Cartas

El día que me puse a buscar las cartitas, tarjetas y demás cositas que te escribíamos a ti y a mi mami por sus cumpleaños y días especiales como día de la madre y el padre, unas cuantas me causaron más de una carcajada. Es increíble cómo uno puede volver en el tiempo y recordar lo que en esos momentos era un real "estrés".

Karina, prometiendo ser siempre responsable y estudiar mucho para hacerlos sentir orgullosos, escribió una carta por el día de la familia diciendo literalmente que "no sigas comiendo tanto porque te ibas a poner como una bola". Me acuerdo que siempre que nos contabas el momento en que leíste esa tarjeta no pudiste contener la risa. Era la más ordenada en su letra y los dibujos coloreados sin salirse de las líneas. Siempre te decía que eras el mejor papá del mundo, incluso hasta en la última tarjeta que fue de hace no mucho tiempo. Más o menos del 2005. Tan grandota y seguía con la misma chochera. Por algo es la más parecida a ti.

Lissy, que parecía una niña maltratada, nadie sabe porque, escribió un poema para la familia diciendo: "Si me pegan, es porque yo hago mal; si me gritan, es porque me quieren; si me castigan, es porque me porto mal; si siento que no me quieren es porque debo aprender...". Hasta ahorita no sabemos por qué pudo escribir algo así cuando jamás le pegaron. Es más, ella le daba con palo a David y a Karina, yo me salvé por ser la más chiquita. Sus dibujos creativos y coloridos eran imposibles de confundir. Mi mami veía una de sus tarjetas y de lejos decía: "esa es de Lissy". Y no se equivocaba. Siempre mostraba su cariño diciendo en cien líneas que te quería mucho mucho mucho mucho... y así seguía hasta el final. Aun me acuerdo cómo guardabas esa carta que te escribió cuando te chocaste en el carro y estuviste internado unos días. Esa carta decía cuánto te extrañaba y solo estabas fuera 2 días. Imagínate ahora.

David, con la misma letra que tiene hoy, decía que prometía no portarse mal y que ya no me iba a molestar ni hacerme llorar. Nos reímos demasiado cuando leímos una carta a mi mami en la que le explicaba que en esa oportunidad no iba a bailar porque él quería bailar, pero SOLO. Sus dibujos, que parecían figuritas cortadas (porque eran cortadas literalmente) y sus tarjetitas decoradas con escarcha eran tan feas que ya parecían bonitas. Mentira, seguro eran los mejores regalos que les pudimos hacer en la vida. Poemas como "papito papito, yo te quiero y te adoro y te prometo que voy a estudiar y portarme bien en el colegio. No voy a hacer llorar a mis hermanas y tampoco a Marite..." (Nótese la exclusión de "a mis hermanas" y a Marité), o sea no era su hermana. Todo porque yo pensaba que era un niño pobre por ser negrito.

Y yo, que realmente mis dibujos daban un poco de miedo. No los escaneo porque en serio causaría más de un calambre al ojo. mis cartas y tarjetas tenían en las caras principales unas humanoides que parecían manchas con ojos, nariz y boca. Según yo, era mi papá. ¿Qué habrían pensado mis profesoras? Que era hija de un alien o algo parecido, porque realmente daban miedo! Me acuerdo que cada vez que faltaba al colegio hacía cosas raras, cogía cajas de remedios vacíos y te hacía carritos, edificios, MIL SONSERAS, y tú LAS GUARDABAS TODAS! Eso era lo peor. Supongo que cuando tenga un hijo y me regale un chicle masticado, si es con amor, lo voy a guardar en una cajita. Como ustedes guardaron todos nuestros dientes cuando se caían por primera vez. QUE HORROR. Pero así nos querían.

Sin duda, tuve una infancia feliz con la mejor familia del mundo.
Tal vez con sus problemas, pero todo se solucionaba sin el mayor esfuerzo.
Tal vez con sus peleas, pero es lo que nos hizo fuertes.
Por eso dicen que la vida te prepara para poder cargar el peso que puedes cargar.
O sea, las pruebas que nos hace pasar el de allá arriba son las que él sabe que podremos superar.
Con dificultad y mucha garra, pero pasarlas al fin.
Siempre unidos.
Hasta hoy.
Como tú lo hubieras querido.