Hoy regresando a la casa me pasó algo muy raro. Venía acordándome todo el día de la vez que Jerry se murió porque ya estaba viejito. Tu sufriste tanto que parecía como si hubieras perdido un hijito. Y yo un hermano. Pero más sufriste por mis lágrimas que por la misma partida de nuestro perrito de 10 años. Me acuerdo que llegaste ese día a la casa y solo me entregaste la mantita con la que lo llevaron tapadito al veterinario. Olía a él... Aún la guardo en uno de mis cajones de mi mesa de noche. Felizmente se fue en los brazos de mi mami y sintiendo tu mano en su lomo, como siempre le hacias cariño. Eso me dio tranquilidad... El también tuvo la suerte de conocerte y tenerte como papá... Igual que yo.
Eso me llevó a acordarme de cómo fue que Bruno llegó a la casa. Tu no soportabas verme triste, por eso compraste un schnauzer plateado de solo 2 mesecitos y lo llevaste a su nuevo hogar dentro de tu casaca. Mi mami, que fue la que primero lo vió pegó un grito porque pensó que era una rata. Siempre me lo contabas ahogándote de risa. Ya luego me diste la sorpresa a mi: "hijita en tu cuarto te han dejado un regalito". Yo no tenía idea de que cuando subiera las escaleras iba a abrir la puerta de mi cuarto y encontrar un pequeñito peludo orejón y plateado con un lazo rojo en el cuello. Mi hijito precioso...
Mi Bruno.
Eso me llena de alegría porque ahora entiendo de donde saque ese amor por los animales... Por algo me apoyaste en mi crisis existencial en tercer ciclo de comunicaciones, cuando casi me cambio a Veterinaria.
Tanto amor que hoy, regresando a la casa (volviendo al principio de la historia), vi un perrito corriendo por la pista. Estaba perdido!!! O al menos estaba solito! Y todo perrito que esta solito está perdido para mi... Creo que al menos eso quiero pensar para tener la esperanza de tener OTRO perrito en la casa aunque tenga que llorarle por horas a mi mami que piensa que con uno basta. En fin, sin pensarlo, abrí la puerta del copiloto, todos me tocaban el clacson como locos pero no me interesaba, lo llamé y vino corriendo hacia mi como si me conociera toda la vida. Lo subi a mi carro y lo llevé a la casa... Esperé un rato y como no había ni señal del dueño, lo llevé al veterinario para bañarlo, desparacitarlo, etc etc etc!!!
Estaba emocionada, debo admitirlo...
Pero de la nada...
Apareció el dueño...
Mi mami, quien ya sabía todo, me llamó por teléfono para que lleve al perrito porque su dueño había aparecido.
Se llevó a mi nuevo perrito, pero al enterarme que era de un viejito que estaba muy triste por él me puse feliz. A nadie le gusta perder a un ser querido que te da tanto amor.
Creo que me estoy acostumbrando a perder cosas, cositas, personas o lo que sea, que me pongan contenta por momentos. Si son solo momentos que me llenan de felicidad, entonces bienvenidos! Prefiero unos minutos de alegría que una vida de tristeza. Siempre me enseñaste eso.
Voy a extrañar a Demsi aunque solo lo tuve unos cuantos minutitos... Así se llamaba el perrito del viejito agradecido. Yo le hubiera puesto Polvora. Porque era tan enérgico como tú. Y creo que tú hiciste que me cruzara con él para que ese momento de felicidad del que hablo, me hiciera el día. Para que sienta que también le salvé el día a otra persona y que le devolví el hogar a otro alguien.
Tú hubieras hecho lo mismo y yo estaría orgullosa.
1 comentario:
Joder! Qué bonito! Me has emocionado.....Un abrazo!
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