Hace poco me di cuenta que es fácil construir una casa fuerte son solo dos ladrillos.
Si ambos tienen las fuerzas necesarias para hacer una estructura, se podrá sin problema.
Con columnas fuertes y vigas bien puestas todo aguanta.
Como los dos ladrillos que construyeron el hogar en el que yo viví por ejemplo.
Esos son los ladrillos más fuertes que existes y lo mejor, es que son únicos.
No se compran, no se venden.
Solo nacen.
Un ladrillo solo, no puede levantar una casa.
Pero con la ayuda de un ladrillo más, se puede hacer mucho.
Juntos soportan el peso y hasta el derrumbe de muchas cosas.
Pero si ambos enraizan sus bases enla tierra y se agarran con fuerza,
ni el desastre más fuerte del mundo los tira abajo.
Todo depende de ellos dos.
De dónde vienen y cuál es su sueño.
Hasta donde llegarán juntos.
Puede ser un edificio que nace de esos dos ladrillos.
Incluso una mansión.
Pero siempre con la fuerza de los dos.
No de uno solo.
Por eso puedo decir que me siento tranquila.
Porque yo soy un ladrillo, y conozco al ladrillo perfecto para mí.
Juntos empezamos a construir un futuro que parecía de cartón.
Pero así sea de cartón, algodón, fierro o cemento, juntos somos fuertes.
Aunque el sea de ladrillo y yo tal vez de cartón,
juntos nos volvemos más fuertes que el acero mismo.
Una alquimia que sin saberlo sería la perfecta fórmula para los dos.
Dos fuertes bases que soportorán todo.
Hasta el dolor más fuerte porque están juntos.
Dos ladrillos que aunque tal vez no lo sean se creen ladrillos.
Dos ladrillos que al juntarse empezaron una historia.
Una historia que tal vez no podrás ver de cerca, pero desde allá arriba verás el resultado de su unión.
Que aunque sea edificada con plumas, esteras, llantas o botellas será la más fuerte.
La más pura.
La más verdadera.
La más perfecta.
La más bonita.
La más luchadora.
La más soñadora.
Tan parecida a la que tú construiste hace muchos años con tanto esfuerzo.
El mejor ejemplo para construir mi casa.
Mi familia.
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
8.3.11
Solo con dos ladrillos
Etiquetas:
Ando filosofando,
nubecitas,
Respiros
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2 comentarios:
Que lindo Marité, tienes mucha razón y es verdad mientras un ladrillo ayude al otro todo se puede ya q un ladrillo solo no puede construir menos lo que pronto empezaras que es tu familia...
Muchos éxitos y felicidad para esta nueva etapa tan bonita q se te viene y no dudes q desde el cielo está la mirada de tu papi,mirada llena de orgullo por ti.
Besos :)
Recuerda... siempre hay un ladrillo para otro ladrillo ;)
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