Lo que hay en un rincón de mi mente

Tengo el orgullo de poder decir que la persona más importante en mi vida fue un verdadero heroe.
Un hombre que con cada palabra, me enseñó a ser lo que soy ahora.
Un hombre que por 65 años, se dedicó a vivir sus sueños y a hacerlos realidad.
Un hombre por el que yo daría la vida.
Un hombre que aunque ya no esté conmigo, en este mundo, lo está a cada minuto en mi corazón,
en mi mente, en mi alma.
Un hombre al que le dedico este blog.
Un hombre al que yo prefiero decirle papá...

25.9.09

Segundo día

Si estuvieras aquí, me hubieras dicho que eso me pasa por tragona.
Es el segundo día que estoy en la casa y con descanso médico.

Ayer me fui a la clínica y me tuvieron que poner suero porque estaba deshidratada. Creo que las salchipapas que preparé con Lalo el miércoles no estuvieron muy buenas, aunque a él y a David que se comió todo el platote que sobró, no les ha pasado nada. Pero lo bueno, es que ahora ODIO LAS SALCHIPAPAS! y ya no creo que las coma en un buen tiempo. Así que ese es el lado positivo de todo esto. Que voy a comer menos chatarra. Esa guerra que nunca ganaste al querer quitarme esa clase de comida basura.

El tema es que hoy ya me siento mejor. Pero con los ánimos por el suelo. No quiero que te sientasmás y por eso trato de ponerme bien, de estar contenta y no llorar. Sé que tu me ves, y es imposible ocultarme. Solo trato de acordarme de momentos bonitos o graciosos. Por suerte tengo muchos de esos recuerdos.

Como por ejemplo, esa vez que nos fuimos a Estados Unidos con David y mi mami, tú como siempre, antes de subir al avión nos decías que nos abreguemos por la temperatura y todo ese tema que nos da alergia. en fin, como era vernao subimos tal y como estaba: Yo en capri, polo, casaca y mis balerinas (sin ponerme medias). Cuando ya había pasado más o menos una hora de vuelo, me empezó a dar un poco de frío, pero no dije NADA porque sino tu dirías que por algo siempre dices las cosas (es decir un sutil pero claro "te lo dije"). En una media hora más me quedé dormida, después de tus largas insistencias en darme tu casaca para que me abrigue las piernas, tu maletín para que me cubra los pies, etc, etc, etc. Me quedé dormida por fin. Pero cuando me desperté... tenía dos bolsas de plástico en los pies. No entendía nada. Pregunté que quién me había puesto eso y mi mamá se reía. Solo así pude entender que en tu afán por cuidarme de que me resfríe (porque gracias a mi alergia de toda la vida había empezado ya a estornudar por el aire acondicionado). Me saqué las bolsas pero acepté tu casaca.

No me borraré nunca esa imagen de la mente. Tu sonrisa de oreja a oreja como diciendo: te gané!



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El heroe de mi vida