... y así, con solo decir que le dolía la cabeza,
un ejército de chistes, cariños e imitaciones de animales
le sacaban una verdadera sonrisa.
Misteriosamente, el dolor desaparecía en segundos.
Se apagaba como una llama que se consume al viento,
conforme la risa disminuía su fuerza.
Acabando en un suspiro.
Y una caricia.
...y así, con un fuerte llamado en la madrugada,
cuando el dolor parecía haber retornado con más fuerza,
él caminaba a paso lento,
luchando con paredes tambaleantes y pensamientos ondulantes,
(---típicos de un sueño interrumpido---)
para posarse sobre su cama,
al lado de su dolor de cabeza.
Aquel que parecía un pequeño bicho molestoso,
y estaba locamente obsesionado por volver de vez en cuando.
...y asi, solo bastaba con poner su frente sobre la de ella.
Sobre esa pequeña frente que parecía recibir el dolor más doloroso.
La molestia más molesta.
Eran reemplazadas luego por el alivio más aliviante.
De todo el mundo.
...y así, con solo decir la frase mágica,
todo dolor desaparecía.
Esa frase mágica que sonaba a melodia.
Que parecía poesia.
Que salía del corazón más puro.
...y así, el dolor persistio después de años.
Y hoy solo le queda recordar la frase mágica en su cabeza.
Repetirla una y otra vez.
Para ver si pasa.
"Pásame todo a mí, por eso pongo mi frente sobre la tuya. Para que todito tu dolor se meta en mi cabeza y abandone la tuya. Pásamelo todo a mí".
Lo que hay en un rincón de mi mente
Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...
1.3.11
...y así...
Etiquetas:
cajoncito de recuerdos,
nubecitas
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9 comentarios:
Que lindo...has conseguido conmoverme con esa frase y mira que estoy en mi etapa que no me conmueve absolutamente nada, talvez por eso , seria tan necesario escuchar algo asi cuando una se siente tan mal...sin duda tuviste o mejor dicho aun tienes mientras recuerdes sus palabras y todo lo q te enseño, al mejor papá...besos!
Marite!!!! cuando leo tus historias parece que estuviera escuchando a mi papa, me puedo imaginar todo el amor que sientes y sentirar por el toda la vida, yo lo siento igual, un padre tan bueno nuna muere, esta con nosotros solo de que una manera que aun no podemos explicar.
gracias por tus lindas historias, me hacen valorar cada vez mas a mi papá.
besitos..
Ta chevere pero la idea de una mujer pronunciando la frase... "Me duele la cabeza" es como para asustarse jaja
Saud!
- Bren: Gracias como siempre por leerme todos los días.
- Gise: Eres un éxito.
- Enrique: No entendí...
Me emocionaste... Se me hizo un nudo en la garganta con la frase mágica. Un poquito conocí a tu papi, lo recuerdo de niña, su sonrisa. Lo conocí más a través de mi papi, lo recuerda mucho, pero más que como un militar, lo recuerda como un gran padre. Espero ser tan buena mami como ellos y que se me ocurran mil y un frases para aliviar los dolores y preocupaciones de mis hijas.
Mina... más me emocionas tú con lo que me dices. Ens erio gracias por tan lindas palabras... pero tengo una curiosidad, quién eres???
Seguro no te acuerdas de mi, estuve algunas veces en tu casa en los cumples de Lisy y Nathalie, pero cuando estábamos en primaria, tú estabas chiquitita, mi papi también trabajó en Material de Guerra y yo estudié en el Quiñones. Me llamo Lenya, no sé si te suena el apellido Roncal, pero mi papi fue su secretario 2 ó 3 veces. Bueno Lisy de hecho se acuerda porque estuvimos en el mismo salón desde 4to. grado.
Te cuento una de tu papi! No se si recuerdas, cuando estábamos en 5to. grado hubo una visita instructiva, era algo de la Marina y nos íbamos a subir a un barco. Tu papi no dejó ir a Lisy porque tenía miedo que el barco se hunda o algo así, eso me dijo Nathalie. Ah! Pero llegando a la oficina, le preguntó a mi papi si me había mandado a mi al cole. Mi papi sabía que había visita pero no tenía ni idea de a donde porque la que firmaba las circulares era mi mami. Tu papi le dijo que era peligrosísimo!!! Y mi papi asustado llamó a mi mami, que en ese entonces era la contadora del cole. Mi mami como que no le daba mucha importancia, pero luego pensó, por las dudas, mejor que no vaya a la visita. Así que hizo volar a su secretaria para que le avise a la miss que mejor me quedara en el cole, plop. Felizmente para cuando la secre salió, los buses partían conmigo dentro, jeje... Tu papi era así, super protector y preocupado siempre por ustedes. Y cuando iba a tu casa era bien lindo conmigo, bueno con todos, siempre recuerdo su sonrisa porque transmitía algo especial, no sabría explicarlo, como paz, tranquilidad, o eso me parecía cuando tenía 10 años :0)
Esa anécdota lo describe TAL CUAL! A mí no me dejaba cruzar la pista como hasta que cumplí 11 años!!!
Qué lindo que recuerdes la sonrisa de mi papi, siempre siempre fue así. Es más hasta estoy sonriendo cuando te escribo esto. Qué lindo recuerdo el que gracias a ti acabo de tener.
Espero siempre sigas en mi rincón.
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