado sola,tienes una madre, hermanos, amigos y el amor de tu vida!
Gracias Bren... es tan cierto lo que dices.
Qué lindo contar con amigas que me apoyan en mis bajones blogueros, pero igual, se sabe que se escriben con el corazón.
Un beso!
Mientras más grande ha sido el cariño más es el tiempo de luto en que se toma el corazón para sanar su herida; una cosa debemos aprender de todo esto, si alguien se fue y nos dejó es porque nunca nos pertenecía. Un fuerte abrazo y a buscar la dicha!! que todas las cosas tienen un poquito de ella.
Publicar un comentario